Décima plaga: Muerte de los primogénitos

A media noche, Dios hirió a todos los primogénitos del país de Egipto, desde el primogénito del faraón, que se sienta en el trono, hasta el primogénito del preso, que está en la cárcel y todos los primogénitos de los animales. Aquella noche se levantó el faraón, sus servidores y todos los egipcios, y hubo grandes alaridos en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto. El faraón llamó a Moisés y a Aarón de noche y les dijo “Levantaos, salid de en medio de mi pueblo, tanto vosotros como los israelitas, e id a dar culto a Dios, como habéis dicho. Tomad también vuestros rebaños y vuestras vacas, como habéis pedido, y marchad. Saludadme.” Los egipcios presionaban al pueblo para que saliese rápidamente del país, pues decían: “Vamos a morir todos.” El pueblo recogió la masa sin fermentar y, envolviendo las artesas en mantos, la cargaron a hombros

Los israelitas actuaron conforme a la palabra de Moisés y pidieron a los egipcios objetos de plata, objetos de oro y vestidos. Dios hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios, que accedieron a su petición. Así despojaron a los egipcios.

Los israelitas partieron de Ramsés hacia Sucot, unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. Salió también con ellos una gran muchedumbre, con ovejas y vacas; una cantidad enorme de ganado. Cocieron la masa que habían sacado de Egipto en panes ázimos, pues aún no había fermentado. Cuando fueron expulsados de Egipto no pudieron detenerse ni hacerse provisiones para el camino. La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años. El mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron del país de Egipto todos los ejércitos de dios. Aquella noche, Dios veló para sacarlos del país de Egipto. Y esa noche los israelitas velarán en honor de Dios, de generación en generación.

Normas sobre la Pascua.

Dios dijo a Moisés y a Aarón:” Esta es la ley de la Pascua: Ningún extranjero la comerá. Los esclavos que hayas comprado, si los circuncidas, podrán comerla. El forastero y el jornalero no la comerán. Se ha de comer en una sola casa; no sacaréis fuera de casa nada de carne, ni le quebraréis ningún hueso. Toda la comunidad de Israel la celebrará. Si un emigrante que vive contigo desea celebrar la Pascua de Dios, se circuncidará y entonces se acercará para celebrarla, pues será como los nativos; pero ningún incircunciso podrá comerla. Habrá una misma ley para el indígena y para el emigrante que vive con vosotros.” Todos los israelitas obraron así. Hicieron exactamente lo que dios mandó a Moisés y a Aarón. Aquel mismo día, Dios sacó del país de Egipto a los israelitas, por escuadrones.

Los Primogénitos.

Dios dijo a Moisés: “conságrame todo primogénito, todo primer parto entre los israelitas, tanto de hombres como de animales; es mío.”

Los Ázimos.

Y Moisés dijo al pueblo: “Recuerda este día en que salisteis de Egipto, de la esclavitud, pues con mano fuerte os sacó Dios de aquí; y no comáis pan fermentado. Salís hoy, en el mes de Abib. Cuando Dios te haya introducido en la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los jivitas y de los jebuseos, que juró a tus padres darte, tierra que mana leche y miel, en este mes celebrarás el siguiente rito: Durante siete días comerás ázimos y el día séptimo será fiesta en honor de Dios. Durante los siete días se comerá pan ázimo y no se verá pan fermentado ni levadura en todo tu territorio. Ese día explicarás a tu hijo: ‘Esto es por lo que Dios hizo por mí cuando salí de Egipto. Y será para tii como señal en tu brazo y como recordatorio en tu frente, para que tengas en tu boca la ley de Dios; porque con mano fuerte te sacó Dios de Egipto. Guardarás este precepto, año tras año, a su debido tiempo.”

De nuevo los primogénitos.

“Cuando Dios te haya introducido en la tierra de los cananeos, como juró a ti y a tus padres, y te la haya dado, consagrarás a Dios todo primogénito. Todo primer nacido de tu ganado, si es macho, pertenece a Dios. Mas todo primer nacido del asno lo rescatarás con un cordero; y si no lo rescatas, lo desnucarás. Rescatarás también todo primogénito de entre tus hijos. Y cuando el día de mañana te pregunte tu hijo. ¿Qué significa esto?, le dirás: ‘Con mano fuerte nos sacó Dios de Egipto, de la esclavitud’. Como el faraón se obstinó en no dejarnos salir, Dios mató a todos los primogénitos en el país de Egipto, desde el primogénito del hombre hasta el primogénito del ganado. Por eso yo sacrifico a Dios todo primogénito macho del ganado y rescato todo primogénito de mis hijos. Esto será como señal en tu brazo y como recordatorio en tu frente; porque con mano fuerte nos sacó Dios de Egipto.”