La Feria de Zaragoza se reinventa para adaptarse a las nuevas tendencias

La institución diseñará otra estrategia para definir las necesidades de inversión de su recinto principal, reorientar su estrategia comercial y reposicionar su imagen entre las empresas expositoras y los visitantes

Soplan aires de cambio en la Feria de Zaragoza. La institución, que cumple 84 años desde su fundación, vive un momento de transformación con el que trata de actualizar sus estructuras y estrategias para adaptarse a las nuevas tendencias y retos que presenta el mercado expositivo. Tras unos años convulsos, marcados por las secuelas de la pandemia y los daños en sus instalaciones provocados por la nieve o las lluvias torrenciales, la entidad prepara una puesta a punto en todo su engranaje para fortalecerse de cara al futuro y captar oportunidades en forma de nuevos eventos y actividades.

Una renovación que requerirá también de importantes inversiones en su emblemático recinto de la carretera de Madrid, que el próximo año cumplirá su 40 aniversario. La nueva etapa que se ha abierto, que viene acompañada de nuevas caras en el equipo directivo y una recomposición de la participación patrimonial de los socios, se plasmará en la elaboración de un plan director que marcará las líneas maestras a seguir en los próximos años. El documento, que se prevé presentar en septiembre, recogerá las necesidades de inversión y su orden de prioridad.

Una de las más urgentes será la construcción de un cunetón perimetral para proteger el recinto de riadas como la registrada en julio de 2023, que anegó los pabellones y causó daños millonarios. El objetivo de la nueva estrategia es reforzar y reorientar las acciones comerciales para acercarse y reposicionar la imagen de la Feria entre expositores y visitantes. El sector ferial ya no es el mismo desde la crisis sanitaria desatada hace casi cinco años, que obligó a suspender su actividad una larga temporada. «La pandemia nos ha cambiado», reconoce Rogelio Cuairán, que dirige el timón del barco ferial desde 2016. «Eso posiblemente ha generado unos comportamientos en los visitantes y expositores que han podido provocar un cambio», sostiene. Por todo ello, parece difícil volver a los niveles de visitantes previos al año del covid, pero eso «no es necesariamente malo, sino un cambio en el modelo», precisa.

«Una de las obras más urgentes del recinto ferial es la construcción de un cunetón perimetral que lo proteja de lluvias torrenciales»

Desde la feria hacen una lectura positiva de esa menor afluencia. Entre otras razones, porque permite mejorar la atención que ofrecen las empresas y marcas que exponen sus productos y servicios. Cuairán cree además que es más importante el valor cualitativo que el cuantitativo. «Lo que hemos testado con nuestros expositores es que ahora el visitante viene con mayor intención de negocio», destaca.

Rogelio Cuairán y Ana Hernández, director general y directora adjunta de la Feria de Zaragoza.

Rogelio Cuairán y Ana Hernández, director general y directora adjunta de la Feria de Zaragoza. / Miguel Ángel Gracia

En cualquier caso, la Feria ya da por superada esa etapa de dificultades. «Estamos ya en otro momento», apunta el director general. De hecho, los dos últimos años han sido de clara remontada tanto en visitantes como en negocio. «Hemos recuperado ya el pulso con nuestras ferias clásicas, que se han comportado perfectamente, y nuevos eventos que se han sumado. Miramos a 2025 con optimismo», destaca Cuairán.

En 2024 se alcanzaron casi 400.000 visitantes sumando la actividad del gran recinto de la carretera de Madrid y el Palacio de Congreso de la Expo. En total, unos 200 días de ocupación. La cifra de negocios rondó los 10 millones de euros, con un resultado positivo de alrededor de medio millón, según las estimaciones provisionales de las cuentas anuales.

Otra de las tendencias que se percibe es que el sector ha evolucionado a la organización de eventos más pequeños, concentrados y experienciales. La Feria quiere abrirse a esas nuevas demandas, eso sí, sin descuidar las grandes citas que son marca de la casa, como FIMA, Smopyc o Smagua. «Las empresas quieren cada vez más eventos propios y diferenciales. Ya se han hecho algunos, pero tenemos que trabajar en esa línea para que haya más e incrementar los días de ocupación», explican desde la institución.

«Los dos últimos años han sido de la clara recuperación tanto en número de visitantes como en negocio»

Para ello, se quiere explotar sus ventajas frente a otros recintos. «Zaragoza tiene como elemento diferencial el estar en una zona en la que podemos ofrecer una hostelería, una restauración, un acogimiento al visitante de muy buena calidad a un precio más razonable que Madrid o Barcelona. Eso tiene que jugar a nuestro favor a la hora de hacer eventos. Somos más competitivos», destacan. A esta baza se suma la ubicación geoestratégica de la ciudad. Por el lado de los debes, lamentan las limitaciones en el transporte internacional por la escasa oferta de vuelos del aeropuerto, algo que se compensa en parte con los trenes de alta velocidad.

Experiencia y savia nueva

La nueva etapa que se abre viene acompañada de cambios en el equipo de la Feria, donde se combina la experiencia de su número uno, Rogelio Cuairán, o del director comercial, Alberto López, con la savia nueva que aporta Ana Hernández, recientemente nombrada directora adjunta –entre otras incorporaciones– con el propósito de contribuya a impulsar los pilares de la innovación y la digitalización. Anteriormente se produjo el relevo en la presidencia, que desde julio ocupa Jorge Villarroya, presidente de la Cámara de Zaragoza, en sustitución de Manuel Teruel, que dejó el cargo tras 22 años al frente de la institución.

El Gobierno de Aragón también se ha remangado para acompañar a la Feria en esta nueva etapa. Lo ha hecho ampliando su participación patrimonial con la compra de un 2,39% de la propiedad por 1,6 millones de euros, como avanzó este diario el pasado miércoles. Una muestra de compromiso con el proyecto que va a continuar.