‘Cristo vive’: “Hoy se promueve una espiritualidad sin Dios” advierte el Papa en la Exhortación

Papa Francesco - Pranzo con i Giovani nel Seminario Maggiore San Jose 26-01-2019 Vatican Media

Hoy se promueve una espiritualidad sin Dios, una afectividad sin comunidad y sin compromiso con los que sufren, un miedo a los pobres vistos como seres peligrosos, y una serie de ofertas que pretenden hacerles creer en un futuro paradisíaco que siempre se postergará para más adelante” advierte el Papa Francisco en el punto número 184 de la Exhortación Apostólica post-sinodal Christus vivit (Cristo vive)

El Santo Padre dice a los jóvenes que le duele ver que algunos les proponen construir un futuro sin raíces, como si el mundo empezara ahora” (179), escribe en el documento, que ha redactado en forma de carta a los muchachos del mundo.

Ideologías de colores

Si alguien “te hace una propuesta y te dice que ignores la historia, que no atesores la experiencia de los ancianos, que desprecies todo lo que ha pasado y que mires sólo hacia el futuro que te ofrece, ¿no es ésta una forma fácil de atraerte con su propuesta de hacerte hacer solo lo que él te dice? Esa persona necesita que estés vacío, desarraigado, desconfiado de todo, para que puedas confiar sólo en sus promesas y someterte a sus planes. Así funcionan las ideologías de colores diferentes, que destruyen (o de-construyen) todo lo que es diferente y de esta manera pueden dominar sin oposición” (181).

Los manipuladores utilizan también la adoración de la juventud: “El cuerpo joven se convierte en el símbolo de este nuevo culto, por lo que todo lo que tiene que ver con ese cuerpo es idolatrado y deseado sin límites, y lo que no es joven se mira con desprecio. Pero esta es un arma que acaba degradando en primer lugar a los jóvenes”. (182).

Vida superficial

“Queridos jóvenes –advierte el Papa– no dejen que usen su juventud para fomentar una vida superficial, que confunde la belleza con la apariencia” (183), porque hay una belleza en el trabajador que vuelve a casa, sucio del trabajo, en la esposa anciana que cuida de su marido enfermo, en la fidelidad de las parejas que se aman en el otoño de la vida.

El Papa invita a los jóvenes a no dejarse dominar por esta ideología que conduce a “auténticas formas de colonización cultural” (185) que erradica a los jóvenes de las afiliaciones culturales y religiosas de las que proceden y tiende a homogeneizarlos transformándolos en “sujetos manipulables en serie” (186).

“Los ancianos sueñan y los jóvenes tienen visiones”

Lo fundamental es “tu relación con los ancianos”, que ayuda a los jóvenes a descubrir la riqueza viva del pasado, en su memoria. “La Palabra de Dios recomienda que no perdamos el contacto con los ancianos, para que podamos recoger su experiencia” (188). Esto “no significa que debas estar de acuerdo con todo lo que dicen, ni que debas aprobar todas sus acciones”, es “simplemente una cuestión de estar abierto a recoger la sabiduría que se comunica de generación en generación” (190).

Al mundo nunca le ha servido y nunca le servirá la ruptura entre generaciones… Es la mentira que te hace creer que sólo lo nuevo es bueno y bello”. La relación entre generaciones “constituye marcos de referencia para cimentar sólidamente una sociedad nueva. Como dice el refrán: “Si el joven supiese y el viejo pudiese, no habría cosa que no se hiciese”. (191).

Hablando de “sueños y visiones”, Francisco observa: “Si jóvenes y viejos se abren al Espíritu Santo, juntos producen una maravillosa combinación. Los ancianos sueñan y los jóvenes tienen visiones” (192); si “los jóvenes están arraigados en los sueños de los ancianos, logran ver el futuro” (1). (193). Por lo tanto, es necesario “arriesgarse juntos”, caminar juntos jóvenes y viejos: las raíces “no son anclajes que nos atan”, sino “un punto de arraigo que nos permite crecer y responder a nuevos desafíos”. (200).