La sequía lastra el turismo de naturaleza y hace caer las reservas

La grave sequía que sufre Aragón ha terminado por afectar al turismo de naturaleza de la Comunidad.En la laguna de Gallocanta califican la campaña de «inexistente», ya que el número de grullas ha sido este año «testimonial». «Ha sido como una temporada de esquí sin nieve. La gente ha preferido esperar o, directamente, se ha ido a otro lado», aseguró ayer Javier Mañas, propietario del albergue Allucant.

Las pernoctaciones, según sus cálculos, han caído entre un 80% y un 90%. «De noviembre a diciembre llenábamos todos los fines de semana, pero este año ha habido veces en que solo teníamos tres habitaciones ocupadas», admitió.

El propio alcalde de Gallocanta, José Antonio Miguel, confirmó ayer durante una visita al humedal junto al presidente de Aragón, Javier Lambán, y al consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, que el centro de interpretación de la laguna ha recibido 2.000 visitantes menos que el año pasado entre octubre y diciembre.

La sequía, según explicó, ha hecho que muchos visitantes se hayan sentido «defraudados» por la falta de grullas. No en vano, el último censo, realizado el pasado 21 de diciembre, contabilizó 684 ejemplares, dato que queda muy lejos de los 29.712 que se registraron el 22 de diciembre de 2016.

Los hosteleros temen que esta situación les obligue a cambiar de actividad o a pedir subvenciones. «Este año ya ha habido pérdidas», explicó Mañas. En este sentido, Miguel reivindicó ayer ante el líder del Ejecutivo «más contenido» para la zona.

Lambán se comprometió a «estudiar todas las proposiciones que se hagan». Sobre todo teniendo en cuenta que el turismo siempre ha sido una fuente complementaria de riqueza para la zona. Recalcó, no obstante, que para reforzar el atractivo turístico de la laguna es imprescindible «que llueva».

El turismo pesquero del Mar de Aragón también sufre los efectos de la sequía. Jesús Senante, alcalde de Caspe, admitió que los últimos meses han sido «muy malos», ya que la falta de lluvias ha afectado directamente al turismo, considerado «la tercera pata» de la economía de la localidad.

La situación del embalse hizo que muchos pescadores cambiasen Caspe por Mequinenza. «Lo hicieron, sencillamente, porque no había agua», indicó Senante. Esto terminó repercutiendo en los negocios de la zona. En el entorno, obligó a cambiar la ubicación de al menos seis campeonatos.

Lo importante, de acuerdo con el regidor, es que el embalse se va recuperando. «Actualmente está al 68% de su capacidad. Esperamos que siga esta dinámica en los próximos meses», añadió.

Para la micología, 2017 también ha sido el peor año de todos. Aunque apenas se ha notado en cuanto a pernoctaciones (la mayor parte de los establecimientos estaban ya reservados), las salidas al campo han sido «nulas». La sequía, explica Pedro Blanco, presidente de la Sociedad Micológica Turolense, «sí ha afectado directamente a bares y restaurantes». Lo mismo ha ocurrido con el número de pases expedidos. «Llevamos ya dos años bastante malos», manifestó.

El galacho de Juslibol es otro de los parajes afectados por la falta de lluvias, ya que su nivel viene marcado por el volumen de agua del río. Aunque el número de visitas parece haberse mantenido, el meandro abandonado se secó antes este año. También ha tardado más tiempo en recuperarse,circunstancia que ha podido afectar a la flora y a la fauna piscícola.

Riesgos para la biodiversidad

Luis Tirado, delegado territorial deSEO/Birdlife en Aragón, confía en que la sequía no provoque «cambios sustanciales» en la biodiversidad de la Comunidad. A su entender, casos como el de la laguna de Gallocanta son «excepcionales», aunque «significativos». «Los paisajes no han cambiado tanto como para que la gente decida no venir», razonó. Reconoció, en todo caso, que la situación vivida este año en la laguna ha sido «escandalosa».

Lo importante, más allá de lo ocurrido en 2017, es que la situación «se recupere este año», ya que, de lo contrario, mucha gente «se lo pensará dos veces» antes de viajar. A favor del turismo de naturaleza que oferta Aragón juega «el tándem que forman los Monegros y los Pirineos». «En otros parajes, como el parque nacional de las Tablas de Daimiel o el de Doñana, la afección puede estar siendo mayor. No obstante, todos los paisajes tienen su atractivo incluso estando secos», matizó.

Respaldo al sector primario

Alcaldes y concejales de la Comarca Campo de Daroca aprovecharon el encuentro que mantuvieron en Gallocanta con el presidente del la DGA, Javier Lambán, y el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, el respaldo del Ejecutivo al sector primario de la zona.

El alcalde de Gallocanta, José Antonio Miguel, pidió «que se trabaje para que haya una mayor inversión en subvencionar los seguros agrarios y la ganadería extensiva». El regidor también remarcó que el panorama es desalentador, ya que «hay semilla plantada desde octubre y no ha nacido ni un solo grano». En este sentido, reconoció que se ha podido perder «buena parte». «Y lo que queda, no sabemos si nacerá o no», dijo.

Lambán, por su parte, reconoció que «ni los más viejos del lugar recuerdan una situación así» y subrayó que el Gobierno de Aragón «ha tomado todas las medidas a su alcance» para ayudar a los afectados por las consecuencias de la sequía. También explicó que se está trabajando con Europa para que territorios como el de Daroca «se consideren como zonas de montaña, lo que permitirá que reciban más ayudas por la vía de indemnizaciones compensatorias».

De esta forma, incidió en que «se está recabando la información necesaria para pasarla a Hacienda y lograr así que se modifiquen los módulos de la declaración del IRPF de los agricultores damnificados». El objetivo, apuntó, es que tenga efectos en el pago de este impuesto para este año. La intención es que los justificantes se envíen este mismo mes.

Ayudas anticipadas

Lambán recordó que el Departamento de Agricultura «ha venido anticipando todas las ayudas que reciben los afectados». A este respecto, indicó que han sido más de 370 millones en ayudas, 352 millones de la Política Agraria Común (PAC), unos 10 de indemnizaciones compensatorias, 8,5 de los seguros agrarios y 7,5 millones de medidas agroambientales.

En el caso concreto de Gallocanta, el consejero Olona aseguró que se está trabajando en la aprobación del Plan Rector de Uso y Gestión, instrumento que calificó de «imprescindible» de cara a una correcta gestión de las ayudas ambientales. En este sentido, asumió que hasta el momento no se ha alcanzado un «acuerdo satisfactorio» para todas las partes, por lo que el hecho de que pueda llegar a ver la luz es, en estos momentos, «un reto».