La Fiscalía Superior de Cataluña ha presentado una querella por presunta desobediencia contra el presidente de la Generalitat, Quim Torra, al que acusa de desoír la orden de la Junta Electoral Central de retirar los lazos amarillos y pancartas de apoyo a los políticos presos de los edificios de la Generalitat. La querella, presentada ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), acusa a Torra de «desatender» el mandato de la Junta Electoral cuando, «consciente y deliberadamente», decidió mantener simbología «partidista» en edificios públicos dependientes de la Generalitat, «aunque fuera de forma encubierta». “Nos encontramos ante un requerimiento claro y expreso emitido por la máxima autoridad administrativa en materia de los procesos electorales, el cual ha sido reiteradamente desatendido”, señala la querella.
En concreto, el fiscal Francisco Bañeres ve indicios de que el president pudo cometer un “presunto delito de desobediencia” del artículo 410 del Código Penal y pide, entre otras actuaciones, que se tome declaración a Torra como investigado. El Ministerio Público también reclama a la Jefatura Superior de Policía de Cataluña que remita las “concretas actas de comprobación” confeccionadas por los funcionarios del cuerpo sobre el cumplimiento de la orden de la Junta Electoral Central; al departamento de Presidència de la Generalitat que envíe una copia del informe de sus servicios jurídicos sobre el “mantenimiento de la simbología” en las sedes del Govern “en período electoral”; y a los Mossos que informen acerca “del debido cumplimiento de lo resuelto por la JEC en su acuerdo del 21 de marzo”.
La querella sostiene que la “reiterada negativa” de Torra “a dar cumplimiento a lo resuelto no puede quedar enmascarada ni por una supuesta voluntad de acudir a otros órganos informantes” ni tampoco “por una sustitución de los símbolos hasta entonces ubicados en los edificios públicos por otros que, bajo otra forma expresiva, pretendían significar exactamente lo mismo”.
El fiscal se refiere al momento en que Torra decidió cambiar la pancarta de la plaza de Sant Jaume con el lazo amarillo por otra exactamente igual pero con un lazo blanco y rojo o cuando se sustituyeron las enseñas de algunas consejerías por dibujos también amarillos.
