Page (PSOE): «Podemos es un caballo de Troya dentro del Gobierno»

En el Día de Castilla-La Mancha que se celebra hoy, su presidente, el socialista Emiliano García-Page, hace un recorrido, la mayor parte de él discrepante, de la situación de la política nacional que caracteriza al actual Gobierno de España que preside su jefe de filas en el PSOE, Pedro Sánchez.

—Mientras mensajes desde algunas comunidades ahondan en la crisis de la unidad territorial de España, ¿cuál es su mensaje en el Día de Castilla-La Mancha que se celebra hoy?

—Dos fundamentales. Uno, que el Gobierno y en general esta sociedad se defiende, pero no de España, sino de los que quieren muy poco o nada a España. Nosotros somos una Comunidad autónoma ejemplo de lo que pretendía el constituyente, que es acercar los servicios y la democracia a la ciudadanía sin perjudicar la unidad del país.

García-Page
García-Page – H. FRAILE

—Las encuestas apuntan a una caída del PSOE a nivel nacional. ¿Piensa que esto puede influir en comunidades como la suya, con mayoría absoluta?

—Esta es una región en la que ningún alto cargo de la Administración, en 40 años, tiene causa judicial por temas de corrupción. Ya solo eso pone de manifiesto cómo es esta tierra. Pero la realidad es que todo influye. Hay que esperar y un año da para mucho. Las cosas en Madrid pueden mejorar o empeorar, y en este último caso empeorarían mucho para los intereses del Gobierno.

Sobre los independentistas: «Para negociar con alguien con el que se discrepa de fondo hay que tener claro a lo que no estás dispuesto»

—¿Usted habría llegado a acuerdos con las fuerzas independentistas, como sí ha hecho el Gobierno central?

—Cada uno puede sentir en España más o menos cariño al concepto de país y puede tener intenciones independentistas. Pero para negociar con alguien con el que se discrepa de fondo, sobre todo hay que tener claro a lo que no estás dispuesto. Hay una diferencia enorme entre llegar a ciertos consensos y casarte con ellos. España necesita una ley, comprometida por el PSOEy el PP, que deje muy claro lo que significa el ataque a la Constitución.

—Usted que tuvo experiencia en su Gobierno con Podemos, ¿qué balance hace del Ejecutivo de Sánchez con ellos?

—La experiencia nacional en este aspecto es más aguda que en Castilla-La Mancha. Mi objetivo era desalojarlos del Gobierno y, si podía, del Parlamento. Creo que el PSOE se enfrenta a los problemas de España -podrá acertar o no- y los de Podemos simplemente están a lo suyo. Y esto se nota todos los días. Mientras ellos no vayan a menos, lo que querrían es que el PSOE salga mal. Podemos es un caballo de Troya dentro del Gobierno.

—No son ningún secreto las desavenencias entre Yolanda Díaz y la cúpula de Podemos. ¿Sería un disparate especular con un futuro en el PSOE para la vicepresidenta?

—A mí me cae muy bien, y creo que a los españoles en general, compartan o no sus ideas, les parece que tiene un talante muy compatible. Ella pertenece al ámbito de Izquierda Unida y, sin embargo, empatiza con grandes mayorías. Yolanda Díaz no apunta al grado de sectarismo que sí destilan otros componentes de Podemos. Creo que en un momento determinado encajaría en el PSOE, cosa que sería imposible con muchos otros de Podemos.

Sobre el PP: «No puede haber un cortocircuito entre el Gobierno y la oposición. Tiene que existir un conducto abierto»

—Unos hablan del partido de Sánchez por un lado, y otros del PSOE. ¿Usted ve esa diferencia?

—Es la estrategia que tiene el PP. La realidad es que el PSOE es el partido más antiguo de España, el único que no se ha refundado y que ha alcanzado la categoría de bien de Estado. Hay mucha gente que no le va a votar en la vida, pero entiende que tiene que estar. En buena medida le pasa también al PP. Pero claro, la gente distingue cada vez más al capitán del buque que al buque, y pasa en las elecciones nacionales, autonómicas y municipales.

—¿Cree que los ciudadanos entienden que el Gobierno, como dijo Sánchez en su comparecencia en el Congreso, no sabe absolutamente nada de las decisiones operativas del CNI?

—No conozco el funcionamiento interno del CNI. Pero lo que sí sé es que el CNI no se deja dar consignas por nadie. De otros organismos del Estado, no diría lo mismo.

—Feijóo, al que le une una buena relación, ha dicho que sería bueno que usted influyera más en el PSOE porque sería bueno para España y propiciaría pactos PP-PSOE. ¿Lo cree posible?

—Coincidimos en que todo lo que se puede arreglar por acuerdo es mejor que por conflicto. Nos conocemos desde hace años y, aunque tengamos un campo ideológico diferenciado, eso no nos lleva a ser enemigos. En España hay demasiados políticos que juegan a serlo, cuando realmente lo que te admite el reglamento de la democracia es ser adversario, que es muy distinto. Creo que Feijóo tiene una idea del país, viniendo además de una región con una identidad muy marcada como es la gallega, más incluyente que otros dirigentes del PP y que nos permite el acuerdo.

—Usted ha propuesto crear un equipo de trabajo entre el PP y el PSOE para alcanzar acuerdos…

—A lo largo de la democracia ha habido muchos consensos, de todo tipo. Lo que no puede haber es un cortocircuito entre el Gobierno y la oposición. Tiene que haber siempre un conducto abierto cuando la meta final es mejorar las condiciones de España y, sobre todo, defender su unidad.

—¿Cómo ha vivido la polémica sobre la visita del rey emérito y el posible deterioro a la imagen de la Monarquía?

—Toda cabeza de algo, del Estado, de un gobierno, debe pasar por determinados desafíos. Los dos del rey Juan Carlos fueron pilotar la Transición y defender a España del golpe de Estado del 23-F. Ambos, en términos políticos, están por encima de cualquier fechoría o mala acción. Y el Rey Felipe ha tenido ya dos desafíos importantes: uno el intento de secesión de Cataluña, en el que estuvo en su sitio, y una sucesión tan difícil como la de su padre. Creo que el Rey Juan Carlos, que fue un gran rey, hoy, por contraposición, está haciendo también muy grande al Rey Felipe VI.