La princesa recoge la Medalla de las Cortes y la Medalla de Aragón en una jornada en la que también ha sido reconocida como Hija Adoptiva de Zaragoza
La heredera al trono recorre las principales instituciones de la comunidad y resume su paso por una tierra que «ha sido casa, he estado acogida y siempre formará parte de mi vida»
En algo menos de tres horas, la princesa de Asturias, Leonor de Borbón y Ruiz, ha recogido las principales distinciones de la comunidad, ha conocido las instituciones de la capital aragonesa y se ha dado un relativo baño de masas en la plaza del Pilar y alrededores. Una imagen similar a la vivida por su padre hace cerca de 40 años, en la que también ha podido colocarse la Medalla de Aragón y la de las Cortes, además de ser reconocida como Hija Adoptiva de Zaragoza.
Si bien la jornada ha comenzado en las Cortes de Aragón, donde el palacio de La Aljafería ha servido como lugar de salida para un intenso tour por toda la capital aragonesa. Ni ahí ni en el Ayuntamiento de Zaragoza, segunda parada del trayecto, ha hablado Leonor, que sí se ha dirigido al par de centenares de invitados en la catedral de La Seo. «Les confieso que cuando llegué a Zaragoza el pasado 17 de agosto venía con muchas expectativas, en parte por todo lo que me había contado mi padre, aunque también sabía que algunas etapas no serían fáciles», ha iniciado la heredera su discurso, con marcado acento aragonés y que ha llenado de parte de lo vivido en estos diez meses en la Academia General Militar.
«Con ilusión y muchas ganas de aprender» llegaba a mediados de agosto hasta la capital aragonesa y en esta antesala de su despedida, que será en el mes de junio, Leonor ha admitido que lo experimentado «ha superado con creces lo que pensaba». «Me he sentido en casa, acogida y acompañada en una tierra que siempre formará parte de mi vida», ha aseverado la princesa de Asturias, ha asegurado que «ya empieza a echar de menos» a la ciudadanía aragonesa, a unas semanas de dejar la ciudad.
«No sólo me he formado como cadete, sino que descubrir la exigencia académica e intelectual, física y técnica que eso significa, me hace apreciar aún más al Ejército de Tierra y a nuestras Fuerzas Armadas», ha continuado la propia Leonor desde La Seo, donde ha reivindicado el trabajo y los valores asumidos durante su estancia en la AGM: «Hemos superado momentos que requerían esfuerzo y un gran trabajo de equipo, aquí hemos disfrutado y sufrido juntos y, sobre todo, aquí aprendido mucho».
La propia Leonor ha insistido en «el apoyo, el respeto y la amabilidad» que ha sentido por parte de los aragoneses durante estos meses del curso. Se ha mostrado «muy agradecida» por lo vivido en la capital aragonesa y ha calificado la recogida de los reconocimientos como «un día especial». «Mi padre lo vivió de un modo parecido hace casi 40 años y en estos días hemos hablado mucho de ello. Seguir sus pasos significa mucho para mí», ha recordado Leonor en su discurso a Felipe VI, en la mente de muchos de los presentes durante todo el día.
El cierre de su discurso, de unos cinco minutos de duración, ha contado con la única improvisación respecto al texto original: «Habéis hecho posible que en este tiempo me sienta una aragonesa más». Antes de romper el protocolo y señalar: «Una maña más».