Agónica y celebrada victoria del Real Zaragoza en el minuto 91 sobre el Ibiza

El Real Zaragoza se abrazó de nuevo a la épica para lograr el primer triunfo de la era Escribá, por 2-1 ante el último clasificado, el Ibiza, que estuvo a punto de puntuar en La Romareda y solo capituló pasado ya el minuto 90 tras haber estado en ventaja buena parte del choque. Fue un nuevo partido defectuoso de los zaragocistas que, esta vez, sí encontraron la forma de restaurar sobre la marcha sus muchas carencias y máculas de índole técnico y táctico.

Si se extraen los cinco primeros minutos de partido del resto de la primera parte y se le dan a ver a alguien que no viese el choque entero ni supiera el resultado, hubiera dicho que ganó el Real Zaragoza con comodidad. Porque los de Escribá salieron en tromba, ante un Ibiza timorato, incapaz de combinar tres veces seguidas, que regalaba la pelota siempre. Simeone se coló hasta el palo en el primer minuto y su centro de gol no lo tocó a bocajarro Francho. Hasta cuatro córneres lanzaron los aragoneses, sin ser capaces de inquietar a un activo Fuzato, portero italobrasileño de los baleares. Pero fueron fuegos de artificio. Un engaño al ojo de los más optimistas.

En la primera salida del Ibiza, en un error de Gámez y Lluís López en la ralentizada creación desde atrás (el equipo se pareció mucho al de Carcedo de nuevo), hubo suerte de que Poveda no atinase con el pase de la muerte a Ekain, en el minuto 7. Pero de ese córner forzado por Jair surgió el primer aviso ibicenco. Coke remató de cabeza a placer superando la mala marca de Francho, alto por un palmo. Después, en el segundo saque de esquina de los visitantes, vendría el 0-1 que abrió la caja de los truenos contra el señalado Ratón. Antes, en el 16, Francho remató en el pico del área un balón potable cedido por Gámez y Fuzato rechazo en una buena parada. Y en el 28, en el área blanquilla, Suli superó en velocidad a Nieto (novedad en el once en vez de Fuentes) y, tal vez, fue objeto de penalti por el lateral zaragozano, que González Francés y el VAR no consideraron tal.

Se olisqueaba el lío y llegó en el 32. En el segundo córner contra el Zaragoza, Juan Ibiza cabeceó en el segundo palo, solo, a la red de un atribulado Ratón. Antes, ante la insolvencia del portero local, Grau había dejado rematar al primer ibicenco que acometió el balón. Y Lluís López ni saltó cuando la pelota le llegó a su zona, permitiendo que Juan acabara en gol una jugada de charlotada defensiva que marcó al portero zaragocista a fuego. Los nervios cundieron por todos los rincones de La Romareda. En el cemento y el césped. Ratón casi la lio de nuevo en el 35, dejando pasar por el área chica un centro raso de Ekain que era suyo y Poveda no remachó el 0-2 por un dedo y medio. La bronca en la grada fue mayúscula.

El intermedio fue un bálsamo para un Zaragoza en colapso total. Lento, jugando demasiado en las zonas inertes de Carcedo. Los brillos de Escribá habían desaparecido por completo. Ni un balón con peligro en el área visitante, ni una jugada bien ligada. Nada de nada. La escasas aperturas con intención, sobre Gámez o Bermejo por un lado, sobre Nieto o Simeone por otro, acabaron fatal por la evidente falta de calidad y temple en los centros o pases definitivos. Lo de siempre. No cabe sorprenderse. Lo sorprendente, hace días, es cuando algo acaba correctamente.

Tras el descanso, Escribá no movió ficha. Curioso. El Ibiza del exzaragocista Alcaraz, sí. Quitó al amonestado Azeez, para evitar riesgos de expulsión en la medular. El segundo tiempo empezó con susto, pues Suli encaró a Nieto, lo quebró en el primer minuto y su chut, que se colaba por la escuadra, lo sacó a córner Ratón con acierto. Aún se ganaría más indulgencias el gallego a la salida del saque de esquina, pues Martín Pascual aprovechó la siesta defensiva del Zaragoza para rematar a quemarropa lo que era el segundo tanto, pero Ratón tapó con el cuerpo con acierto manteniendo así vivo a un equipo que había salido dormido de la caseta.

El reloj empezó a correr más de la cuenta mientras los síntomas de mejoría del Zaragoza no asomaban. El equipo mostró de nuevo la misma cara del primer tiempo, ausente de ideas claras, parsimonioso con el balón, sin nadie atrevido para encarar el uno contra uno. Hasta el minuto 59 no hubo un disparo local a portería y lo hizo Nieto, un defensa, desde 30 metros, con ese aire de tirar porque hay que tirar, no porque fuese esa la mejor opción. El área ibicenca era territorio prohibido para los zaragocistas, perdidos en pases tontos en tierra de nadie mayormente. Escribá, a través de Generelo, su segundo y en estos momentos cabeza visible en la banda, movió por fin el equipo en el 61: Gueye y Molina entraron para reparar la mala tarde de Mollejo y Grau.

