la película de José Luis Garci obtuvo la primera estatuilla para una película española y también en castellano
«Toda mi vida, desde que era un niño, he soñado con este momento. Los sueños se vuelven realidad a veces«. José Luis Garci se convirtió en 1983 en el primer director español en recoger un Oscar para una película no solo española, sino también la primera rodada en castellano que recibía la estatuilla. De esta forma, cumplió el sueño que tiempo antes no habían logrado un total de diez cineastas españoles desde 1958, entre ellos Luis García Berlanga o Jaime de Armiñán. Si bien Luis Buñuel sí obtuvo la estatuilla, el galardón premió una producción francesa rodada en francés, El discreto encanto de la burguesía (1972).
Aquella era la primera ocasión en la que optaba a un Oscar, un galardón al que aspiró posteriormente con Sesión continua (1984), Asignatura aprobada (1987) y El abuelo (1998). Tal y como señaló en una entrevista concedida al canal TCM hace diez años, con motivo del trigésimo aniversario de aquel triunfo, con Volver a empezar no dudó ni un instante de que su película sería la ganadora. Incluso no sintió miedo cuando vio que Pilar Miró, entonces directora general de la Cinematografía, acudía a la gala con un vestido negro con mangas amarillas, el color de la mala suerte.
Durante la ceremonia de la 55º edición de los Oscar, la película Ghandi, de Richard Attenborough, fue la gran vencedora con un total de ocho galardones, entre ellos mejor película y mejor dirección. La actriz estadounidense Luise Rainer fue la encargada de leer el nombre del ganador a la mejor película extranjera -como se anunciaba entonces-, acompañada del intérprete Jack Valenti. Con gran emoción y leyendo el título sílaba por sílaba, las buenas sensaciones del director se cumplieron y, vestido con un elegante esmoquin blanco, subió al escenario con más tranquilidad de la que se espera a un novato en este terreno.
Con el Oscar en la mano, Garci arrancó su discurso en inglés, idioma en el que contó el sueño que supuso ganar aquella estatuilla, para después lanzar una serie de agradecimientos, entre otros, a su «compañero y amigo» José Esteban Alenda, Enrique Herreros -responsable de las largas jornadas de promoción en Hollywood previas a los Oscar- o Alfonso Sánchez. «Estamos todos los que hemos hecho esta película muy contentos y muy agradecidos a ustedes y también todos los que hacemos cine en mi país, en España», dijo en español al finalizar sus palabras.
Con este Oscar se premió no solo una producción en castellano por primera vez, sino que también de forma simbólica se abrió las puertas a España a un nuevo momento de efervescencia cultural en la nueva etapa democrática
Según ha contado en varias ocasiones José Luis Garci, el camino que llevó a esta película de las salas de cine del país al podio del cine internacional fue una sucesión de golpes de suerte. El primero, su elección para representar a España, ya que se convirtió en la opción más favorable para quienes no eran partidarios, o bien de La colmena, de Mario Camus, o de Demonios en el jardín, de Manuel Gutiérrez Aragón. Además, su llegada a Hollywood venía precedida por sus éxitos en el Festival de Berlín y de San Sebastián.
Con este Oscar se premió no solo una producción en castellano por primera vez, sino que también de forma simbólica se abrió las puertas a España a un nuevo momento de efervescencia cultural en una nueva etapa democrática que había arrancado. En este caso, se premiaba una película dedicada a la «generación interrumpida» que vivió su juventud en los años 30.
Volver a empezar: nostalgia y amor maduro
En ella, Antonio Ferrandis interpreta a un profesor de la universidad estadounidense de Berkeley que tras recibir el Nobel de Literatura decide regresar a su Asturias natal, donde se reencuentra con su amor de juventud, a quien da vida la actriz Encarna Paso. La nostalgia, el amor maduro y la figura del exiliado son algunos de los temas centrales de una película victoriosa que, sin embargo, no tuvo la opinión favorable de la crítica en un primer momento.
«Puede existir ya la posibilidad real de abrir mercados en lengua inglesa, que es de lo que se trata, y sirve para notificiar una opinión personal: el cine español es el mejor de Europa y a los hechos me remito. Ha ganado en San Sebastián, ha ganado en Berlín y ahora ha ganado un Oscar«, señaló Garci en declaraciones a TVE tras conseguir el Oscar por Volver a empezar.
En esa misma entrevista, el director puso el acento en el creciente público español y la potencial audiencia extranjera. «No es una victoria individual. Todos los que estamos empeñados en hacer películas, quizás con una infraestructura pequeña, tenemos un caudal enorme de amor, de cariño, de vocación, y esto sirve para demostrar que estamos locos, pero que estamos bien«, dijo en aquella entrevista.