Jorge Moncada: «Nuestra obsesión es una base permanente en el aeropuerto de Zaragoza»

Veterano agente de viajes, fue presidente de la asociación autonómica desde 2008 hasta la llamada del Gobierno de Azcón para llevar las riendas de la Dirección General de Turismo, un área estratégica que ahora busca acercar la comunidad al mercado latinoamericano y conseguir la base permanente de operaciones de Ryanair para el aeropuerto de Zaragoza

¿Puede aspirar Aragón a superar los datos de visitantes y pernoctaciones que se registraron en los últimos años?

Por supuesto que sí. Aragón ha sido hasta ahora la tercera comunidad más visitada de interior, pero nos podemos felicitar porque en 2023 hemos superado a Castilla y León. Anotamos 3,8 millones de visitantes y ahora nos toca mantenerlo y superarlo.

¿Y puede soñar con tener el mismo flujo de turistas tanto en la campaña de la nieve como fuera de ella?

Creo que también. En el mejor año de las estaciones se alcanzó una cifra de 1,1 millones de esquiadores. Este año nos vamos a quedar en 800.000 porque desgraciadamente no ha habido nieve. Aragón tiene potencial para que en verano y otoño venga tanta gente como en invierno. Y por eso estamos invirtiendo en desestacionalización. La única forma es generar una buena oferta, tener una infraestructura y apostar por la excelencia en gastronomía y servicios. Sin esa oferta no podemos pensar en conseguir un millón de visitantes más, que nos pondría 2,2 millones solo en Huesca.

La nieve se ha llevado buena parte de los fondos del Plan Pirineos. ¿De qué vivirán el resto de valles?

Hay que tener claro que 250 millones de inversión en ocho años no va a ser todo para los hierros, como se dice en el argot de las estaciones. Es mucho más, desde transportes, educación, comunicaciones… y no solo en productos relacionados con las estaciones de esquí. El ejemplo está en Ribagorza.

¿La unión de estaciones por Canal Roya es una pieza indispensable?

Es una cuestión complicada. Una vez hemos conversado con empresarios y los interesados en la unión tenemos claro que la forma de estar en la Champions del esquí es unir las dos estaciones por Canal Roya. Pero debemos poner de acuerdo a todas las partes y hasta que no sea así no creo que haya una decisión final sobre cómo se hará. En cualquier caso, la idea es hacerlo.

¿Qué posibilidades existen de resucitar el aeropuerto de Huesca a través de una conexión con Canarias?

No creo que hubiera problema: es cuestión de negociar con Binter (la aerolínea canaria) y la Diputación de Huesca para establecer una serie de conexiones directas con Las Palmas de Gran Canaria. No lo veo complicado. El aeropuerto de Huesca puede ser importante para fechas muy señaladas y eso se puede estudiar, pero no lo veo rentable para que las compañías establezcan líneas regulares.

¿Qué mercados se van a atacar en los próximos meses?

Hasta ahora, el turismo de Aragón se había centrado en las ferias internacionales de Europa y Oriente pero no Latinoamérica, que es más cercana a nosotros por idioma, gastronomía, costumbres o religión. Hoy es un segmento muy pequeño, basado sobre todo en la peregrinación religiosa. Queremos traer otro tipo de turismo latino, más familiar o ese gran viaje que hacen los estudiantes antes de empezar la universidad para conocer Europa. Vamos a empezar el periplo por México, Colombia, Argentina, Uruguay, Chile y, en noviembre, a Miami para empezar por el mercado latino de Estados Unidos. Nuestra intención aquí sí es traer a un turista con poder adquisitivo medio-alto y conseguir que la gente que se va a invertir en Madrid venga a Aragón.

¿Qué ocurre con el mercado chino, que sigue de bajada?

Se ha quedado un poco estancado después de la pandemia y no es de gran calidad. Por lo que vemos, llega a Madrid, tira la basura en el Pilar y se va a Barcelona. Nosotros no podemos consentir tener un turismo de paso: tenemos que tener un turismo que consuma, pernocte y gaste en Zaragoza, Huesca y Teruel, que conozca la comunidad.

¿Cómo se consigue que Zaragoza no sea una ciudad de paso?

