El Parlamento trata hoy de arrancar a May el control del Brexit

Aunque no sea una votación sobre el plan B que Theresa May tendrá que presentar tarde o temprano (según la prensa británica será el 13 de febrero), el Parlamento dictará hoy, presumiblemente, los siguientes pasos que el Gobierno tiene que dar con el Brexit. En una jornada parlamentaria ajetreada, la Cámara de los Comunes debatirá una moción neutra y muy técnica presentada por el Gobierno en la que los diputados han «considerado» la declaración que May realizó la semana pasada sobre sus intenciones de futuro para el proceso. Pero al no dar la primera ministra novedades sobre esa propuesta alternativa, los parlamentarios tratarán de tomar el control del proceso mediante distintas enmiendas.

Eso sí, enmiendas que primero el presidente de la Cámara de los Comunes, el conservador John Bercow (que ya ha ido en contra del Gobierno más de una vez) tiene que aceptar llevar a debate. En caso de pasar, estas no serían vinculantes, por lo que el Ejecutivo se guardaría la opción final de llevarlas a cabo o no.

Básicamente, lo que espera May hoy es tratar de dilucidar que opción prefiere la mayoría del Parlamento ahora que su plan fue frontalmente rechazado. Aunque, eso sí, la primera ministra sigue teniendo clara su estrategia, la de renegociar el principal escollo de todo el proceso, el de la «salvaguarda» de la frontera irlandesa con Bruselas. Es lo que le piden los diputados más euroescépticos de su partido y su socio de Gobierno, el DUP y a lo que, finalmente, ha accedido hacer.

A eso, básicamente, se limitaba su nueva propuesta, a cambiar de nuevo el acuerdo de salida con la UE y a tratar de modificar esa cláusula que ha hecho descarrilar el Brexit en las últimas semanas.

May ha cedido a las presiones de sus correligionarios más brexiters y que se somete a un día en el que corre el riesgo de perder el control del proceso porque hace un par de semanas prometía que el Parlamento «tendría más voz al decidir la futura relación comercial con la UE». Y eso es lo que van a intentar una serie de diputados y los principales partidos de la oposición con sus enmiendas, controlar lo máximo posible los movimientos del Ejecutivo.

La mayoría de esas enmiendas, presentadas por laboristas o diputados de la mayoría de partidos de la oposición, van orientadas a tratar de parar una salida abrupta de la UE. La que más posibilidades tiene de salir adelante, si Bercow le da el visto bueno, es la multipartita impulsada por la laborista Yvette Cooper. Esta propone un proyecto de ley que postergaría el Brexit nueve meses si May no consigue que se apruebe un acuerdo antes del 26 de febrero.

Pero quizá la enmienda clave que entrará en juego hoy es la presentada por el presidente del influyente Comité 1922 del partido conservador. Graham Brady pedirá la inclusión al tratado de un anexo legalmente vinculante que modifique las condiciones del mecanismo de salvaguarda para Irlanda del Norte, lo que supone que May tenga que volver a Bruselas a poner sobre la mesa esta opción. Una enmienda que apoyará el Gobierno y que May espera que los «tories» respalden.

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Porque el Ejecutivo británico insiste en que la única opción de que su pacto sea aprobado en el Parlamento es si Bruselas permite esos «cambios». Un portavoz de Downing Street aseguraba ayer que con ellos la UE «evitaría» que Reino Unido saliese sin acuerdo del club comunitario, algo que «va en contra de los intereses» de Bruselas. «El tratado que se ha acordado fue rechazado por el Parlamento (británico). Por lo tanto, si tenemos que salir con un acuerdo, claramente vamos a tener que hacer algunos cambios para poder aprobarlo», señaló. Aquí estaría la clave de la importancia de la enmienda de Brady. Ya que la UE no quiere sentarse a renegociar el acuerdo, el diputado conservador evita este problema y reclama que «no sería necesario reabrir el tratado de salida. Podría hacerse a través de un codicilo legalmente vinculante al acuerdo», aseguraba a la BBC.

Esto es lo que le trataba de vender May al sector más euroescéptico ayer por la tarde cuando se dirigía a ellos para tratar de recabar su apoyo. Algo que podría conseguir si la apoyan los Boris Johnson y compañía, que han moderado su discurso en los últimos días en este sentido tras el acercamiento de la «premier» a este bando. Según la prensa británica en esa reunión desveló a sus correligionarios cuando tendría lugar esa votación de su plan B en el Parlamento. Mientras, continúan llegando las alertas por parte de las empresas británicas sobre el escenario posible del no acuerdo. Esta vez han sido los principales supermercados (entre ellos Asda, Waitrose y Sainsbury´s) del Reino Unido los que han alzado la voz en contra de esta opción.