Lo que el viento se aburrió

En El Alcoraz encontraba el Madrid un escenario similar a Ipurúa e incluso a Mendizorroza. La victoria sirve para ver lo que ha mejorado (que es algo, pero no mucho) y para que el equipo se meta en la zona de Champions.

El Huesca quizás sea peor que el Éibar, pero contaba con los elementos. Molestaba el sol al principio, aunque ya declinante, y molestaba sobre todo el viento, que le daba a los balones un final sorprendente y casi caprichoso. Cualquier languidez se la llevaba el viento y esto, junto al escarmiento de Éibar, marcó el tono del partido.

El Madrid tuvo el acierto y la fortuna de empezar marcando pronto. Volea delicada de Bale a pase de Odriozola tras una intervención feliz de Llorente, que cortó en horizontal y abrió a la banda.

Llorente es una de las cosas nuevas de este Madrid de diciembre. Ha hecho que acaben los experimentos de reconversión de interiores y además consigue aportar algo propio. Su dinamismo de banda a banda es muy grande. Parece un limpiaparabrisas ansioso, con mucho ritmo. También colabora en sanear la salida de la pelota. En ocasiones, cuando le tocaba a Ramos sacarla, él se colocaba en posición de central, como ocupando su hueco. Además del ramalazo lavolpiano podía apreciarse ahí lo que de sacrificio auxiliar tiene su fútbol.

Antes del gol, el Huesca había tenido una ocasión en un córner que remató mal Etxeita, y después siguió presionando. Tuvo la mejor ocasión en el 17: tiro de Ávila que Courtois paró con gran categoría. El Huesca borró al Madrid del campo unos minutos. No fueron muchos, apenas cinco en los que parecía un espectro blanco corriendo detrás del disciplinado esfuerzo local, un poco más ofensivo tras la entrada de Melero por Aguilera.

Solo aparecía Bale en ataque. Un chut lejano en el minuto 25 (buena parada de Jovanovic) y alguna carrera a la contra. Al principio también Odriozola, que luego ya se dedicó a sufrir en defensa. Por su lado atacaba el Huesca, y para controlar a Ferreiro colaboró mucho Llorente, que siempre corre por él y por otro.

El Madrid comenzó a tener más la pelota a la altura de la media hora. Se veían ya algunos huecos en el Huesca. Fue el mejor momento del Madrid, aunque bastante fugaz. Acabó la primera parte sin crear peligro, pero cundía una sensación de control. Se había hecho al campo en todos los sentidos, imitando la ética de trabajo oscense, pero también empequeñeciéndose. Era un Madrid correoso, «lucasiano» (por Lucas), irreprochable aunque nada brillante. Un Madrid puesto a modesto. De trabajo bien, de fútbol justo. El partido llegaba vivo al descanso.

Tan vivo que Melero pudo empatar llegando de cabeza a un gol cantado. El Huesca dominó el juego en la segunda, quedándole al Madrid alguna contra cada vez menos clara y, siempre por Bale, que forzó alguna parada de Jovanovic.

En diez minutos el Madrid no la había olido; jugaba al ritmo de Melero y Courtois le sacaba un balón al activo Ferreiro. Visto el panorama, Solari cambió a Ceballos por Valverde. Ya que no había juego, que por lo menos hubiera potencia.

El Madrid cumplía en defensa, pero se olvidó de atacar. Isco sustituyó a Modric y aportó una pequeña luz en la noche oscura. Un buen pase a Bale en una contra, algo de «tenencia», un detalle en el regate… El Madrid estaba tan serio que parecía el Teruel.

Los tambores baturros de la grada sonaban brasileños cuando el Huesca se animaba. Su juego era casi mecánico. Constantemente hacía llegar el balón a la banda, rompiendo luego los centros en los centrales del Madrid. No conseguía mucho peligro, pero no dejaba de hacerlo. El Madrid aceptó firmar las tablas: tú juegas, yo aprieto los dientes. Ese partido no pasaría a la historia y las portadas del lunes iban a ser para el River-Boca de todas formas. La seriedad del Madrid se fue imponiendo. Era una seriedad implacable, sin concesiones ni siquiera a si mismo. Con todo, no pudo evitar acabar sufriendo. El partido terminó con una ocasión de Cucho Hernández y dos saques de esquina locales a los que acabó acudiendo el portero. Tres puntos y nada más.

Ficha de partido

Estadio: El AlcorazHuesca

  • 25Aleksandar Jovanovic
  • 24Jorge Miramón
  • 14Pulido
  • 7Ferreiro
  • 3Etxeita
  • 18Insúa
  • 17Christian Rivera
  • 6Moi Gómez
  • 5Juan Aguilera
  • 9Juan Camilo Hernández
  • 19Ezequiel Ávila

Real Madrid

  • 25Courtois
  • 5Varane
  • 19Odriozola
  • 2Carvajal
  • 4Sergio Ramos
  • 24Dani Ceballos
  • 18M. Llorente
  • 10Modric
  • 11Bale
  • 17Lucas Vázquez
  • 9Benzema
  • Banquillo
  • 13Santamaría
  • 21Serdar Gurler
  • 10Juan José Camacho Barnola
  • 8Gonzalo Melero
  • 12Longo
  • 22Lluis Sastre
  • 20Rajko Brezancic
  • Banquillo
  • 22Isco
  • 20Marco Asensio
  • 28Vinicius Júnior
  • 3Jesús Vallejo
  • 1Keylor Navas
  • 15Federico Valverde
  • 31Javier Sánchez de Felipe
  • Goles
  • Goles
  • Bale 7′

Árbitro: Mario Melero López