Los plátanos de sombra son los árboles que más abundan en la ciudad, aunque también los que menos alergia producen en los ciudadanos.
Zaragoza cuenta con más de 171.000 árboles en el área urbana, de los cuales muchos son alergénicos como el plátano de sombra o el ciprés. La temporada de alergias comenzó en la capital aragonesa a finales de enero, con la polinización de las cupresáceas -árboles de la familia del ciprés y altamente alergénicos- y se prolongará hasta mediados de junio con las gramíneas.
Como etapa intermedia, el plátano de sombra comenzó su polinización el pasado mes de marzo y finalizó en abril. Sus árboles inundan zonas de la capital aragonesa para dar sombra a sus calles. De hecho, según los expertos, este es el árbol más abundante de la ciudad y Zaragoza es la tercera con más concentración, por detrás de Madrid y Barcelona.
Con respecto a este árbol, se puede encontrar en múltiples zonas como el Parque Grande, el paseo de la Constitución, Sagasta, Gran Vía o la zona del Canal. «Las concentraciones de platanero son muy altas en Zaragoza, pero no es el polen que produce mayor porcentaje de alérgicos», indica el presidente de la Sociedad Aragonesa de Alergia, Ignacio Pérez
Pese a que tienen mayor presencia, explica, en zonas de centro de la ciudad, se distribuye por diferentes lugares de la ciudad. Además, aunque es el que más abunda, también es el que menos alergia genera entre los ciudadanos. «Las concentraciones son altas, pero no es el polen que produce mayor porcentaje de alérgicos, tiene menor potencial«, cuenta Pérez. El polen que más cala en los aragoneses sería el de las gramíneas, cuya época de máximo esplendor comienza a mediados de mayo.
Encontrarlas en lugares fijos es más complicado puesto que esta planta se encuentra en los sitios donde haya césped, viaja con el aire y, además, es muy complicado eliminar aunque se pode. Se puede localizar de maneras más habitual en parques de Zaragoza o en los alrededores de la ciudad, como por ejemplo zonas de la ribera del Ebro o el parque del Agua. «Se generan en zonas sin cultivar de ahí que tengan mayor concentración en zonas periféricas. No obstante, aunque en menor medida, llegan al centro porque pueden viajar muchos kilómetros», sostiene.
Con respecto al ciprés, una de las especies de plantas más numerosa, se puede encontrar en las calles y parques de la capital aragonesa, bien en su forma arbórea o como seto, en paseos y parterres. Este es el tipo de polen más emergente que se suele ubicar, al igual que el resto, en zonas ajardinadas o urbanizaciones.
Por su parte, los alérgicos al olivo podrían presentar problemas en las zonas cercanas al río Huerva. Por contra, podrían pasear más tranquilamente por el parque del Agua y la zona norte de la ciudad.
Si delimitamos la ciudad en zonas y hacemos un mapa de los lugares más perjudiciales para los alérgicos, las grandes masas verdes ganarían por goleada. «Los campos o zonas verdes serían los lugares más complicados porque concentran el mayor número de especies alergénicas», concluye este experto alergólogo.