Borja Barragán, la aventura de invertir con criterios de Fe

Madrid, 4-5-2022.-entrevita a Borja Barragan, asesor financiero.-foto ernesto agudo.archdc

«¿Cómo quiero yo emplear los talentos que Dios me ha dado y ponerlos al servicio de entidades que a mi me han estado acompañando durante toda mi vida? ¿Cómo quiero que sea mi trabajo? ¿Cómo se tiene que medir el éxito, por el puesto laboral o lo fecunda que pueda ser verdaderamente tu vida?». Estas y otras preguntas sobre su futuro profesional, sobre el sentido de su vida, sobre su vocación dentro del mundo de las finanzas, se las hacía Borja Barragán, católico practicante, un día del año 2014 en la casa de Emaús de Pozuelo (Madrid), mientras, junto a su mujer Carolina, hacía un master en Pastoral Familiar, que impartía el Instituto Juan Pablo II.

Tenía entonces más de treinta años y cuatro hijos (hoy ya son siete), una vida de éxito en el mundo de las inversiones en entidades internacionales, al que había llegado después de estudiar en Icade.

En aquella casa de ejercicios saltó «la chispa» de «algo que yo quería hacer», «de lo que realmente es importante en la vida y qué vocación estás llamado a llevar, que era acompañar a las instituciones religiosas, emplear los talentos que Dios me haya podido dar, aquello que se me da bien, como es el tema financiero, al servicio de la Iglesia».

Aquella chispa le llevó a iniciar un proceso de discernimiento para que no fuera solo «un fogonazo, ni una decisión impulsiva, sino algo razonado y bien planificado». Tras siete meses de reflexión, en junio de 2015 deja el banco en el que trabajaba porque «llega un momento en la vida que hay que dar el paso y tirarte al vacío» y decide empezar a formarse sobre fondos de inversión éticos y sostenibles en la Universidad de Harvard. El objetivo que persigue: asesoramiento financiero para inversiones en empresas que cumplan con el magisterio social de la Iglesia.

Su primer proyecto lo pone en marcha bajo el paraguas de un banco suizo y nace ‘Temperantia’ (templaza en latín), el primer fondo católico de renta variable en España. Pero surgen los primeros dilemas éticos que le llevan a iniciar su aventura en solitario. Y en soledad se instala en el garaje de su casa después de dejar el banco en julio de 2017. Empieza a nacer ‘Altum Faithful Investing’, que un 9 de febrero de 2018, marcado en el santoral, ‘casualmente’, como San Alto de Baviera, recibe el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que finaliza el expediente que le acredita como empresa de asesoramiento financiero, iniciado en septiembre de 2017.

Bendecido por el organismo regulador, Borja se lanzó a la aventura y su primer paso fue realizar un análisis de 3.500 compañías del mundo para comprobar si cumplen con cuatro pilares de la doctrina social de la Iglesia: promoción de la vida, familia, dignidad humana y cuidado y protección de la creación. Encontró 2.500, el 27% de las analizadas. Con esta base de datos empezó a asesorar a instituciones religiosas, conferencias episcopales, fundaciones, laicos, a los que ofrece consejo profesional. De aquel garaje de su casa ha pasado a contar con un equipo de ocho personas y ha puesto en marcha nuevos servicios: Altum app, una aplicación para inversores minoristas gratis; Altum explorer, una plataforma ‘online’ para inversores profesionales; y, además, enseñan a inversores cristianos. Ahora es «más feliz trabajando, porque si Dios es el centro de mi vida, que pueda serlo en todo».