Luis Salom, el asesor del PP que enerva a la izquierda con sus denuncias

El pasado miércoles 28 de marzo compareció ante un juzgado de Alicante el que hasta otoño el año pasado fue coordinador de Esquerra Unida (IU) en la Comunidad Valenciana, David Rodríguez. Una jueza le ha pedido que explique si es cierto que viajó a Cuba en noviembre de 2016 para asistir al funeral de Fidel Castro y giró los gastos de aquel desplazamiento (1.150 euros) a la Diputación de Alicante. La publicación de ese viaje le costó el puesto orgánico a Rodríguez, ya cuestionado en su propia organización. Pero su despedida al líder cubano con cargo a la caja pública podría darle, además, un susto en forma de proceso judicial si prospera la denuncia presentada por una persona que, sin tener nada que ver con la política alicantina, parece haberse arrogado el rol de justiciero de la derecha valenciana, acosada por múltiples causas de corrupción, frente a los partidos de izquierda.

Se trata de Luis Salom, el joven asesor del Partido Popular en Valencia que se dio a conocer hace algunos años por su ingente actividad tuitera, sus enfrentamientos con periodistas como Ana Pastor o por la maniobra que dejó a Ada Colau sin la marca Guanyem Barcelona con la que pretendía presentarse a las municipales hasta que descubrió que se habían tomado la delantera en la Oficina Española de Patentes y Marcas.

Un cargo de EU que viajó a Cuba con dinero público, el edil de Fiestas de Valencia o el ‘viceconseller’ de Educación están entre sus ‘piezas’ de caza

Implicado en la llamada trama de blanqueo de la operación Taula, que salpica al grueso del grupo municipal en Valencia y por la que está imputado y al borde del procesamiento por hacer donaciones de 500 euros de dinero negro al partido, Salom se ha convertido en una metralleta de redacción de denuncias con las que intenta desnudar a las formaciones ahora en los gobiernos municipales y autonómico con argumentos similares a los que estas emplean contra el PP y su lastre de corruptelas. Su hiperactividad como denunciante ha cosechado algunos éxitos y, aunque aparentemente se mueve al margen de su partido, ya ha conseguido que los juzgados abran causas contra dirigentes del PSOE, de Compromis y de IU.

Rodríguez no es el único que va a tener que desfilar por un juzgado como consecuencia de una denuncia de Salom. Natural de Carcaixent, este técnico en administración de sistemas informáticos, que comenzó a colaborar con el PP a partir de 2003 a través de Nuevas Generaciones, ha logrado que un juzgado inicie diligencias contra el número dos de la Conselleria de Educación, el socialista Miguel Soler, por haber cobrado como asesor de las Cortes Valencianas sin ir a trabajar y dedicar su tiempo, presuntamente, a colaborar en la sede valenciana del PSOE en la pasada legislatura. La denuncia buscaba generar un paralelismo con los llamados trabajadores ‘zombis’ que el PP mantuvo apesebrados durantes años en Imelsa, la empresa de la Diputación de Valencia, y que tampoco acudían a su puesto de trabajo, lo que ha dado lugar a una pieza separada del caso Taula.

Está imputado por blanqueo: «Lo haría igual y aunque se archive Taula. No busco hacer un uso mediático de las denuncias como hacía Compromís»

Las denuncias de Salom han alcanzado también al concejal del Fiestas del Ayuntamiento de Valencia, Pere Fuset, un hombre de Compromís cercano al alcalde Joan Ribó. En su caso, el asesor del PP le puso dos demandas por presunto fraccionamiento de contratos. En una de ellas, que hace referencia al pago de 218.061 euros entre abril de 2016 y febrero de este año, el juez ha abierto diligencias y ha citado a declarar como investigado al edil por presunta prevaricación administrativa.

Por contra, otra de las causas fue archivada la semana pasada con un toque de atención al denunciante por parte de la juez: «El denunciante Luis Manuel Salom Andrés se limita a imputar al denunciado Pere Sixte Fuset i Tortosa, Concejal Delegado de Cultura Festiva del Ayuntamiento de Valencia, un delito de prevaricación sin traer principio de prueba alguna, ni indicio sólido y seriode que nos hallemos ante una resolución administrativa arbitraria”.

