ASÍ SOBREVIVIÓ SANTI QUINCE MESES PRESO EN IRÁN: «ME DECÍA: ‘ESTOY EN UN CAMPUS UNIVERSITARIO, ESTOY AQUÍ VOLUNTARIAMENTE’»

El aventurero alcalaíno ha publicado un libro en el que cuenta cómo afrontó el calvario gracias a la aceptación, el trabajo mental y el boxeo: «Saltábamos a la comba con cuerdas de tender y los guantes eran toallas»

Santiago Sánchez llega a España tras ser liberado en Irán: «Llevo 15 meses con una posible sentencia a muerte»

Santiago Sánchez Cogedor todavía sigue adaptándose a la vida normal en Madrid, en la que sale el sol cada día y el aire puro te golpea en la cara. Y eso que hace ya siete meses que abandonó la prisión de Irán en la que estuvo quince encarcelado sin motivo alguno y en condiciones infrahumanas. «He sido literalmente un rehén político», lamenta en conversación con ABC. Así, como moneda de cambio, se pasó mucho tiempo, demasiado, después de que la policía del régimen le apresara cuando fue engañado para ir a visitar la tumba de Masha Amini, la joven kurda asesinada por llevar mal colocado el velo, y fue acusado falsamente de espionaje. Un ‘espía’ que iba en pantalones cortos caminando abrochado a un carrito completando un viaje solidario que tenía como destino final el Mundial de Qatar; todo un despropósito.

Todo sucedió un 2 de octubre de 2022. Horas antes, ‘Pambu’, como le conocen sus allegados, había mandado varios audios a este periódico para completar un reportaje. «El presente es un regalo, hay que disfrutarlo», decía. Y todavía lo sigue pensando, pese a haber conocido el infierno que supone una prisión en Teherán. Pero de ahí ha surgido una obra que nace con el mismo propósito que tenía su viaje, ayudar a los demás: ‘Como sobreviví 15 meses entre rejas’ (Editorial Alienta). «Una chica que está haciendo terapia por un cáncer me ha mandado una foto con el libro haciéndose la quimio. Estoy feliz porque esa era mi idea. Cuando llamaba a mi familia desde la cárcel, les decía: «Todo este dolor y este sufrimiento lo quiero utilizar para ayudar a los demás»», cuenta Santiago.

Santiago (de morado), junto a una familia de pastores kurdos en Iraq antes de cruzar a Irán ABC

Probablemente, las palabras no sean suficientes para explicar la vivencia de un calvario de este calado, pero si hay algo que se le asemeja es el libro que acaba de publicar Santiago. Y es que: ¿cómo se puede sobrevivir 15 meses en una cárcel iraní? «Al principio muy duro, porque yo no sabía nada, no tenía contacto con personas, no entendía el idioma y era una habitación muy pequeña, tuve que mantener la mente fría, aunque estaba sufriendo mucho. Yo no me comía el pan que me daban, lo tiraba al suelo para que vinieran las hormigas y poder hablar con ellas. Las ponía personalidades», recuerda Pambu. Era, sobre todo, ‘hackear’ la mente. «Hoy eres un astronauta. Venga, estás de misión en la Luna y te han mandado para allá. Me decía: yo no estoy en prisión, ¿eh? Yo estoy en un campus universitario. Yo estoy de voluntario. Estoy aquí porque quiero», detalla Santi.

Ya cuando fue trasladado con otros presos políticos y de toda índole, comenzó a enseñarles boxeo, el deporte que ama y practica e incluso del que da clases gracias a su amigo Pablo Navacués en el MadSport Academy de Madrid. «Les ponía las manoplas, saltábamos a la comba con una cuerda de tender, los guantes eran toallas enroscadas, nos lo pasábamos pipa en el patio», recapitula Santi. También aprendió a valorar el silencio y la soledad, «porque al principio te pueden hacer mucho daño». «Irán me quitó la libertad, pero me dio tiempo a cambio. Un tiempo maravilloso que utilicé en hacer un viaje a mi interior. En descubrirme en buscar mis zonas oscuras y me arrepiento de no haber disfrutado más de esto», asegura.

Pambu atiende el móvil en el gimnasio MadSport Academy, en Suanzes ABC

Pambu no puede estarse quieto. Después de su periplo solidario desde España a Arabia Saudí en bicicleta terminado con éxito, su accidentado viaje de España a Qatar -al pasar por Irán-, ahora ya tiene un nuevo proyecto en marcha: en septiembre comenzará una vuelta por nuestro país en bicicleta, hablando de salud mental y de superación que, de eso, sabe un rato.