«No vemos ninguna diferencia entre Armengol y Puigdemont»

Dos años de pacto entre el PSOE y los nacionalistas de Més han bastado para despertar una parte de la sociedad balear poco dada a la movilización hasta ahora. La exigencia del catalán como requisito para trabajar en la función pública, el impulso de la inmersión lingüística de facto en la escuela, la avalancha de subvenciones a entidades catalanistas y los continuos guiños al procés catalán han provocado la creación de dos asociaciones que quieren plantar cara desde la sociedad civil al gobierno de la socialista Francina Armengol, apoyada por los nacionalistas de Més.

El éxito de la plataforma Mos Movem, Nos Movemos, Let’s go, que nació a finales de 2017 en Menorca para protestar contra el decreto del Pacte que exige el catalán para trabajar en la sanidad pública, se constituirá en breve como Asociación Civil Balear . Lo que comenzó como un movimiento espontáneo liderado por la empresaria del calzado Úrsula Mascaró en su Facebook ha ido cogiendo músculo -llegó a movilizar en diciembre a más de 2.000 personas en Mahón y ha ilusionado a un nutrido grupo de ciudadanos, que se ha puesto en marcha para trabajar en contra de la catalanización de las Islas. El éxito de Mos Movem en apenas tres meses de vida ha llegado a oídos de Sociedad Civil Catalana, que se desplazó esta semana a Menorca para trazar las líneas de trabajo con Mascaró e impulsar su matriz balear.

Sociedad Civil Balear se define como un grupo apolítico que nace con el objetivo inmediato de paralizar el llamado decretazo sanitario, que ya está provocando un éxodo de médicos a otras regiones de España, y para movilizar al máximo de usuarios y profesionales posibles para que conozcan «este problema que se avecina».

«No vamos en contra del catalán, simplemente creemos que debe ser un mérito y no un requisito injusto, innecesario y excluyente impuesto políticamente», dicen. Si nunca ha habido ningún problema con los idiomas en la sanidad de Baleares, «¿por qué ahora lo crean los políticos de turno?».

La defensa de la lengua y la cultura propias va en su ADN y reivindicarán que en Baleares «no se habla en catalán sino en menorquín, mallorquín, ibicenco, y formenterenc», recalcan en alusión a la imposición del catalán estándar en la Administración frente a las modalidades insulares.

Sociedad Civil Balear, a través de Mos Movem, está recogiendo firmas para pedir la paralización inmediata del decreto, ya que «las lenguas no curan y los ciudadanos quieren tener a los mejores profesionales independientemente de su procedencia». La nueva asociación ya tiene fecha para la primera manifestación en Mallorca el próximo 18 de febrero en Palma bajo el lema Las lenguas no curan, por una sanidad sin fronteras lingüísticas.

Al mismo tiempo que Sociedad Civil Balear también ha surgido Sociedad Cívica Balear. Esta asociación liderada por Cosme Brull, un joven estudiante de Derecho en la Universitat de les Illes Balears (UIB), va más allá que SCB y nace para frenar el «nacionalismo pancatalanista», denunciar los casos de adoctrinamiento en las escuelas y promover la «lengua balear».

Su línea de trabajo más inminente incluye salir a la calle para protestar de «forma pacífica y cívica», acudir a los plenos de los ayuntamientos «para ejercer presión como un lobby» y «decir a los políticos que nos gobiernan que no queremos ser Cataluña», explica su presidente, muy crítico con la deriva independentista del Govern balear. «El Pacte se está vendiendo a las mismas exigencias que hacía el gobierno catalán de Puigdemont al gobierno de España, por eso no vemos ninguna diferente entre Puigdemont y Armengol», sentencian en la misma línea que ya han denunciado Ciudadanos y PP. Brull recalca que su asociación «no va en contra de nadie» ni es «anticatalanista». «Mi abuelo es catalán y llevo con orgullo mi apellido. Simplemente queremos frenar el avance de los que se hacen llamar catalanes de Mallorca», argumenta Brull.

La mayoría silenciosa en las Islas ha despertado ante el temor de que «aquí pase lo mismo que en Cataluña» pero la creación de dos asociaciones similares en paralelo evidencia que el unionismo nace separado. ¿Sería posible una unión de ambas? Sociedad Civil Balear lo descarta mientras Sociedad Cívica Balear está abierta a «trabajar juntos».