Aunque él no lo confirma, fuentes conocedoras de sus planes señalan que ha interpuesto hasta una decena de demandas penales contra miembros de la coalición de gobierno de Compromís, PSPV-PSOE y Podemos en Valencia y que, incluso, ha inundado de quejas contra dirigentes de formaciones de izquierda a la nueva Agencia Antifraude de la Comunitat Valenciana que dirige Joan Llinares. Él sostiene que va por libre, sin aparente respaldo inicial de su partido, que no ha dudado en tratar de sacar provecho político cuando han trascendido las aperturas de los procedimientos. El PP incluso se ha apuntado al festival de denuncias como estrategia política con el envío a la Fiscalía Anticorrupción de los expedientes de fraccionamiento de contratosde la ‘conselleria’ de la vicepresidenta valenciana Mónica Oltra o los documentos que remitieron a la Policía Nacional sobre la relación de PSPV-PSOE y el Bloc Nacionalista Valencia con la agencia Crespo Gomar. «Puede que empezase en plan justiciero, pero tiene comunicación con la vicesecretaria regional Eva Ortiz, que es la que más defiende la estrategia de la judicialización como línea de oposición. Ellos sabrán si quieren ser como Compromís», afirman desde sectores del partido.

“Solo estoy haciendo lo que creo que debo hacer con total libertad y que los jueces digan lo que tengan que decir. No voy a hacer un Ritaleaks sin que los jueces tomen en consideración los asuntos. Eso me parece demasiado rastrero y no quiero parecerme a Compromis”, señala en conversación con El Confidencial. Salom se refiere al caso de los gastos en hoteles o comidas de la alcaldesa fallecida que, tras ser investigados por la Fiscalía Anticorrupción, llegaron a la Fiscalía del Supremo y decidió archivar tras no apreciar indicios de responsabilidad penal. Poco antes de las elecciones municipales de 2015, formación valencianista organizó una rueda de prensa para hacer públicos los documentos con los gastos de Rita Barberá que había remitido a Anticorrupción.

«Es muy currante y se trabaja mucho los temas», dicen sus defensores. «Vive de hacer el burro», señalan los detractores

-¿Actuarías igual si no estuvieses investigado por el tema del blanqueo de Taula o el alcalde Joan Ribó no hubiese intentado dejarte sin sueldo cuando te imputaron?

-“Evidentemente sí, lo haría igual y aunque se archive mañana Taula. Es porque creo que no están para hablar de nada. Pero la diferencia es que no busco hacer un uso mediático de las denuncias como hacía Compromís. Por eso no quiero dar detalles de las mismas ni hacer declaraciones. Observo cosas que creo que no son correctas y las pongo en conocimiento de los juzgados, nada más”.

-¿Te sientes respaldado por tu partido en tus denuncias?

-“Soy independiente”.

Al borde del procesamiento

Salom nunca tuvo peso en el Partido Popular. De hecho, se ha quejado en su círculo de que la organización no lo ha apoyado en su periplo por el caso Taula. Si resulta procesado será expulsado del partido y tendrá que dejar su puesto y su salario público. Sus líos en las redes sociales, su juventud y su aspecto de ‘pagafantas’ lo convirtieron en protagonista de la política local en varias ocasiones, pero no pasó de asesor municipal, cargo que obtuvo gracias a la mediación ante Barberá de Beatriz Simón, también investigada en la pieza del ‘pitufeo’ o blanqueo de capitales en el grupo municipal del PP en Valencia.

“Es muy currante y se trabaja mucho los temas. Ya les gustaría a muchos tener un asesor así”, señala una persona que conoce las interioridades del partido. “Vive de hacer el burro. Algunos nos pensamos las cosas antes de decirlas o no las decimos nunca”, critica otra que ha colaborado con él en el Ayuntamiento de Valencia. «Hace un trabajo sucio que nadie quiere hacer y está buscando su sitio dentro del partido», añaden otras fuentes del PP.

Héroe o villano, Luis Salom sigue sin dejar indiferente, ahora como compulsivo redactor de denuncias penales. Escribir solo entradas en Twitter ha quedado para la edad de la inocencia.