Sánchez y el PSC: historia de un chasco

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, despidió el año -y arrancó 2018- con el amargo sabor de los resultados electorales de Cataluña. Daba por hecho que Iceta iba a conseguir más de 20 escaños en el Parlamento catalán, remontar el hundimiento arrastrado desde hace años y tener opciones para aspirar al «Govern». Así lo ha confirmado a ABC un dirigente territorial del PSOE que tuvo ocasión de escuchar las previsiones de Sánchez.

«Daba por seguro que el PSC no iba a bajar de 21 ó 22 escaños», revela a ABC este líder regional del PSOE. «Evidentemente, la realidad se quedó muy por detrás de lo que había previsto», indica, mientras cree que esto debería hacer reconsiderar a Pedro Sánchez sus relaciones con los catalanes de Iceta y con esa querencia nacionalista del PSC que ha erosionado al PSOE en el resto de España.

Al final, el PSC solo ganó un escaño más respecto a los que ya tenía hasta ahora. Se ha quedado con 17 en el Parlamento catalán. Pedro Sánchez -confiando en el propio Iceta- daba por hecho que el PSC iba a obtener, como mínimo, un 30% más escaños de los que ha conseguido. El margen de error ha sido de calibre.

Sánchez apostó por Iceta y lo hizo al punto de respaldar las tesis del PSC proclamando la «plurinacionalidad» de España a vueltas con la receta federal que sigue abanderando el secretario general de los socialistas. La apuesta -arriesgada ante el electorado del resto de España- no surtió efecto en Cataluña en términos de rédito electoral. Y, de paso, ha quedado claro que Sánchez y su equipo se equivocaron de forma gruesa en las previsiones respecto a lo que iba a pasar en las urnas.

Iceta habría necesitado al menos 100.000 votos más para haber alcanzado los 20-22 escaños en los que confiaba Pedro Sánchez. Esos al menos 100.000 votos que le faltaron no son poca cosa para un partido, el PSC, que en unas elecciones con récord de participación cosechó apenas 603.000, un respaldo electoral de menos del 14%.

A partir de ahora queda por ver qué relación mantiene Pedro Sánchez con un PSC que no ha cubierto expectativas. Los «barones» del PSOE más críticos con el seguidismo de Ferraz hacia los socialistas catalanes piden un giro, un cambio de rumbo, optar por un discurso propio, sin el condicionante de Cataluña. «Si toca elegir entre un discurso que se entienda en Cataluña y otro que se entienda en el resto de España, el PSOE debe apostar de una vez y con claridad por esto último», indicaba hace escasos días a ABC un dirigente territorial del partido.