«Si hay un curso para tener perros, que exista uno para tener hijos»

Veterinarios y dueños de mascotas dan su visión sobre la nueva ley y los efectos que puede tener con sus cambios

En la línea de sacar a la luz las fallas del nuevo texto, Laura ve como principal error que «no estén incluidos los perros de trabajo, de caza y de pastoreo, que suelen ser los más maltratados». En definitiva, para esta zaragozana, «todo lo que sea proteger a los animales me parece un avance».

Sobre el seguro, indiferencia pero comprensión ante las dos posturas principales: «No me parece mal, porque al final un perro es un animal que no se maneja por la razón y pueden pasar cosas. No serán seguros muy caros, pero es cierto que al tener un animal ya asumes todos los gastos que conlleva».

Luis Javier Yus, gerente del Colegio de Veterinarios: «Es una ley bonita, pero sin dotación no se podrá cumplir»

La nueva Ley de Bienestar Animal no solo cambiará los compromisos de los dueños, sino que los veterinarios tendrán nuevas opciones para controlar a estos animales, con un mayor registro. Luis Javier Yus, gerente del Colegio de Veterinarios de Zaragoza, llama a la calma: «Entrará en vigor seis meses después de su firma, y lo hará con reglamentos específicos que tendrán que ajustarse».

Con un nacimiento que depende de los propios ritmos legislativos y de las elecciones de final de año, la Ley de Bienestar Animal surge como un texto «muy bonito, con muy buenas intenciones, pero que no tiene dotación económica». Una falta de presupuesto que genera algunas dudas: «¿Cómo se va a poder llevar a cabo la formación, los cursos, la información al ciudadano y el control de los animales si la ley no tiene dinero?».

El seguro de responsabilidad civil es uno de los puntos más polémicos, pero para Yus no es una novedad tan grande, ya que «en algunas comunidades, como Madrid, ya lleva un tiempo en aplicación». Con el curso para los nuevos dueños de animales, más de lo mismo. El Ayuntamiento de Zaragoza y el colegio de veterinarios de la capital aragonesa crearon hace un año un simulacro de curso, al que se puede acceder online en la página web de ambos organismos. «No es vinculante, pero creo que se parecerá mucho al que se deberá hacer obligatoriamente con la aplicación de la nueva ley animal».

La identificación exhaustiva de los animales, que incluye por primera vez a los gastos como animales obligatorios en este registro, es otra nota positiva para Yus, aunque también pendiente de ver cómo se puede aplicar. Comunidades como Andalucía ya tenían a los gatos domésticos identificados antes de esta propuesta legislativa. Para Yus, esta novedad «creará conciencia en la sociedad». «Debemos entender que identificar correctamente a un animal es lo que se debe hacer; sin comparar seres vivos con objetos, igual que nadie entendería tener su coche sin matricular, tampoco podemos tener a nuestras mascotas fuera del registro».

Sobre los efectos adversos de la ley, Yus encuentra dos fallas que pueden convertirse en un peligro a medio plazo. «Hay muchos animales en los refugios municipales y el problema es la tipología de estos», reflexiona el veterinario, que advierte de que «pocas personas quieren adoptar a un perro potencialmente peligroso y adulto, que es un perfil que empieza a ser demasiado habitual en estos lugares». La otra tipología más repetida entre los canes es la de los perros de caza.

La segunda es la tardanza en la llamada «lista de animales positivos», es decir, el texto que refleja qué animales se pueden tener como compañía. «Esto no afecta a los perros o a los gatos, los animales más comunes, pero sí puede generar rechazo a personas que tengan en mente adoptar animales más exóticos».