La universidad Camilo José Cela necesitaba doctores «rápido» para no perder los títulos que impartía

En el año 2010, dos después de que Pedro Sánchez fuera contratado como profesor en la Universidad Camilo José Cela, se inició la implantación del Plan Bolonia. Servía para unificar los criterios en las universidades europeas y supuso graves problemas para muchas de ellas, sobre todo las privadas.

Durante la adaptación al plan, en 2007, fue modificada la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades. Uno de los cambios supuso que «al menos el 50 por ciento del total del profesorado deberá estar en posesión del título de Doctor y, al menos, el 60 por ciento del total de su profesorado doctor deberá haber obtenido la evaluación positiva de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación» (ANECA). Con anterioridad, los doctores del claustro de profesores solo tenían que sumar el 25 por ciento, por lo que la nueva normativa generó grandes apuros.

En las universidades públicas la cuota de doctores era amplia, pero en la Camilo José Cela y en otros jóvenes centros privados era «desastrosa», recuerdan varios profesores. Fundada en el año 2000, la UCJC necesitaba como fuera aumentar el número de doctores, especialmente en la etapa en la que Pedro Sánchez era profesor. En los claustros académicos se insistió en que el profesorado debía ponerse manos a la obra para obtener el título de doctor.

Primeros doctores

En sus primeros años de funcionamiento, cuando la UCJC no tenía programas de doctorado, necesitaba contratar doctores de otras universidades o que sus profesores leyeran las tesis en otros centros educativos. En el curso 2007/2008 nombró sus dos primeros doctores (fue en 2008 cuando el entonces rector, Rafael Cortés Elvira -secretario de Estado para el Deporte con Felipe González– fichó a Pedro Sánchez). A partir de ahí, las cifras fueron aumentando exponencialmente, hasta conseguir un total de 170 tesis leídas en el periodo 2007/2008 – 2016/2017, según Teseo, la base de datos del Ministerio de Educación. Sánchez consiguió su doctorado en noviembre de 2012, uno de los años más prolijos, cuando en la UCJC se leyeron 21 tesis, más del doble de las 9 del curso anterior. Esta cifra solo se superó con las 27 de 2015/2016 y las 66 de 2016/2017. Hubo profesores que habían firmado contratos con fecha de caducidad vinculada a la consecución del doctorado.

Un alto cargo de la universidad que coincidió con Pedro Sánchez -y que ha pedido el anonimato- relata a ABC que «estábamos muy por debajo en la ratio de doctores en las facultades, lo que supondría no pasar las acreditaciones de la ANECA y perder los títulos que impartíamos». La facultad de Pedro Sánchez, Ciencias Jurídicas y Económicas, estaba entre las afectadas, al igual que Arquitectura y Comunicación.

Según las fuentes consultadas por ABC, Sánchez contó con todo tipo de facilidades para obtener su título, incluidos tratos de favor. De hecho, el periodista Jesús Maraña publicó en el libro «Al fondo a la izquierda» (2017) que en el año 2008 Pedro Sánchez «recurre a los contactos que le han proporcionado sus años en el Ayuntamiento y en Ferraz, y consigue que Rafael Cortés Elvira, por entonces rector de la privada Universidad Camilo José Cela de Madrid, le facilite un doctorado y una plaza como profesor asociado de Estructura Económica e Historia del Pensamiento Económico».

Sánchez matriculó su tesis el 10 de febrero de 2010 y la leyó el 26 de noviembre de 2012. En septiembre de 2011 puso un tuit en el que pedía ayuda para la matería sobre las que poco más de un año después se doctoraría: «Tengo que escribir unas notas sobre diplomacia Economica, alguien puede aconsejarme literatura Economica para leer? Gracias!».

El actual presidente del Gobierno logró su título, como desveló ABC el pasado jueves, con un tribunal que carecía de experiencia académica y de conocimientos en la materia examinada, la diplomacia económica de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.

Entre los cinco integrantes estuvo el profesor Santiago Pérez Pérez-Camarero, de la Universidad de Castilla-La Mancha, pese a que se había doctorado el 28 de septiembre de 2012, solo dos meses antes de calificar a Sánchez. Su tesis versaba sobre «Políticas de fomento y promoción de la natalidad en la Unión Europea». Es un experto en estudios socio-sanitarios.

Otros dos miembros del tribunal, Juan Padilla y Alejandro Blanco, tenían una muy breve experiencia como doctores. Padilla, profesor de la Universidad Camilo José Cela, igual que Pedro Sánchez, y actual director general, se había doctorado el 21 de septiembre de 2011, apenas una año antes de calificar la tesis de Sánchez, y con la misma directora de tesis, María Isabel Cepeda, como prueba la ficha de Teseo.

Tribunal endogámico

El tribunal era tan endogámico que otro de sus miembros, Alejandro Blanco Fernández, también fue dirigido en su tesis por la misma profesora y en la misma universidad. Obtuvo el doctorado el 24 de junio de 2011, solo un año y cinco meses antes de calificar la tesis de Sánchez.

Otro miembro del tribunal fue Ricardo José Rejas Muslera, profesor de la UCJC. Rejas tenía más experiencia como doctor, cinco años, pero su área de conocimiento nada tiene que ver con la materia examinada. Es especialista en «Procesos de gestión de riesgos legales para proyectos de desarrollo de software», el título de su tesis, leída en 2007.

Por último, la presidenta del tribunal, Cristina Ruza, era la de mayor experiencia. Se había doctorado en 2004 y tenía un currículum académico extenso, pero en nada relacionado con la diplomacia económica. Es especialista en riesgo de crédito. Según su currículum oficial, «ha publicado diversos artículos de investigación relacionados con el comportamiento del ahorro, análisis de riesgos de entidades financieras, mercados financieros, endeudamiento familiar, microfinanzas (microcréditos y microseguros) y el proceso de reestructuración del sistema financiero español».