Así, la izquierda no podrá ganar las elecciones

El último sondeo del CIS advierte de que en la circunscripción zaragozana, en las próximas generales, Cs podría ser con diferencia la fuerza más votada, lo que la situaría en condiciones de llevarse la parte del león en el reparto de escaños, mientras que PP y PSOE, por detrás, se quedarían con las sobras y Podemos… con nada. Por supuesto, la credibilidad de los augurios demoscópicos cotiza a la baja, incluidos los del CIS, cuya «fórmula Tezanos», que ofrece los datos en bruto, no ha sido entendida por casi nadie. Sin embargo, las encuestas no han dejado de reflejar tendencias reales, aunque alguna de ellas haya acabado por acelerarse moviendo los resultados definitivos más allá de lo previsible.

En todo caso, que las izquierdas zaragozanas, y por extensión las aragonesas, afronten oscuras perspectivas en las citas electorales de abril y mayo es verosímil y comprensible. Ellas se lo están buscando. ¿Cómo? Por sus ridículos y suicidas enfrentamientos, por su incapacidad para plantearle a la ciudadanía un discurso creativo y sensato, por sus escasas habilidades comunicativas… y ahora por su empeño en ofrecer a los votantes unos carteles que, siendo piadosos, deberíamos calificar de poco atractivos.

Cs tiene una ventaja: sus candidatas y candidatos o son nuevos o no están quemados. En los últimos cuatro años, el partido ha mantenido en las instituciones un perfil bajo, en la oposición pero sin pasarse, dejando que otros se desgastaran en la bronca constante. Solo por eso ya tienen mucho ganado, sobre el PSOE y sobre el PP.

Las dos izquierdas, sin embargo, rematan un mandato agónico mostrando una asombrosa incapacidad para renovar sus listas y ofrecer al electorado un mínimo de ilusión. El retorno de Echenique al cartel de Unidos Podemos no es precisamente un acierto. El empeño de la dirección regional del PSOE de recuperar para su candidatura autonómica a Pérez Anadón o mantener en la municipal de Zaragoza a viejos concejales como Ranera y Fernández resulta increíble. Porque estos tres cuadros no solo están ya amortizados tras sucesivos mandatos que en el caso del primero se remontan a la época de la Transición, sino que han salido achicharrados de su última actuación en el Ayuntamiento de Zaragoza, incoherente como poco. Si los socialistas no tienen otra cosa que ofrecer…

El PSOE de Sánchez lleva meses recuperando terreno. Se nota en la calle, al margen de encuestas y análisis. El radical desafío de las derechas (especialmente la emergencia de Vox y la evolución hacia el extremismo del PP de Casado) trabajan a su favor. Si la campaña no sufre algún accidente inesperado, y si el lío de Cataluña no da otra vuelta de tuerca, la socialdemocracia está en condiciones de actuar una vez más como un frente popular electoral. Pero los interesados tendrán que poner algo de su parte y facilitar el vuelco. Si no…