Muguruza vuela rumbo a octavos de final

Garbiñe Muguruza le delata la mirada. En este Roland Garros sale con un solo objetivo en sus ojos: su segundo título en París. Ni siquiera los espectadores que tardan más de la cuenta en sentarse perturban su idea. Muguruza va a lo suyo: a ganar. Y ya está en octavos después de arrollar a Samantha Stosur en apenas 62 minutos.

La española tenía un plan definido: no dejar respirar a la australiana. Y para ello, cargó sus saques de una efectividad y un cambio de sentido que fue ilegible para la veterana tenista, incapaz de deshacerse de la pelota o de ir a buscarla cuando Muguruza abría el ángulo. También las derechas funcionaron, profundas desde el mismo resto. Pero lo que ayudó a que Stosur apenas tuviera alivio en un primer set que duró 24 minutos fueron los avances de Muguruza hacia la red. Pasos cortos, estudiados y decididos para concluir el punto con voleas definitivas. Stosur, ante el avance, no tuviera más remedio que irse para atrás y pensar en que se acabara pronto la pesadilla.

Stosur sonrió a la media hora de partido, celebraba así un respiro ya en el segundo set, con su primer juego. Al menos, no acabar humillada en la pista central de Roland Garros. Y de la alegría de ese 1 en su marcador, llegó el 2, gracias también a un único juego en el que Muguruza no ató bien los saques y permitió que la australiana se adelantara en la pista.

Pero salvado el resbalón, volvió a plantarse firme atrás y con recursos como dejadas impecables que acabaron por desesperar a Stosur. Funciona el saque, la derecha, el revés. Funcionan sobre todo las piernas, ágiles y certeras para situarse enseguida cerca de la pelota. Funciona el empuje de llevar todo el peso del cuerpo hacia delante. Todo funciona en esta Muguruza que ya está en octavos con la mirada llena de fuego.

Se mide en octavos contra Lesia Tsurenko, otra buena oportunidad de ganar enteros para lo que queda de torneo. Porque la ucraniana ganó en su primer encuentro previo, allá por 2015, en el Masters de Canadá; pero ya en 2017, con una Muguruza campeona, fue la española quien se llevó el triunfo. Y esta Muguruza es muy parecida a la del año pasado, sobre todo, a la que ganó en Wimbledon. Lo dice su mirada. Va a por su segundo título en París.