Esta vez no hubo «efecto Zapatero». O, si lo hubo, fue contraproducente. El expresidente se implicó en la campaña gallega e incluso pronosticó una «sorpresa». Pero no esperaba ésta
En el último día de campaña, José Luis Rodríguez Zapatero pidió a los vigueses un «castigo» para el PP por tanta «hipocresía», durante un mitin. El castigo se lo ha llevado el PSdeG, que cayó a tercera fuerza política incluso en Vigo, el feudo de Abel Caballero. Allí, el BNG casi dobló en votos a los socialistas y acabó la noche primero.
El efecto Zapatero ha sido esta vez inexistente. O contraproducente. Los socialistas aspiraban a repetir en Galicia la gesta de las elecciones del 23 de julio, pero en esta ocasión el expresidente del Gobierno no fue un revulsivo para la candidatura de José Ramón Gómez Besteiro.
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El fracaso del PSdeG, que tocó fondo con nueve escaños, es el de Pedro Sánchez, pero también el de Zapatero. El expresidente participó en varios mítines en Ferrol, La Coruña, Lugo y Vigo, siempre con su tono mitinero por bandera y la lengua afilada contra Alfonso Rueda, Alberto Núñez Feijóo y contra el PP en general.
En sus intervenciones, Zapatero llamó a Rueda «gemelo de Feijóo» y afirmó que le «temblaban las piernas» por no acudir al debate de TVE. A Feijóo le llamó «hipócrita» y señaló que de la comida que mantuvo con 16 periodistas Netflix podría hacer una serie. «Ayuso, calienta que sales», señaló en tono burlón. También se mofó de GAD3 y vaticinó que si Narciso Michavila estaba dando mayoría absoluta al PP era señal de que el PSdeG iba a obtener un muy buen resultado.
«El domingo habrá sorpresa en Galicia», auguró en campaña el expresidente. La hubo, pero no la que él deseaba. La sorpresa fue que el PP obtuvo una mayoría absoluta más holgada de lo que las encuestas habían pronosticado, que el BNG superó al PSdeG en 16 escaños y que los gallegos dieron un severo correctivo a la coalición formada por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.
