El Papa visita un cementerio para rezar por los difuntos y recuerda a sus seres queridos

«Hay lugares y olores de nuestras casas que nos hablan de quienes perdimos y mantienen su recuerdo encendido en nosotros»

El Papa levanta la voz sobre la «violencia indiscriminada» en Sudán y denuncia la situación en la ciudad tomada por rebeldes árabes

Siguiendo una tradición que inició Juan Pablo II finales de los años 70, el Papa ha visitado un cementerio de Roma el día que la Iglesia católica dedica a recordar a los difuntos, y allí ha evocado lo que para él ha significado perder a sus seres queridos. León XIV ha celebrado una misa, ha rezado ante algunas tumbas y ha bendecido las tumbas.

El motivo de la visita, como ha explicado, era rezar «por todos los fieles difuntos, en particular los que están sepultados aquí y para recordar, con especial afecto, a nuestros seres queridos». Nada más entrar, el Papa ha dejado un ramo de rosas blancas sobre la lápida de la tumba de una familia italiana elegida al azar, la familia Nicolini.

A continuación, en una ancha avenida del cementerio, abierta entre tumbas y panteones, ha celebrado misa ante unas 2.500 personas. Mientras el Papa caminaba hacia el altar, se escuchaba el tañido de la campana de difuntos. Luego, un coro ha entonado una melodía. Durante la homilía, el Papa ha evocado su experiencia personal del luto, quizá pensando en sus padres. «Nuestros seres queridos nos dejaron el día de su muerte, pero los llevamos siempre con nosotros en la memoria del corazón. Y esta memoria sigue viva cada día, en todo lo que nos pasa.

Muchas veces algo hace que nos acordemos de ellos, una imagen nos traslada a momentos que vivimos juntos. Muchos lugares e incluso olores de nuestras casas nos hablan de ellos y mantienen su recuerdo encendido en nosotros», ha reconocido.

El Papa ha recordado que «la fe cristiana, al estar fundada sobre la Resurrección de Cristo, nos ayuda a vivir esa memoria de nuestros difuntos más que como un recuerdo del pasado, como una esperanza futura». Se trata «de mirar hacia adelante, hacia la meta de nuestro camino, hacia el puerto seguro que Dios nos ha prometido, hacia la fiesta sin fin que nos aguarda. Allí, en medio del Señor Resucitado y de nuestros seres queridos, gustaremos la alegría del banquete eterno». «Él nos espera y, cuando lo encontremos, al final de esta vida terrena, gozaremos con Él y con nuestros seres queridos que nos han precedido. Que esta promesa nos sostenga, enjugue nuestras lágrimas, dirija nuestra mirada hacia adelante, hacia la esperanza futura que no declina», ha concluido

Rezar a los últimos pontífices

El cementerio del Verano que ha visitado León XIV está en barrio Tiburtino y es el segundo camposanto civil más grande de Italia. El lugar, que incluye una zona para no católicos, fue parcialmente destrozado durante el bombardeo Aliado de Roma en 1943 y reconstruido en 1949.

Además de la misa de este domingo, mañana el Pontífice tiene previsto celebrar en la basílica de San Pedro una misa de difuntos en recuerdo de los cardenales y obispos que han fallecido durante el último año, incluido el Papa Francisco.

Antes de regresar a casa, el Papa se ha trasladado a las «grutas» bajo la basílica vaticana para rezar ante las tumbas de los últimos pontífices, como Benedicto XVI, Juan Pablo I o Pío XII.