Foto del partido Real Zaragoza-Ibiza, jornada 18 de Segunda División, en La Romareda
Foto del partido Real Zaragoza-Ibiza, jornada 18 de Segunda División, en La Romareda
Toni Galan

Tras un tramo de partido de poca sustancia, un balón parado, como el otro día en Burgos, dio al Real Zaragoza la oportunidad de engancharse a la vida. Un córner, en segunda instancia, fue centrado por Vada para que el central Jair repitiera experiencia y, como en El Plantío, marcase de un certero cabezazo el tanto que ponía el 1-1 en el tanteador. Era el minuto 68 y se abría un nuevo partido, con el Ibiza atolondrado y notando este varapalo que anulaba su perseguido triunfo para salir de la cola de la clasificación. Los baleares se pertrecharon atrás para, al menos, asegurar su punto. Y los blanquillos ganaron en dominio y presión según avanzaron las agujas del minutero. Pero faltaba cicuta en las culminaciones, su mal endémico. No se buscaban los centros sobre el tanque Gueye, algo incomprensible teniendo una pieza de estas características.

Eugeni y Zapater fueron las últimas balas de Escribá en los 10 últimos minutos. Enfrente, Alcaraz también completó su puzle para meter el equipo un paso más en la cueva. El final del duelo iba a ser con el campo volcado hacia el portal del Ibiza. Y así fue hasta que en el 91 Bermejo marcó el 2-1, de nuevo agónico, como en la última victoria, hacía ya siete partidos, aquella contra el Villarreal B con el tanto de Zapater. Esta vez la jugada vino de un disparo de Gámez que rechazó Fuzato, recogió el balón Eugeni para dar una asistencia excelente a Bermejo que, en semifallo, cayéndose, tocó la pelota de tal manera que superó al portero balear junto al palo izquierdo. Se había salvado una tarde eléctrica, peligrosa, con colmillos afilados. El colista Ibiza, abatido, murió en la orilla.

Búscate en La Romareda en el Real Zaragoza-Ibiza, de la jornada 18 de Segunda División
Búscate en La Romareda en el Real Zaragoza-Ibiza, de la jornada 18 de Segunda División
Toni Galán

El final del duelo mostró cómo fue el grado de sufrimiento. Con el portero ibicenco rematando un córner en el área de Ratón. Con el Zaragoza no sabiendo de qué modo salir de su portal. Antes, con el banquillo zaragocista corriendo toda la banda para celebrar el tanto de Bermejo como si fuese el de la final de la Copa del Mundo.

Ese modelo de gestos y actitudes reflejas que hablan de un vértigo tremendo, de una necesidad suprema, solventada in extremis, de nuevo a base de épica. Lo que a falta de 22 minutos tenía aroma de serios problemas acabó siendo un golpe de autoestima de gran ayuda para este equipo de Escribá que, por fin, ya tiene su primera victoria en el expediente blanquillo. El asunto clasificatorio quedó así aliviado en buena medida.

Foto del partido Real Zaragoza-Ibiza, jornada 18 de Segunda División, en La Romareda
Foto del partido Real Zaragoza-Ibiza, jornada 18 de Segunda División, en La Romareda
Toni Galán

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Ratón; Gámez, Lluís López, Francés, Nieto (Fuentes, 89); Grau (Molina, 61), Francho (Zapater, 81); Bermejo, Vada (Eugeni, 81); Mollejo (Gueye, 61) y Simeone.

UD Ibiza: Fuzato; Coke, Martín Pascual, Juan Ibiza, Álvaro García; Azeez (Appin, 46), Isma Ruiz; Suli (Miki Villar, 83), Vázquez (Nolito, 67); Ekain (Armando Shashoua, 83) y Poveda (Castel, 55).

Árbitro: González Francés (Canario). Amonestó a Azeez (10), Suli (70), Nieto (73), Castel (75) y Nolito (85).

Goles: 0-1, min. 32: Juan Ibiza. 1-1, min. 68: Jair. 2-1, min. 91: Bermejo.

Incidencias: Tarde extremadamente fría en la capital de Aragón, con cielo nublado y apenas 4 grados al inicio del partido (las 16.15). El césped de La Romareda presentó un buen estado. En las gradas hubo alrededor de 15.000 espectadores. El entrenador local, Escribá, vio el partido desde una cabina de prensa por estar expulsado. En el palco estuvo Diego ‘Cholo’ Simeone, padre del delantero zaragocista y entrenador del Atlético de Madrid.