El Casademont brilla para llevarse por delante al Barcelona (85-83)

Apoteósico Casademont Zaragoza que se ha ganado a pulso el título de matagigantes. Esta vez fue el Barça quien cayó en el Príncipe Felipe en un partidazo tan bello como extraño. Después de pararse tres cuartos de hora por un problema en el marcador, los maños llegaron a ponerse más de 20 arriba en el electrónico y, aunque sufrieron al final, hubo estallido de alegría. Brilló todo el equipo, pero el nombre propio del duelo fue el de Howard Sant-Roos.

Fisac apostaba por Wright, Sant-Roos, Yusta, Iván Cruz y Hlinason de quinteto inicial. Y comenzaba funcionando, porque el Casademont Zaragoza arrancaba el primer cuarto por delante, con un marcador que reflejaba 6-4 cuando se alcanzaba el primer ecuador. Sin embargo, un problema en el reloj de posesión del marcador obligaba a detener el partido y así se quedaba. Pasaban los minutos y el choque seguía sin novedades, hasta que tres cuartos de hora después, los jugadores volvían al ruedo.

El partido se reanudaba en el Príncipe Felipe de lo más igualado. De hecho, Aday Mara metía una marcha más para poner al Casademont 13-8 a dos minutos para el final. Se complementaba de maravilla con Howard Sant-Roos y daban buena ventaja al cuadro de Fisac, que se ponía nueve arriba a menos de un minuto. Recortaba distancias el Barcelona y, finalmente, 19-12 para acabar el primer asalto.

Había que tener cuidado con Kalinic y compañía, siempre peligrosos y capaces de dar la vuelta en un momento al duelo. Este acertaría de tres para quedarse apenas a cinco puntos con tres minutos jugados. Ahí estaba Jessup para devolver la ventaja, comenzando a coger forma y encargándose de mantener la ilusión en el Felipe. Brillaba Sant-Roos, sin fallo de triple y anotando otro para elevar la máxima a 12. Simanic se apuntaba a la fiesta para anotar de tres y sacar la antideportiva de Jokubaitis con pleno acierto. Y Jessup para llevar a 20 a un duelo por todo lo alto. 46-24 arrollador al descanso.

No se podía sacar ni un solo pero a la actuación del Casademont Zaragoza. Una maravilla para una afición que disfrutaba de lo lindo en el Príncipe Felipe. 22 puntos por encima de todo un Barcelona que se le veía fuera del partido, al menos de momento. Sant-Roos lideraba un equipo que lo hacía todo bien, pero aún quedaban 20 minutos frente a uno de los equipos más poderosos de Europa. Nombres como Satoranski, Kalinic o Jokubaitis imponen respeto.

SEGUNDA PARTE PARA SUFRIR

Dos triples de Laprovittola dejaban ver que no iba a ser empresa fácil la de vencer a un equipo como el Barcelona. Pero también se encontraba ‘on fire’ Iván Cruz, que conseguía llevar a 25 la ventaja antes de que Abrines calcase a su compañero con otros dos aciertos desde la línea de tres. Mara, Cruz y Yusta sostenían el resultado para rondar los 20 de ventaja y mantener la tranquilidad en la grada. Sin embargo, llegaba la reacción visitante y rebajaba a 15 la distancia. Al final del tercer cuarto, 69-54.

Se ponía a 13 el Barcelona y entraba el runrún. Sant-Roos, con más de 28 minutos sobre la pista era incombustible, pero habría que ver si suficiente para un último cuarto que se iba a hacer largo. Seguía remando el cuadro catalán, con Lapro guiando al equipo y Jokubaitis bajando la distancia a nueve. Había que aguantar. Yusta permitía tomar aire, pero nadie se fía del Barça. El Felipe era una agonía con ganas de llegar al final del partido, y un minuto podía ser eterno.

Nueve arriba a falta de 55 segundos hacía presagiar que se podría terminar celebrando, pero la tensión era máxima. Cuando nadie podía fallar, Cruz se dejó por el camino dos tiros libres que no se echarían en falta luego. 20 segundos para el final y el equipo catalán se ponía a cuatro, pero Hlinason llevó la calma con un 2+1. Desde entonces, no se sentó el pabellón hasta terminar. Alegría máxima para un cuadro zaragozano que se merecía volver a disfrutar, esta vez a costa del Barcelona. Aunque se terminó sufriendo, la actuación fue brillante del Casademont Zaragoza para llevarse un duelo clave por 85-83.