Fidelización de los MIR en Aragón: «La experiencia está siendo más positiva de lo que creía»

Todos los residentes de Medicina de Familia del Sector I se han sumado a la fidelización MIR, que permite que aunque no hayan terminado puedan ejercer mediante una adenda a su contrato actual para trabajar, de forma voluntaria, durante el verano, y tutorizados. Álvaro Abad cuenta su labor en el centro de salud Actur Norte.

Álvaro Abad no decidió en un primer momento acogerse a la propuesta de la consejería de Sanidad de fidelizar a residentes para ejercer este verano en centros de salud, de forma voluntaria y tutorizados. «Nos lo plantearon ya desde febrero», asegura, y al final todos los residentes del sector I se han quedado tras «modificar condiciones, porque pedíamos quedarnos en los centros que más docentes había», asegura. 

Él es residente de Médico de Familia en el centro de salud Actur Norte, aunque también ha ejercido durante un par de semanas en Actur Sur y Picarral porque «hacíamos falta». Y es que el déficit de profesionales afecta a todos los centros de salud, sobre todo en una época, el verano, donde es necesario cubrir vacaciones. No ha variado mucho su estatus a hace unos meses porque «en el último año de residencia te van dando independencia y pasas tú solo consulta», explica; y en los «últimos tres meses ha sido más rápido pero siempre con continuidad».

Álvaro reconoce que la experiencia ha sido «más positiva de lo que creía» porque «te da más rodaje para cuando seamos adjuntos». Y es que su residencia no acabará hasta septiembre (forman parte de la generación que la comenzó tres meses más tarde por el coronavirus).

De momento, en Actur Norte mantiene prácticamente el cupo que tenía, por lo que «los pacientes ya me conocen y te lo hacen más fácil, porque cuando ven a un sustituto…», cuenta el facultativo, que añade que cuando se produce un cambio «se nota» porque algunos tienen reticencias pero «las consultas siempre son positivas». Ahora, como ya los conoce y ellos a él «me preguntan si me voy a quedar» en esa plaza.

«Los pacientes ya me conocen y te lo hacen más fácil, porque cuando ven un sustituto…»

De momento no puede responder a esa pregunta porque acaba en septiembre y el proceso no se ha resuelto, ya que hay que esperar a que esto se produzca (estabilización, concurso-oposición «y luego nos toca a nosotros»).

Entre las opciones está ir a las urgencias hospitalarias o al medio rural, porque «en esta unidad docente se apuesta» por ella. Ahí existe «más independencia por el tiempo dedicado a pacientes que en el medio urbano, que las agendas están llenas», asegura. También le dará pena porque «después de un año, hay a pacientes que les tratas todas las semanas» mientras que en urgencias «hay más incertidumbre».

En la especialidad de Medicina de Familia «conoces al paciente y sabes por dónde te va a ir, ves esas pequeñas cosas que no se ven en urgencias o en la especializada». Por eso, «todos los que entramos, y algunos lo hicieron con dudas, quieren quedarse en ella», concluye.