Radiografía de la pandemia de covid en Aragón: la cuarta ola avanza imparable

La pandemia del coronavirus no ha dado tregua en Aragón desde marzo, en una compleja y triste batalla que ha puesto en jaque al sistema sanitario. Diez intensos meses en los que se han superado los 88.000 contagios y los 2.800 fallecimientos, unas cifras elevadas y preocupantes que están aumentando, y mucho, por el efecto de las pasadas fiestas navideñas y el incremento de la movilidad y de la actividad social propios de estas fechas. En este escenario, la Comunidad se enfrenta a su cuarta ola con la aparición de nuevos casos que hacen temer lo ocurrido en noviembre, cuando la ocupación de camas uci por pacientes covid, uno de los principales indicadores de la evolución de esta crisis, superaba el 50%, con más de 120 ingresados.

El Departamento de Sanidad asegura que, a pesar de haber encadenado varios días récord de casos en esta etapa –este sábado se notificaron 912– aún no se habría alcanzado el pico de incidencia. 2021 llegó con el anuncio de una nueva oleada en Aragón, la cuarta, que apuntaban a una tendencia creciente que podía agudizarse, como así ha sido. Desde la segunda semana de diciembre hasta este sábado, se han confirmado 13.113 positivos. En este periodo se han registrado 799 hospitalizaciones, 69 de ellas en la uci. Por el momento, la presión por coronavirus no está llegando a los hospitales, como sí pasó en primavera y en noviembre. Sin embargo, podría cambiar, puesto que a más infectados mayor es la posibilidad de que haya personas que empeoren, requieran asistencia médica, ingresen y, después, tengan que pasar a cuidados intensivos. De media, transcurren entre 15 y 20 días desde que alguien se contagia hasta que llega a este servicio.

Una de las razones de que, hasta la fecha, la presión asistencial sea menor la explicaba el director general de Asistencia Sanitaria, José María Abad: la media de edad de los contagiados «es algo más baja» que en anteriores oleadas. Pero, cuando hay un volumen importante de población que se infecta, acaba llegando a todos los grupos de edad y a los ingresos hospitalarios. De hecho, Aragón está en una situación de ascenso epidémico y el patrón de transmisión es fundamentalmente comunitario, aumentando de manera homogénea en todas franjas, sobre todo entre 20 y 55 años. Otra característica de la actual oleada, según explica el investigador sénior del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS), Enrique Bernal, es que, «aunque el número de casos está creciendo a una velocidad relativamente rápida, la capacidad de duplicación de contagios está siendo un poco más lenta y por eso no está teniendo aún mucho impacto en el sistema sanitario, que parte de una ocupación mejor que en septiembre, cuando vino la otra ola». El índice reproductivo «se ha quedado fijo en 1,20 o 1,25 varios días, eso lleva a doblar los contagios pero en cuatro o cinco semanas, mientras que en la ola de octubre se llegaban a duplicar los positivos en quince días». Las medidas adoptadas por el Ejecutivo de Lambán a principios de año han conseguido «que el número reproductivo se mantenga, si no hubiera alcanzado 1,40». Con las nuevas restricciones, el objetivo es que baje al 1.

El virus se ceba en las residencias
El virus se ceba en las residencias. En la primera oleada fallecieron 746 usuarios de residencias de mayores, el colectivo más afectado por la pandemia del coronavirus. En el segundo rebrote murieron alrededor de 629. Desde el inicio de la crisis, han perdido la vida 1.375 residentes por la covid, el 6,25% de las personas que viven en estos centros.
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En la primera oleada fallecieron 746 usuarios de residencias de mayores, el colectivo más afectado por la pandemia del coronavirus. En el segundo rebrote murieron alrededor de 629. Desde el inicio de la crisis, han perdido la vida 1.375 residentes por la covid, el 6,25% de las personas que viven en estos centros.

Ante un virus desconocido

Para Bernal, la Comunidad ha identificado cuatro oleadas desde que a finales de febrero y principios de marzo se empezó a hablar de un virus desconocido hasta la fecha. El día 6 de ese mes, se registró en Aragón el primer fallecido por la covid. Entonces se habían confirmado ocho casos positivos. Federico Arribas, secretario de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y profesor de Salud Pública en el Campus oscense, recuerda que «era un virus nuevo». En ese momento no había pruebas PCR, faltaban equipos de protección individual… Solo se diagnosticaban los casos más graves, una mínima parte de los que había en realidad: «El sistema de información no se parece en nada a lo que teníamos al principio. Hubo que montarlo desde 0. Todo lo que no se registra, no se conoce». Por eso, el balance entre el inicio de la pandemia y mitad de mayo hablan de casi 5.500 contagios: «Vemos solo la punta del iceberg». Tampoco se reflejó la cifra real de fallecidos. Murieron 247 más (según el INE) con síntomas pero sin test diagnóstico realizado.

