Muchas veces las carreteras se convierten en protagonistas inesperados de nuestros viajes y merecen más de una parada
España cuenta con una red de carreteras de más de 160.000 kilómetros, muchos de ellos forman parte de la Red Nacional de Carreteras, pero otros son responsabilidad de municipios, comunidades autónomas, diputaciones provinciales…
Se trata de unas redes más extensas de Europa y que está compuesta por vías rápidas, como son las autopistas y las autovías, carreteras convencionales y otra serie de vías que por sus características no pueden ser consideradas como carreteras nacionales, dentro de estas están las carreteras locales, municipales…
No cumplen
En muchos casos se trata de caminos o simples vías asfaltadas que son demasiado estrechos y que están en mal estados de conservación.
Las carreteras convencionales deben tener un ancho mínimo de siete metros de calzada, 3,5 por sentido, más un arcén mínimo de un metro a cada lado, lo que significa que las carreteras convencionales de la red nacional, cuya denominación comienza por una N deberían tener un ancho mínimo de nueve metros de calzada, aunque la realidad es que no lo cumplen en numerosas ocasiones.
Nueve metros de calzada
Es el caso de la que ha venido a ser denominada la carretera más estrecha de España, en este caso se trata de la N-621 una preciosa carretera que discurre entre Cistierna (León) y Unquera (Cantabria) pasando por el espectacular desfiladero de la Hermida, uno de los más largos de España.
Se trata de una carretera que merece la pena recorrer al menos una vez en la vida que conduce desde la meseta hasta la costa cántabra, en un desfiladero que hace que en ocasiones quedemos literalmente encajados entre paredes de piedra, con el lógico riesgo de desprendimiento, tal y como avisan constantemente las señales de tráfico.
Riesgo de desprendimiento
En materia de belleza es complicado decidir entre esta carretera y la N-621 que une Cistierna, también en León, con Arriondas, similar a la carretera anterior aunque en este caso termina en el corazón de los Picos de Europa asturianos. Discurre también por un desfiladero, en este caso el de los Beyos y calca a la anterior en materia de belleza y singularidad, aunque es una carretera que no es apta para ocupantes que se mareen en el coche.
Habría que recorrer las dos con el metro en la mano para saber cuál es la más estrecha, pero hay tramos en los que no se cumplen la anchura mínima de calzada al ser materialmente imposible.