«Misión cumplida: los 13 están fueran de la cueva»

Después de 17 días de angustia, el milagro se ha hecho realidad. Los cinco últimos atrapados que quedaban en la ya famosa cueva de Tham Luang, al norte de Tailandia, han sido rescatados este martes. Se suman así a los ocho que ya habían sido sacados de la caverna el domingo y el lunes, cerrando con final feliz un drama que ha tenido con el corazón en un puño a todo el planeta. Finalmente, y después de tres días de esfuerzos titánicos y operaciones a contrarreloj por parte de un centenar de buzos extranjeros y tailandeses, están a salvo los doce niños y el entrenador del que probablemente sea ya el equipo de fútbol infantil más conocido del mundo, los «Jabalíes Salvajes».

«Misión cumplida: los 13 están fuera de la cueva», ha anunciado el gobernador de la provincia de Chiang Rai y jefe del dispositivo de salvamento, Narongsak Osottanakorn, desatando la euforia de los periodistas.

Bajo la amenaza de una tormenta que descargó durante toda la noche, el grupo de buzos encargado de la misión partió en su búsqueda a las diez de la mañana (cinco de la madrugada, hora peninsular española). Aunque se temía que las fuertes lluvias hubieran elevado de nuevo el nivel del agua dentro de la cueva, dificultando aún más una operación ya de por sí complicadísima, el rescate fue bastante rápido. Pasadas las cuatro de la tarde (las nueve de la mañana), el primer niño ya estaba fuera de la cueva, según informa el portal de noticias tailandés Khaosod.

A partir de ahí, los otros tres muchachos salieron rápidamente hasta que, cerca de las siete de la tarde (dos de la tarde en España), terminó el rescate con la evacuación del monitor, el último en dejar la cueva. En total, casi nueve horas para atravesar un oscuro laberinto de cinco kilómetros de grutas estrechísimas, algunas de ellas inundadas, hasta ascender a la superficie desde los 600 metros de profundidad a que se encontraban los chicos.

En estos momentos de alegría por su rescate, el gobernador ha recordado al buzo tailandés de 38 años que pereció la semana pasada durante los preparativos de la operación, a quien definió como el «Héroe de Tham Luang». Su fallecimiento durante una inmersión en una de las grutas anegadas da buena cuenta de los riesgos que han corrido los niños, que han tenido que atravesar cavidades de apenas un metro de ancho. Para ello, tuvieron que aprender a bucear en un par de días cuando la mayoría no sabía ni nadar. Con edades comprendidas entre 11 y 16 años, el mayor peligro es que sufrieran un ataque de pánico al pasar por las grutas más angostas, entre ellas una de solo 72 centímetros de ancho por 38 de alto.

Tras ser atendidos en la enfermería instalada en una de las últimas grutas de la cueva, los rescatados han sido trasladados en helicóptero al hospital provincial de Chiang Rai, a 60 kilómetros. Allí les esperaban sus familiares y sus compañeros salvados en los dos últimos días, que finalmente ven la luz al final de la cueva de Tham Luang.