Evidentemente, no se hablaba de otra cosa en los pasillos del WiZink Center. Se le buscaban comparaciones -¿la ‘mandarina’ de Llull en Valencia fue mejor, fue desde más cerca?-, e incluso explicaciones. El triple desde 25 metros de Luka Doncic, seguramente una anécdota, pero también una muesca más en la leyenda que cada día va forjando el genio esloveno.
Y el caso es que la canasta del año tiene una intrahistoria, forjada sólo horas antes. Se le escapaba media sonrisa a Fabian Causeur, el protagonista inesperado y casi involuntario. Él tuvo que rascarse el bolsillo, pagarle 100 euros al niño, devolverle la apuesta que había ganado por la mañana en sus habituales juegos con Campazzo y Doncic. «Él tira muchos tiros así al final de los entrenamientos. Y las mete mucho. Es buen tirador, la verdad. Pero que la meta en el partido es otra cosa. Ha sido brutal. Además, nos ha dado esa confianza al final del tercer cuarto para ganar de casi 20 puntos», contaba el francés.
«Ha sido mucha suerte. Fue un tiro desde el otro triple…», se sinceraba Luka, siempre tan escaso en sus declaraciones. «Las ensayamos en los entrenos con Fabien y Facu, pero tiras por tirar», admitía quien fue capaz de superar la fiebre de su principio de semana para tumbar a un Barça incapaz de frenarle: «Al final te gusta el baloncesto, lo amas, sólo quiero jugar, de ahí vienen las fuerzas».
También Pablo Laso estaba contento -una derrota les hubiera hundido-, aunque en su papel de entrenador no le guste personalizar. Lo primero que hizo tras la canasta que cerraba el tercer acto y que ponía una distancia (68-52) prácticamente insuperable para el Barça fue ir a dar instrucciones a Trey Thompkins. «Esa canasta vale lo mismo que un triple en la esquina de Thompkins [erró un par bastante liberado]. Más allá del acierto, me quedo más con el trabajo y creo que mi reacción a esa canasta ha sido decirle algo a otro jugador. Doncic tiene esa sensación de control de juego que le hace meter tiros desde ahí. Él tiene la seguridad de que puede tirar y lo puede meter», pronunció, haciendo hincapié en la apuesta previa: «Estaban jugando y ha ganado Causeur. Luego ha tenido que devolverle el dinero a Luka».
El técnico blanco siguió con la broma: «La verdad es que no preparamos mucho esa jugada, no os voy a mentir». Y confesó que en cuanto llegara a casa su hijo de 11 años sería lo primero que le recordaría del partido, de un partido ya para siempre en el recuerdo.