Las solicitudes de asilo desbordan la oficina de Extranjería de Zaragoza con esperas a la intemperie y de noche

Expuestos al frío, cargados con equipaje y algunos, incluso, acompañados por sus hijos pequeños. Así guardan fila cada mañana decenas de solicitantes de asilo en la puerta de la oficina de Extranjería de Zaragoza. Buscan iniciar o continuar los trámites para regularizar su residencia temporal en España y, pasados seis meses, poder trabajar.

Algunos hacen noche a la intemperie ya que, según indicaron, apenas se reparten «dos o tres» citas previas cada día y «la oficina solo abre entre las 12.00 y las 14.00». Desde la Policía Nacional constatan que «de un tiempo a esta parte estamos viendo un incremento en las solicitudes de asilo, lo que está motivando que se produzcan colas para acceder al servicio». Estas mismas fuentes no confirmaron el número de citas previas que se expiden de forma presencial, pero sí que «es el único método, por ahora, para obtenerlas». Una vez repartidas, «los agentes atienden a las personas en orden de llegada».

Subdelegación del Gobierno en Zaragoza y los mandos de Extranjería mantuvieron un encuentro este martes en el que se abordó esta situación. «A partir del próximo lunes, en vista de la alta demanda y de la bajada de las temperaturas, se realizará un diagnóstico para adoptar las medidas necesarias», aseguran desde subdelegación. Estas podrían pasar por una reordenación de puestos o por un cambio en el sistema de citas previas.

Nicaragüenses y venezolanos

Este martes aguardaban su turno, pacientes, ciudadanos del este de Europa, africanos y, sobre todo, latinoamericanos. Las dos nacionalidades mayoritarias en estos momentos son la nicaragüense y la venezolana. «Estos dos países, por sus situaciones particulares, son de los que más gente está saliendo, aunque no los únicos. Desde hace unos meses está habiendo una avalancha de solicitudes de asilo y refugio», indica Álvaro Villacampa, abogado experto en extranjería cuyo despacho se ubica justo frente a la oficina de la Policía en Obispo Covarrubias. Son los trámites relacionados con el asilo, abunda, «los que se encuentran con una barrera porque el sistema está desbordado. El resto se siguen atendiendo con normalidad». 

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El mero hecho de tener en su poder una cita previa, conocida popularmente en la comunidad inmigrante como ‘papel blanco’, sirve al solicitante de acreditación de que está regularizando su situación. «Por eso existe esta alta demanda», explica el jurista.

Un largo proceso

Tras conseguir la cita previa, los exiliados acuden a una entrevista con los agentes para explicar su caso particular: qué motivos les han empujado a dejar su país, con quién vienen… «Es el momento en que se inicia formalmente el trámite. Van acompañados de un abogado, pero si no tienen recursos se les asigna uno de oficio, lo que retrasa el proceso. Lo mismo ocurre si precisan un intérprete», apunta Villacampa.

Después se les concede la ‘tarjeta roja’ y se les retira el pasaporte durante el tiempo en que están en España. «Durante seis meses no pueden trabajar y tienen que apoyarse en sus ahorros y familia o recurrir a asociaciones». El abogado advierte de que «muchos de los huidos de Venezuela o Nicaragua son empresarios, abogados, médicos… gente distinta del estereotipo de migrante». Pasado medio año, los solicitantes obtienen «otra tarjeta roja, pero con la inscripción ‘permite trabajar’. Es la que buscan. La posibilidad de trabajar y de rehacer su vida», concluye el experto.

«España nos ha dado todo»

Giovanni Zambrano es un venezolano de 46 años, natural de Caracas, que este martes hacía cola en la oficina de Extranjería. Llegó hace un año a Pamplona con su familia y ahora residen en la capital aragonesa, «lejos del chavismo, al que me enfrenté, razón por la que tuve que dejar mi puesto de gerente de una empresa y huimos a España, país que nos ha dado todo y donde nos tratan de maravilla«.

Otro usuario, José Carlos, un nicaragüense de mediana edad, lamenta haber hecho fila «tres días seguidos» como consecuencia de que «la oficina solo abra de 12.00 a 14.00» y pide «un servicio más ágil».