Davos avisa: vamos a crisis o caos

Vodafone opera en un sector de indudable futuro y ganó 2.800 millones en el mundo en 2017 de los cuales más de 160 millones en España. Sin embargo, esos resultados son ya prehistoria y ha lanzado un EREde 1.200 despidos. En cambio, en la estatal Correos, que se anota pérdidas multimillonarias año tras año, se acaban de convocar más de 4.000 nuevas plazas. Estos contrastes tan desconcertantes entre lo privado y lo público no auguran nada bueno y no sólo ocurren en España, sino que se dan en buena parte de Occidente ¿Qué está pasando?

El presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, nos envió este jueves una carta a los participantes en la reunión de Davos de este año en la que lanza un inquietante diagnóstico que es válido para España, Europa y los países más desarrollados en general. «El mundo se encuentra en una encrucijada. Podemos seguir por la actual senda de puntos de vista polarizados, conflictos crecientes y numerosos problemas sin resolver, con lo que en el mejor de los casos terminaremos en una crisis mundial permanente. En el peor, degenerará en el caos con impredecibles consecuencias».

No es válida, a su juicio, la solución que están tomando los Gobiernos (el español es uno de ellos) de intentar «proteger a aquéllos que se han quedado atrás de los cambios transformadores que acarrea la Cuarta Revolución Industrial, obteniendo así ventajas políticas a corto plazo», porque están realmente socavando la competitividad futura del país. Tampoco ve la opción liberal de «no hacer nada, porque eso requiere que la comunidad empresarial esté preparada y sea capaz de servir de catalizador». No. La alternativa es, según el presidente del Foro de Davos, que los poderes públicos se lancen a lo que llama «la Globalización 4.0: construir una arquitectura mundial en la era de la Cuarta Revolución Industrial [4IR en sus siglas en inglés]».

Schwab ya expuso a, entre otros invitados a la edición de este año, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 2 de octubre en Moncloa, que el tema dominante en el Foro será cómo los Gobiernos deben dejar de mirar a corto plazo por el formidable reto que se avecina para la sociedad occidental. La cita anual comienza el próximo día 21 y el Foro prepara ya su llamado Manifiesto de Davos 2019 en el que avisa: «Las economías, los negocios, las sociedades y la política no sólo están cambiando, sino que están transformándose. Reformar nuestros procesos e instituciones existentes no será suficiente. Más bien necesitamos rediseñarlos».

«El peligro aquí es que podría desarrollarse una 4IR de dos velocidades». La primera, la de «las fuerzas del cambio», gigantes tecnológicos que impondrán sus propias reglas con hechos consumados y la segunda, la de «los Gobiernos continuamente rezagados».

«La respuesta a tiempo a estos retos determinará la relevancia económica y el crecimiento de cada país. También determinará el bienestar y las oportunidades de empleo para sus ciudadanos».

En contraste con lo que pone sobre la mesa la ministra Isabel Celaá, «todo nuestro sistema de educación tendrá que ser renovado. La 4IR requiere nuevas habilidades y un aprendizaje de por vida. (…) Todo para no convertirnos en esclavos de los algoritmos».

«Una gran parte del empleo es ya sustituida por la automatización inteligente. El ingreso laboral tradicional será reemplazado masivamente por los rendimientos que se obtengan de la creatividad, el capital riesgo o de la ventaja de ser el primero en algo».

Ante tamaño cambio, Schwab recuerda el precedente tras las guerras mundiales en los que se crearon nuevas instituciones y reglas internacionales. La división entre países industrializados y en desarrollo de las tres revoluciones industriales anteriores es la prehistoria según su diagnóstico, y urge alcanzar acuerdos mundiales sobre inteligencia artificial, protección de datos, sistemas fiscales y de competencia, seguridad, circulación de personas y un largo etcétera.

«Sin embargo, la velocidad, la complejidad y la naturaleza virtual del cambio hacen que sea difícil comprender la necesidad urgente de una formulación de políticas ágil». Mientras, «crece la brecha entre ganadores y perdedores de la 4IR». Hoy parece que pierden los de Vodafone y ganan los de Correos, pero ¿y mañana?