El Papa y la geografía global del sufrimiento

En su mensaje previo a la bendición urbi et orbi, el Papa Francisco ha querido localizar la geografía global del sufrimiento. La vocación universal del mensaje cristiano encuentra en estas fechas un eco moral que el Pontífice sabe aprovechar, ubicando en la agenda política internacional situaciones especialmente sangrantes y conflictos quizá olvidados o preteridos. El liderazgo ético que Francisco ejerce -con mayor autoridad tras su contundente reacción contra la pederastia- ha servido esta vez para recordar la inacabable guerra de Siria, la violencia en Yemen, la llaga abierta de África, el drama coreano o las hostilidades en Ucrania.

En su recorrido por las zonas más atribuladas del planeta, Francisco también pidió la reanudación del diálogo entre israelíes y palestinos para emprender un camino duradero de paz, pero sobre todo hizo hincapié en los dos países de América Latina que, además de Cuba, atraviesan tiempos de miseria y brutalidad por culpa de regímenes inicuos: Venezuela y Nicaragua. Para ellos imploró la recuperación de la concordia y la fraternidad. Por último el Papa evocó a los cristianos que han de celebrar la Navidad en contextos hostiles o de persecución directa como la que sufren los coptos.