Ofreciendo servicios que merezcan la pena, llegando a la excelencia en los museos, las representaciones… No tenemos ni el Guggenheim ni el Museo del Prado, pero tenemos servicios culturales y gastronómicos que permitirán que la gente pernocte aquí. Nuestra concepción espacial es muy diferente a la del resto del mundo. París o Estambul tienen sus aeropuertos a una hora y media de la ciudad, que es lo que nos separa de Madrid. Tenemos que buscar un acuerdo con la Comunidad de Madrid para hacer de Aragón las montañas de Madrid.

Una de las piezas clave de Zaragoza es su aeropuerto. ¿Es alcanzable el récord de 750.000 viajeros de 2011? ¿Qué hay que hacer para superarlo?

Lo importante es que sea esencial para el valle del Ebro porque hablamos de cinco millones de habitantes. Nuestra obsesión es conseguir una base permanente. No tiene mucho sentido que Oviedo la tenga y nosotros no. La estamos peleando en un grupo de trabajo y es la única forma de alcanzar el récord de pasajeros.

«Con una base permanente tendríamos al menos dos aviones durmiendo en Zaragoza, lo que supondría unos 15 vuelos semanales más»

Cuando se estudió instalar aquí la base una de las premisas era la subvención con dinero público. ¿Cuánto costaría?

No creo que sea tanto una cuestión de dinero sino convencer a las compañías de que es rentable poner una base aquí. Y me da igual Volotea que Vueling o Ryanair. Establecer una base aquí es entrar en la Champions de la aviación, tanto para asuntos turísticos como empresariales. Tendríamos al menos dos aviones durmiendo en Zaragoza, lo que supondría unos 15 vuelos semanales más. Los horarios serían los mejores para nosotros, dado que por la mañana salen y por la noche vuelven. Es otra historia, nada que ver lo que tenemos ahora.

¿Qué hay de las conexiones nacionales nuevas que se pretenden?

Siempre he pensado una cosa de sentido común: conectar con los cuatro cuadrantes de España y tener conexión con Galicia, el Levante y el sur, quizás por Jerez, que ya la tuvimos en su día. Y estamos intentando recuperar Ibiza, pero está tan saturado en verano que no hay alojamiento.

Moncada explica los planes de legislatura durante la entrevista en su despacho.

Moncada explica los planes de legislatura durante la entrevista en su despacho. / LAURA TRIVES

¿Sigue siendo Teruel el gran desconocido?

No, ni mucho menos. Lo cierto es que no es ni siquiera una preocupación porque está teniendo unas cifras muy altas de turistas. Se han hecho muy bien las cosas allí y está despuntando muchísimo. Dinópolis y Motorland están funcionando muy bien y se está invirtiendo en productos nuevos como Galáctica, en Arcos de Salinas, o el tren de las Cuencas Mineras… Está habiendo inversiones brutales y para eso está el Fite (Fondo de Inversiones de Teruel), para promover grandes proyectos.

El turismo es un sector que afronta un escenario de riesgos. El primero, la escasez de vivienda.

El alojamiento para empleados es un gran problema, pero no exclusivo de Aragón. Todos los destinos maduros están sufriendo una falta de alojamiento para trabajadores brutal. En Panticosa y Formigal ya se está estudiando habilitar edificios de apartamentos para empleados. Por otro lado, el alto precio de los pisos turísticos es una complicación habitual de los destinos maduros, donde el alquiler siempre es caro. La solución es compleja, pero tendremos que afrontarlo de alguna manera.

Otro desafío es que los empresarios no encuentran mano de obra en el sector servicios.

Sí, es complicado y está pasando en toda España. Estamos firmando convenios con Horeca y otras asociaciones. Los hosteleros están haciendo esfuerzos en salarios, peleando por una formación cualificado que profesionalice el sector y adaptando los horarios a lo que buscan los trabajadores.

Un tercer riesgo es la expansión de las renovables, que mueve no pocas críticas.

Sí, es cierto que hay hoteles cercanos a placas solares y molinos. Todo lo que sea ahuyentar al turista de una zona por este tipo de instalaciones es complicado. Hay que convivir y ver si esas instalaciones pueden ubicarse en emplazamientos menos turísticos o que no dañen el medio natural.