La huelga independentista no paraliza Cataluña

Mientras en el Supremo empezaba la sexta jornada del juicio al «1-O» que procesa a la plana mayor del independentismo, en Cataluña los CDR canalizaban la frustración del movimiento secesionista cortando carreteras y autopistas en una huelga de corte político convocada por algunos sindicatos minoritarios y respaldada por la Generalitat. El paro no logró bloquear la actividad de la comunidad aunque sí provocó percances en la rutina habitual de muchos catalanes.

Desde primera hora de la mañana, los autodenominados «Comités de Defensa de la República» tomaron la delantera de las movilizaciones. Estos grupúsculos del secesionismo más radicalizado convocaron supuestos «desayunos populares» en las plazas de pueblos y barrios en los que organizaron los cortes de carreteras, calles y autopistas para bloquear la circulación en puntos estratégicos. También levantaron barricadas y muros de neumáticos ardiendo para dificultar así el acceso a las principales ciudades del Principado.

Mucha vistosidad, poco impacto

A pesar de la vistosidad de algunas acciones realizadas al amanecer, a las diez de la mañana la situación era de aparente normalidad en toda la comunidad. Sí se registraron algunos heridos -siete policias en Gerona, un periodista y un manifestante-. Por su parte, los transportes funcionaban con los retrasos habituales aunque muchos trenes y autobuses estaban perceptiblemente más llenos de lo común porque muchos ciudadanos que se desplazan normalmente en coche optaron hoy por el transporte público para evitar los cortes en las carreteras. Según fuentes oficiales, las vías de entrada y salida del área metropolitana de Barcelona registraron un 11% menos de tráfico del habitual.

Carretera cortada en Cataluña
Carretera cortada en Cataluña – ABC

Mientras los cortes de carreteras e intentos de bloqueo se sucedían en el conjunto de Cataluña, en el centro de Barcelona, a la espera de que comiencen las sucesivas manifestaciones convocadas, la situación tendía a normalizarse poco después de una mañana ciertamente complicada, sobre todo en cuanto a la circulación. Desde primera hora, varios grupos convocados por los CDR han actuado a modo de piquete, aunque con escaso éxito, y en puntos como el cruce de la Gran Vía con la calle Rocafort los Mossos detuvieron a una persona tras identificar a otra treintena. En las calles de Barcelona había caras largas entre los conductores y comercios abiertos. Este clima, de alguna forma, se reproduce en toda Cataluña y es la tónica dominante en el conjunto del territorio: normalidad casi completa, y focos puntuales de protesta.

Pintada en una calle barcelonesa
Pintada en una calle barcelonesa – EFE

En Barcelona, el comercio ha funcionado todo el día con normalidad. Lo mismo sucede en los grandes polígonos industriales de la región metropolitana, donde únicamente los cortes puntuales de carreteras, ahora casi ya restablecidos, han impedido hasta cierto punto la movilidad. Como explicaba en las redes sociales el antiguo líder de CC.OO en Cataluña, Joan Carles Gallego, cuando una huelga general es promovida y alentada por la administración será otra cosa, pero huelga general no es.

En los únicos sectores en los que la huelga convocada por la Intersindical-CSC ha tenido un éxito relativo es en la administración pública y en la educación. No en vano, profesores y estudiantes universitarios acostumbran a ser la punta de lanza de las movilizaciones secesionistas. Más allá de ello, los paros han tenido un impacto nulo en sectores estratégicos o de gran visibilidad.

Torra se queda en casa

A diferencia de la mayoría de catalanes, quienes sí que se han sumado con entusiasmo al paro son los miembros del gobierno de la Generalitat, encabezados por el presidente catalán, Quim Torra. Ningún consejero tenía actos previstos para hoy y la agenda del jefe del ejecutivo autonómico aparecía despejada. Por su parte, los diputados antisistema de la CUP se han lanzado a la calle para entremezclarse con los manifestantes mientras los medios públicos catalanes –TV3 y Catalunya Ràdio– reducían su programación.