Zaragoza propone una normativa que unificaría la estética del centro

El Ayuntamiento de Zaragoza quiere que la estética de fachadas, comercios, calles y mobiliario urbano se cuide mucho más. Y para ello ha confeccionado una normativa que plantea fijar cómo hacerlo, especialmente exigente en el centro de la ciudad y su casco histórico, pero con vocación de hacerlo extensible a todos los distritos, las normas que ahora se van a plantear obligarán a hacer cambios para que, en unos años, sean más homogéneos. Se acabó la paleta de colores a gusto del consumidor, ahora habrá exigencias que cumplir, más patrimonio catalogado y todos los elementos que forman parte de la escena urbana se irán poco a poco unificando.

La propuesta, elaborada por el jefe de Planeamiento Urbanístico del consistorio, Ramón Betrán, ofrece un amplio abanico de requisitos a atender en cualquier reforma futura, edificación nueva o rehabilitación viaria o urbanística. Una propuesta que lleva el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) lleva seis meses trabajando con los grupos municipales, que estaba prácticamente consensuada el pasado mes de diciembre y que hoy podría saltar por los aires por la crisis abierta el pasado 9 de febrero, cuando el equipo del alcalde Pedro santisteve decidió expulsar a la oposición de la toma de decisiones en las sociedades municipales. Todo acuerdo peligra desde entonces y este no será una excepción.

SIETE VIALES SINGULARES // Este documento se vota hoy en Urbanismo e incluye una serie de normas con las que cumplir el mandato del pleno del 2013 que, a propuesta de CHA, aprobó elaborar una estética más uniforme de su escena urbana. Entonces se pedía una ordenanza, pero llega en forma de normativa a incorporar en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Esta plantea obligaciones de calado para los actuales y futuros residentes de cada distrito. Más exigentes en el caso del Casco Histórico, donde por ejemplo, en 5 años deberán soterrarse todos los cables que cruzan de fachada a fachada. O eliminar las antenas a la vista. Y señala siete viales de especial interés y regulación propia: paseo Independencia, calle Alfonso I, Conde Aranda, San Vicente de Paúl, la plaza del Pilar, la de San Francisco y paseo Fernando el Católico.

La exigencia en el centro viene dada por todos los edificios históricos que atesora. Catalogados muchos de ellos por la misma razón por la que ahora se protegerán todos los elementos presentes en la escena urbana: tener más de cien años. Ahora, la protección se amplía a placas, portales, papeleras, bancos, tapas de registro o alcantarillas, entre otros. No se podrán tocar sin permiso de Patrimonio.

En lo que respecta a los comercios, lo más llamativo es que se ha elaborado un catálogo de establecimientos históricos de los que Zaragoza no se quiere desprender. Así, letreros de negocios incluidos en él, deberán conservarse aunque se traspasen o cambie la actividad. O aunque se demuela el edificio y se haga otro. El cartel volverá a su cara visible.

También se van a unificar bancos, papeleras, farolas… Cada cada barrio podrá pintar en unos colores, podrá plantar unas especies concretas de árboles, el diseño de su mobiliario se escogerá entre los permitidos, o las baldosas que se sustituyan no podrán ser cualquiera. Aunque esta es la parte inacabada de la normativa. Queda lo más determinante: elegir el catálogo para cada uno. Y cuando esté, que se respete.