Aumentan las pruebas diagnósticas.
Aumentan las pruebas diagnósticas.
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En la primera ola no se tenía la medida real de la incidencia del virus porque se realizaban solo PCR a los casos graves. En verano, sin embargo, se generalizaron las pruebas diagnósticas, se reforzó el rastreo de contagios y se detectó así a más asintomáticos (arriba, el centro de salud Delicias Norte).

La covid tuvo un fuerte impacto en las residencias de personas mayores, el colectivo más vulnerable ante el virus, y el sistema sanitario estuvo al borde del colapso. Se habilitaron camas uci ocupando bloques quirúrgicos y se bajó el ritmo en cirugía para reservar recursos materiales y personales a la lucha contra la pandemia. Elconfinamiento domiciliario redujo la primera onda a partir de la segunda mitad de mayo. Junio fue el único periodo de descanso que ha tenido Aragón.

La segunda ola arrancó en la Comunidad antes que en el resto de España, y estuvo ligada a la industria agroalimentaria y a la llegada de temporeros. «Empezó ahí, y como había conexiones con Zaragoza -donde muchos tenían su residencia habitual-, el virus entró en la ciudad», indica Arribas, y se extendió rápidamente por barrios como Las Delicias y Las Fuentes. De una población fundamentalmente joven y sana se pasó a un contagio generalizado. Esta onda epidémica se prolongó hasta la tercera semana de septiembre, concreta Bernal, asesor de Sanidad. El aumento de pruebas PCR, unido a la labor de rastreo, lograron detectar, entonces, más de 27.000 positivos, cinco veces más que en primavera.

Presión hospitalaria
Presión hospitalaria
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La segunda semana de noviembre se superaron las mil hospitalizaciones por coronavirus y el 50% de ocupación de camas uci con pacientes covid en los hospitales. Ahora, en la cuarta ola que atraviesa Aragón, el repunte de casos empieza a reflejarse en más ingresos aunque, de momento, el sistema sanitario no está comprometido.

Desde finales de septiembre y principios de octubre hasta el puente de la Constitución hubo otro repunte importante de contagios (42.284), que llegó desde un segundo escalón, puesto que se mantuvo un nivel constante de notificaciones, con un compromiso importante del sistema sanitario. Se llegaron a superar los 1.100 casos por cada 100.000 habitantes. El último evento pandémico se situaría a partir de la segunda semana de diciembre, y las pasadas fiestas navideñas ya han pasado factura. En esta cuarta ola están aumentando los pacientes que acuden a los servicios de Urgencia y a los centros de salud por síntomas compatibles con esta enfermedad. Así lo confirma Luis Miguel García, presidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (Samfyc), quien asegura: «Se hablaba de salvar la Navidad, pero no de salvarnos nosotros de la siguiente ola que se veía venir». Para Concha Ferrer, presidenta del Colegio Oficial de Médicos de Zaragoza: «En esta nueva ola estamos más informados de las manifestaciones, el curso de la enfermedad y las maneras de prevenir complicaciones que en la primera». En su opinión, «cuando se llevan 4 o 5 días de síntomas, sobre todo si hay fiebre que no se controla, hay que poner en marcha las alertas y más si se acompaña de dificultad respiratoria», indicio de una neumonía. 

Vacunación contra la covid
Vacunación contra la covid.
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El principio del fin. Así se calificó esta campaña que se inició en Aragón el 27 de diciembre de 2020 con las personas mayores de residencias y trabajadores sociosanitarios como objetivo prioritario. Ahora se amplía la inmunización al personal sanitario, empezando por los profesionales más expuestos al virus.

El epidemiólogo Federico Arribas afirma que la covid «no tiene fronteras y aprovecha cualquier resquicio para transmitirse». Y añade: «Al margen de lo que se legisle, es importante que los ciudadanos entendamos que el virus se va a aprovechar de nosotros siempre que lo dejemos». De ahí la importancia de usar bien la mascarilla y mantener la distancia social.