Rubiales cuenta mejor que Larrea

Las cuentas le salieron mejor a Luis Rubiales que a Juan Luis Larrea. Sólo había presentado 31 avales para formalizar su candidatura, pero aseguraba que guardaba aproximadamente 50 más que no quiso exhibir. Larrea presentó 70 avales y anunciaba haber obtenido más apoyos en los últimos días. Pero los votos de Rubiales resultaron más fiables. La votación trataba de decidir si Rubiales había hinchado sus cuentas en los avales o si a Larrea le habían apoyado para darle la espalda después. El ex tesorero de la Federación se siente traicionado.

Necesitaba mayoría absoluta en primera ronda para ganar, 70 votos sobre los 139 miembros de la Asamblea. Aunque dos de ellos no se presentaron, los futbolistas Iago Aspas y Pedro León. Sí votó el inhabilitado Juan Padrón, como representante del San José. A Rubiales le sobraron diez votos para convertirse en el nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol. 80 votos a favor del ex futbolista, 56 para Larrea y sólo un voto en blanco entre los 137 votos emitidos. Cuando el presidente del San Vicente, que ejercía de presidente de la mesa electoral, terminó de extraer los votos de las urnas, Rubiales festejó su triunfo como el futbolista que todavía siente que es. Levantó los brazos y se fue a dar la mano a su rival, Juan Luis Larrea, situado al otro lado del auditorio. «El cambio es imparable» ha sido su lema durante toda la campaña y así terminó su discurso de toma de posesión el nuevo presidente de la Federación. «Hemos conseguido dar un paso adelante, tenemos que ser ambiciosos y resolutivos. Tenemos que darlo todo, como cuando salimos al campo. Tenemos que ser una Federación líder, con respeto y humildad, pero nadie nos va a ganar a trabajo. El cambio es imparable», concluía Rubiales.

El nuevo presidente del fútbol español no disimuló su emoción al asumir su cargo. «Tengo que dar las gracias a mucha gente. Voy a empezar por mis seres queridos, quiero agradecer a mi madre y mi padre, que están aquí y gracias a ellos fui futbolista en el Motril y poco a poco fui creciendo. A mi hermana, a mi pareja Raquel, que no es fácil aguantar tantos días fuera y a mis tres soles, mis niñas, que tengo que pedirles perdón por aguantar este tiempo que su padre no puede estar con ellas», decía. También se acordó después de su abuelo, ya fallecido, que fue futbolista como él, «y se quedó todo el gol de la familia. Él los marcaba a pares y yo metí uno en doce años de profesional», recordaba.

El desarrollo de la asamblea fue lento y el desenlace, rápido. Una cabina con cortinajes permitía que los votantes introdujeran su papeleta en el sobre de manera secreta. Uno a uno los llamaban desde la mesa para que acudieran a depositar su voto. Tres horas después, terminaba el proceso. Si no hubiera arrasado en la primera vuelta hubiera sido necesario una segunda en la que bastaba con mayoría simple para ser elegido presidente. No hizo falta que se hiciera de noche para que Rubiales fuera coronado.

No quiere perder tiempo para comenzar su trabajo en la Federación. Se ha esforzado durante toda la campaña, buscando cada voto, puerta a puerta, hombre a hombre. 85.000 kilómetros ha recorrido en una campaña que se ha prolongado un mes más de lo previsto. Se ha dejado muchas energías en el camino y tampoco parece dispuesto a ahorrarlas ahora. Hoy mismo por la mañana asegura que estará de nuevo en Las Rozas para dar sus primeros pasos como presidente. No quiere hablar de limpias, prefiere hablar de diálogo. «Hay un magnífico patrimonio. La base y la materia humana que hay aquí son muy buenas», dice en referencia a los empleados de la Federación.«Que todos participen y que todos se encuentren cómodos, desde la confianza y el respeto y la lealtad y entendiendo que cada uno tiene sus competencias», añade. Entre sus planes no están ni ofrecer a Larrea que colabore con él ni mantener a Victoriano Sánchez Arminio como presidente. Para los árbitros tiene nuevos planes, quiere que tengan seguridad social, como cualquier trabajador, y que prolonguen su carrera al menos dos años más, hasta los 47 como sucede en otros países.

«Ha ganado el fútbol», dice Rubiales. Ahora tiene sólo dos años por delante para cambiar la Federación. Un mandato reducido por los enredos judiciales provocados por Ángel María Villar.