Federer estrena la central de Wimbledon de forma impecable

Hay historias de amor que no duran toda la vida. La de Roger Federer con Nike llevaba 24 años. Incluso hay quien afirma que la marca deportiva tuvo mucho que ver en convertirlo en un «gentleman» de las pistas. En la primera ronda de Wimbledon, el suizo sorprendió y confirmó lo que hasta ahora era un rumor: ha cambiado Nike por Uniqlo. La firma es por diez años y se habla de que cobrará unos 30 millones de dólares por cada uno de ellos. Con ropa de la marca japonesa se presentó en la pista central del All England Club para hacer frente al serbio Lajovic, al que despachó sin demasiados apuros. Éste no es un día cualquiera en el torneo londinense. La pista central está impecable, la hierba, cortada a 8 milímetros, y todo verde, sin las calvas que irán apareciendo con el paso de las jornadas y con las pisadas de los jugadores. Los aficionados de toda la vida llevan casi un año, desde la última final, esperando ese momento. Todas las miradas están centradas en ese estadio y el campeón, como manda la tradición en el torneo más tradicional del circuito, es quien la inaugura.

Federer llegó al partido después de unos días de descanso y tras perder la final de Halle, pero el parón parece haberle sentado bien. Sin resquicios, el número dos del mundo necesitó poco más de una hora y cuarto para superar a Lajovic, un tenista con algún resultado interesante esta temporada, como el triunfo contra Del Potro en Madrid. Mostró el helvético todo su repertorio: segurísimo en el saque, ya que no cedió ninguna pelota de break y con el primer servicio únicamente perdió cuatro puntos en todo el encuentro; restando de maravilla y alternando el juego de fondo con las subidas a la red, donde ganó 22 de sus 27 intentos.

Wimbledon es como la segunda casa de Federer. Se mueve de maravilla en esa pista y en esa superficie, aunque lo que busca son palabras mayores: volver a ganar en la capital del tenis, el que sería su noveno título, a punto de cumplir 37 años. Lajovic no fue rival. Vendrán días más difíciles para el suizo.