Más de 100.000 pacientes cambiarán de médico de Familia por el traslado de profesionales

Miles de aragoneses cambiarán de médico de Familia a partir de la segunda quincena de octubre. El Servicio Aragonés de Salud (Salud) resolverá definitivamente en unas semanas el concurso de traslados, que permitirá la movilidad voluntaria de profesionales para cubrir 343 plazas vacantes en centros de salud de toda la Comunidad aragonesa.

El Salud publicó el pasado día 10 de septiembre, a través de su web, la lista provisional de médicos admitidos a este concurso de traslado con sus destinos provisionales. Participan 257 facultativos, de los que en este primer cribado, 184 han conseguido plaza, mientras que a 73 no se les ha designado destino al no poder conseguir el puesto solicitado por su puntuación. Sin embargo, esta distribución puede cambiar por renuncias o las alegaciones en las próximas semanas.

Así, aunque es difícil conocer la cifra exacta de pacientes que cambiarán de médico de Familia, algunos cálculos orientativos ayudan a hacer una estimación. Cada facultativo de cabecera tiene asignados entre 500 y 2.000 tarjetas sanitarias, dependiendo del centro de salud y si está en medio rural o urbano. Solo multiplicando los 184 facultativos a los que ya se les han asignado un destino por un mínimo de 500 cartillas hacen un total de 92.000 ciudadanos. Pero el volumen se prevé mucho mayor por el efecto dominó que desencadena este proceso. Cuando un médico se mueve, deja libre una plaza a la que acceden otros compañeros. Además, los puestos que quedan vacantes son ocupados por interinos.

Desde el sindicato de médicos de Atención Primaria (conformado por Cemsatse y Fasamet) aseguran que la movilidad voluntaria es «fundamental» para que los profesionales puedan reubicarse y fomentar el traslado de profesionales. Insisten en que convocar concursos de traslados de manera periódica ayudará a cubrir plazas de difícil cobertura, ya que los médicos tienen la garantía de que pueden moverse a los pocos años. Pero, además, facilita el retorno de facultativos que trabajan fuera de la Comunidad aragonesa. En este concurso, por ejemplo, hay 29 personas que llegan desde otras comunidades, como Madrid, Cataluña, País Vasco, La Rioja, Murcia o Navarra.

Pero, ¿qué plazas y destinos han elegido los participantes en el actual proceso? De los 184 a los que ya se les asignado destino provisional, 97 ocupan plazas urbanas (84 en Zaragoza, 9 en Huesca y 4 en Teruel) y el resto en el medio rural. Una vez que el Boletín Oficial de Aragón (BOA) informe en unas semanas de la resolución definitiva, los facultativos tendrán tres días hábiles para ocupar su puesto, si la desempeñada y la adjudicada están en la misma provincia; quince días hábiles si pertenecen a distinta provincia o un mes si la plaza desempeñada corresponde a otro servicio de Salud.

Aragón quiere regularizar la convocatoria de concursos de traslados, que fue objeto de polémica durante muchos años por los antiguos criterios de baremación. Ahora, la puntuación de los aspirantes se calcula por el tiempo trabajado (incluido el tiempo MIR) y la permanencia en la actual plaza (por un máximo de 10 años que equivale a 30 puntos).

Los sindicatos con representación en la Mesa Sectorial acordaron con el Salud, según explicaron desde CSIF, que los concursos de traslados se celebraran a partir de 2019 con una regularidad anual,con la publicación de la convocatoria en abril y la toma de posesión de las plazas en octubre.

Los concursos de traslados buscan, junto a las ofertas de empleo público, mejorar las condiciones laborales de los facultativos y, sobre todo, paliar la falta de profesionales. La escasez de facultativos en Atención Primaria ha obligado a cerrar cientos de consultas este verano y ha provocado una sobrecarga de trabajo a los que han permanecido en sus puestos.

A finales de agosto, el Salud publicó el listado de admitidos y excluidos en la próxima Oferta de Empleo Público de Atención Primaria, cuyo examen está previsto para el 25 de noviembre. Solo se han presentado 930 aspirantes para las 317 convocadas. La ratio es una de las más bajas de los últimos años en la Comunidad aragonesa.

«Me da mucha pena dejar a mis pacientes»

«Las circunstancias familiares van cambiando y hay que ir adaptándose a ellas». Mariano Lozano, médico de Familia del centro de salud Teruel Ensanche, es uno de los facultativos que han optado al concurso de traslados que se resolverá en las próximas semanas. Su caso todavía es más paradójico porque ha pedido, y de momento se la han asignado, una misma plaza vacante en ese mismo centro, pero con otro horario. Sin embargo, su cupo de pacientes pasará a otro facultativo y el asumirá uno nuevo. «Si pudiera me llevaría a mis pacientes, me da pena dejar mi cupo, pero no puede ser», asegura Mariano, que ahora aspira a conseguir un horario de 8.00 a 15.00. En sus 29 años de profesión, ha recorrido Mosqueruela, Muniesa y Aliaga hasta llegar a conseguir plaza hace tres años en Teruel.

«En Aliaga, donde estuve 11 años, hacía 150 kilómetros en coche cada día», recuerda. «En el anterior traslado conseguí estar en Teruel, porque quería quitarme el coche», añade.

Este mismo objetivo persigue Isabel Monreal. Precisamente, camino del centro de Salud de Sástago, donde lleva siete años y medio, reconoce que su prioridad a la hora de elegir destino fue poder ir andando desde su domicilio y que ofreciera docencia. «De momento, me han asignado el centro del Arrabal de Zaragoza. Mi vida va a cambiar por completo. No quiero coger el coche para nada. Estoy pensando incluso comprarme una bici o un patín eléctrico», bromea Isabel, que pasó otros cinco años en Ojos Negros.

Reconoce que le ha dado muchas vueltas a su decisión, porque le da pena dejar a sus pacientes y a los compañeros de su centro de Sástago. «Cuando estoy trabajando estoy fenomenal, te vinculas mucho al sitio donde trabajas, el problema es el trayecto todos los días», insiste Isabel, que recuerda que invierte dos horas al día en coche por una carretera, la de Alcañiz, con «mucho tráfico y bastante peligrosa». «No puedo compartir el viaje con nadie, por los horarios y porque siempre necesitas el coche para desplazarte a pueblos», lamenta la facultativo.