El Gobierno rebaja la previsión de crecimiento para este año y el siguiente

El deterioro de la economía ya se filtra en las previsiones del propio Gobierno. El Ejecutivo ha empeorado en una décima sus estimaciones de crecimiento del PIB para este año y el siguiente al 2,6% y al 2,3% respectivamente, y así lo incluye el borrador presupuestario que enviará a Bruselas a lo largo del día. El Gobierno ha aprobado hoy en Consejo de Ministros extraordinario esta mañana el documento que remitirá ala Comisión Europea incluyendo los acuerdos plasmados con Podemos.

El deterioro de la economía, en palabras de Calviño, se produce por el menor crecimiento del entorno exterior y la subida del precio del petróleo, lo que aportará menores exportaciones a la economía, de forma que la demanda exterior restará una décima al crecimiento frente a la contribución de 2,7 puntos de la demanda interna.

Los mayores impuestos y gastos redundarán, a ojos del Ejecutivo, en un objetivo de déficit del 1,8% del PIB ha explicado la ministra de Economía, Nadia Calviño, en la rueda de prensa posterior al Consejo. De esta forma, el Ejecutivo persiste en la meta de déficit que pretende aprobar, pese al rechazo de las Cortes. «Volveremos a presentar este objetivo. Lo contrario sería pasar a un déficit del 1,3% del PIB con un recorte de gasto de 11.000 millones», ha señalado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

En todo caso, el techo de gasto será el mismo, de «prácticamente nada», ha abogado Montero, que confía en que para final de año la senda que propone el Ejecutivo estará definitivamente aprobada para que los Presupuestos entren para marzo.

Así, la reducción de déficit será de nueve décimas el año que viene, y por primera vez España cosechará superávit primario (excluyendo intereses de deuda) desde 2007. «Las medidas incluidas en el borrador tendrán un impacto neutro sobre el crecimiento real de 2019», ha incidido Calviño. El ajuste estructural, es decir, más allá del crecimiento será de 4.800 millones, es decir, un 0,4% del PIB, como pedía Bruselas, ha defendido la ministra. «De no ser por las medidas de estos presupuestos, el déficit del año que viene sería del 2,2% pero el 1,8% es muestra de nuestro compromiso con Bruselas», ha apuntado Calviño.

Cuentas improbables

En caso de que haya incumplimiento del déficit y los números no pasen del papel, Calviño ha señalado que ahora el déficit pasa a un segundo plano para Bruselas. Ello es así porque España escapará este año del Procedimiento de Déficit Excesivo al bajar del 3% del PIB y la Comisión vigilará con más celo la regla de gasto y la deuda pública. Y en este último punto, la ministra de Economía ha defendido que el pasivo bajará «el doble que lleva reduciéndose desde 2015». La meta de deuda de las administraciones será el año que viene del 95,5% del PIB, frente al 98,1% en el que cerró 2017.

El Gobierno, en definitiva, camina sobre el alambre de elevar el gasto y subir los impuestos pero tratará de que se cumpla el ajuste estructural y no tanto el déficit, ya que estas son las asignaturas prioritarias para la Comisión Europea. Todo un reto, ante el ramillete de medidas y guiños del Gobierno a Podemos, a los que se añadirán los que hará a los nacionalistas para arañar su voto.