Arrimadas se alinea con PP y Vox contra la ley trans y da libertad de voto en Cs

El partido concede libertad de voto a sus diputados por las distintas «sensibilidades ideológicas» con la norma de igualdad. Sara Giménez se ha abstenido en la votación

La lucha interna que libra Ciudadanos en los últimos días tiene también consecuencias en votaciones clave del Congreso de los Diputados. A través de un comunicado, el grupo parlamentario de los liberales ha informado que, de forma «excepcional», se ha concedido libertad a sus nueve diputados durante la votación de la ley trans, que se aprobará definitivamente este jueves en la Cámara Baja. Así las cosas, Inés Arrimadas anunció de antemano que votaría en contra del texto final, la postura que han adoptado las principales fuerzas de la derecha, PP y Vox. Parte de su grupo, como los diputados Edmundo Bal y Sara Giménez, anunciaron que no se opondrían al trámite. Finalmente, solo la segunda ha votado abstención. La dirección había dado libertad de voto para evitar nuevas tensiones internas.

En el entorno de Arrimadas sostienen que la norma impulsada por el Ministerio de Igualdad puede «provocar disfunciones» en la sociedad española, especialmente en el terreno de la «protección de menores, el deporte o la violencia de género». No es la convicción de otra parte del grupo parlamentario, en la que defienden que la ley «avanza en el reconocimiento de derechos» de este colectivo, aunque sí creen que podría haber sido más «garantista» en lo que afecta a menores o deportistas. «Dado el proceso congresual que atraviesa el partido, y habida cuenta de que hay listas con sensibilidades ideológicas distintas, esta vez se permitirá que cada diputado vote esta ley de acuerdo a sus propias convicciones», subrayan fuentes parlamentarias de Cs.

Como publicó El Confidencial, la guerra intestina que amenaza con desangrar definitivamente a Ciudadanos tiene mucho que ver con las diferencias ideológicas que siempre han convivido en el partido. En realidad, distintas fuentes del partido sitúan el origen de la guerra entre Inés Arrimadas y Edmundo Bal en la tramitación de la ley del solo sí es sí, en que el abogado del Estado y portavoz del grupo parlamentario dio orden de votar a favor pese al rechazo reiterado, en privado, por la presidenta de Ciudadanos. «Si la opción es dejar el partido en manos de alguien que apoya que se saquen violadores a la calle, no se va a permitir», resumían en el equipo de Arrimadas, que utilizó la contienda por la norma de Irene Montero para su particular batalla interna.

En el bloque pilotado por Edmundo Bal culpan de los males que asolan a la formación, que ya ha iniciado el itinerario hacia la extinción, al hecho de que Arrimadas haya convertido a Ciudadanos en un «apéndice» del PP. «Cada vez que se votaba algo que va en contra de lo que dice Feijóo, había bronca con ella», desvelan en el sector crítico con la líder de los liberales, que apuestan por presentar al partido en equilibrio con el «centro liberal y progresista», y que debe tener como principal fin tender la mano al Gobierno para evitar que dependen de «nacionalistas» y «populistas».

Foto: Inés Arrimadas (i), Edmundo Bal (d) y María Muñoz (c), en el Congreso. (EFE/Mariscal)

Para evitar un nuevo choque en sede parlamentaria, y a la espera de que se celebren las primarias que definirán el futuro de la formación —tocan el 11 y 12 de enero—, el partido ha decidido evitar la sangre y ordenar libertad de voto para la ley trans que hoy se aprueba de forma definitiva en el Congreso, aunque finalmente el único voto discordante ha sido el de la diputada y portavoz del partido en Igualdad, Sara Giménez. Tanto Arrimadas como Bal han votado en contra.

Hace semanas que Inés Arrimadas perdió el control de su grupo parlamentario, que se han posicionado mayoritariamente con Edmundo Bal, aunque ella presume de contar con otros activos importantes para doblar el brazo a su otrora «mano derecha» y hoy adversario político, como Guillermo Díaz, Begoña Villacís o Adrián Vázquez.