El delegado del Gobierno de Sánchez le hace la campaña al PP en el bastión de Ayuso

Feijóo quiere aprovechar el ejemplo de la gestión en Madrid como el modelo que extenderá a toda España si llega a La Moncloa

Que a la política se viene llorado de casa es una máxima que se repite en los rifirrafes plenarios cuando a alguien le da por exprimir el victimismo. Hacerse un «plañidera» es un recurso tan explotado como denostado, quizá por la evidencia de la estrategia para ganar fieles, votantes a las puertas del 23-J.

Pedro Sánchez ha sacado su manual de resistencia para convertir el sanchismo en baluarte de compasión tras el pasado batacazo electoral. En Madrid, el PSOE perdió las elecciones y el PP logró la absolutísima. «Acabar con el sanchismo» desde la Comunidad fue el objetivo de la presidenta, Isabel Díaz Ayuso. A las puertas de las generales, incrementa la presión para ayudar a Feijóo a alcanzar La Moncloa y el presidente y su delegado en la región se lo facilitan.

La popular sostiene que el jefe del Ejecutivo lloriquea por los platós de televisión cual Calimero quejumbroso por las críticas que recogen los medios. El socialista ha convertido la precampaña de las generales en la telenovela del sanchismo mientras en Madrid le recriminan: «Menos victimismo y más realismo». Sánchez «ha sido lo peor que le ha pasado a la Comunidad de Madrid», subrayó Ayuso esta semana en una entrevista con Susana Griso.

Averías constantes en los trenes de cercanías que dependen del Gobierno, impuesto de Patrimonio a la carta sólo en Madrid y Andalucía y aumento de la delincuencia son algunas de las consecuencias de la gestión del Ejecutivo en la región, según su análisis. «Un lastre para Madrid», dijo, después de criticar al delegado de Sánchez en la Comunidad, responsable de aplicar las políticas de seguridad. «Nos sigue en los desayunos informativos para decir barbaridades y proteger a los queridos de Bildu». Se refería a las declaraciones de Francisco Martín en las que afirmaba que le preocupa la «agenda oculta de Isabel Díaz Ayuso» tras cosechar la mayoría absoluta en los comicios del 28-M.

Entiende que el PP alejará a Madrid de «esa región de progreso y con mayor justicia social» que se necesita. Martín tiró de argumentario socialista para desacreditar a la presidenta y ésta, lejos de exhibir aflicción, mandó a su número dos a contestarle. El portavoz de la Comunidad, Miguel Ángel García, le espetó: «Deje de manosear la institución» lanzando soflamas que «ofenden» a los madrileños y «póngase a trabajar» porque «no es el delegado del Gobierno del Partido Socialista, sino el del Gobierno de todos los madrileños».

La popular ya había pedido su dimisión tras defender éste que partidos como Bildu han hecho más por España que aquellos «patriotas de pulsera». El quinto delegado de Sánchez en la región quiso entrar en campaña y lo hizo desde la ciudad más castigada por los atentados terroristas. La reacción en redes sociales le obligó a pedir disculpas por sus palabras en plena precampaña del 23-J en la que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha puesto a la madrileña como uno de los ejemplos de las políticas de su formación para llegar al Gobierno. Ambos celebrarán un acto en Madrid a final de la campaña para visualizar la fuerza del PP en la región, maltratada por el Ejecutivo, según los populares.

A las medidas de gestión se suman también los desplantes institucionales que, en su opinión, aplica el socialista a Madrid. El último, esta semana. Sánchez ha obviado a la Comunidad y al Ayuntamiento en los actos de presentación celebrados en la ciudad con motivo de la presidencia de España del Consejo de la UE. Ayuso y Almeida no fueron invitados. «Ya estamos acostumbrados, por desgracia, a este tipo de situaciones que desde luego deslucen lo que tiene que ser una presidencia europea donde todos tengamos que caminar juntos para que nuestro país tenga el mejor semestre posible», zanjó el portavoz de la presidenta.

Los ataques y desplantes a Ayuso no hacen más que poner en el foco a Madrid donde la izquierda no remonta, un escenario que Feijóo quiere aprovechar como ejemplo de la gestión que extenderá por toda España si llega a La Moncloa. Así lo dijo en la presentación de la lista madrileña del partido encabezada por él, seguido de Marta Rivera de la Cruz. El líder del PP avanzó desde Madrid el «final del sanchismo». Las «homilías lloronas por los platós de televisión no van a cambiar la verdad» zanjó la presidenta, en referencia a la gira mediática del jefe del Ejecutivo. Tampoco un presidente que trabaja «contra su capital», la desprecia e insulta, añadió. Consciente de la fuerza de la lista de agravios, Ayuso se refirió al que le dio el empujón en su carrera hacia la mayoría absoluta. Recordó que «en España ha habido dos estados de alarma ilegales y un tercero contra la Comunidad de Madrid que nos cerró ilegalmente en base a unos informes de expertos que no existían». La firmeza de Ayuso la aupó hacia el éxito. El sanchismo empezó en Madrid.