Argelia retira a su embajador en España en protesta por el apoyo a Marruecos en el Sáhara

Argelia reaccionó hoy al apoyo brindado por el presidente Pedro Sánchez a Marruecos retirando a su embajador en España, Said Moussi, según indicaron fuentes diplomáticas argelinas. Moussi emprendió viaje ayer mismo a Argel.

“Sorprendidas por este repentino cambio de posición de la antigua potencia administradora del Sáhara Occidental, las autoridades argelinas han decidido llamar a consultas a su embajador en Madrid con efecto inmediato”, señala un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Argel justificando la decisión. La llamada a consultas equivale, en la práctica, a la retirada del embajador.

Horas antes de la difusión de este comunicado, un alto cargo de la diplomacia argelina no dudó en afirmar al diario digital TSA que España “había traicionado por segunda vez a los saharauis”, la primera fue en 1975 cuando entregó su colonia a Marruecos y Mauritania sin llevar a cabo un referéndum de autodeterminación.

Las autoridades argelinas están indignadas no solo por la decisión tomada por el Gobierno de España sino por las formas. “En ningún momento Albares [ministro de Asuntos Exteriores] nos comunicó que el presidente había enviado esa carta al rey de Marruecos” en la que expresa su apoyo al plan de autonomía propuesto por Rabat para resolver el conflicto, poniendo fin a 47 años de neutralidad, comentó un diplomático argelino. “Pensábamos que la buena fe y la transparencia regía nuestras relaciones”, añadió.

Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores y desde la Moncloa insistieron a lo largo de las últimas 24 horas en que se había informado previamente a Argel sin precisar quién lo había hecho ni a través de que cauce.

“España ha pasado de respaldar una solución que garantice la autodeterminación del pueblo saharaui a apoyar el plan de la ONU para resolver el último caso de descolonización en Europa y ahora acaba ahora secundado el plan de autonomía marroquí”, se lamentó en alto argelino en declaraciones a TSA.

Desde Exteriores y desde la Moncloa insistieron a lo largo de las últimas 24 horas en que se había informado previamente a Argel

A día de hoy faltan en Madrid los embajadores de Marruecos, Karima Benyaich, que aún no se ha reincorporado a su puesto -fue llamada a consultas en mayo pasado- y el argelino, Said Moussa, que el sábado por la tarde emprendió viaje de regreso a su país.

Fue desde su residencia, en Pointe-Denis (Gabón), donde el rey Mohamed VI de Marruecos, de 58 años, dio el viernes el visto buen al comunicado real que reproducía parcialmente la carta que le envió el presidente Pedro Sánchez dando su apoyo a la oferta de autonomía formulada hace 15 años por Rabat para resolver el contencioso del Sáhara Occidental.

El monarca alauí lleva más de tres semanas de vacaciones en su casa del estuario de Komo a una decena de kilómetros de Libreville, la capital gabonesa, según fuentes conocedoras de sus desplazamientos. En ese lugar paradisíaco le acompañan sus tres amigos expertos en artes marciales, los hermanos Azaitar, que prácticamente se han convertido en su nueva familia.

A escasa distancia de la residencial real se suele situar una fragata de la Marina Real marroquí con, a bordo, un grupo de las fuerzas especiales por si surgiera algún problema que afecte a la seguridad del soberano, como sucedió hace tres años, según reveló una página de Facebook afín a las Fuerzas Armadas Reales. Entonces tuvo lugar una intentona de golpe que fracasó.

La última actividad pública de Mohamed VI se remonta al 16 de febrero, cuando presidió en Bouznika, cerca de Rabat, una reunión dedicada al código con el que se busca agilizar la inversión en Marruecos. El rey no asistió al día siguiente a la cumbre de líder de la Unión Europea y Unión Africana que se celebró en Bruselas.

l viaje a Pointe-Denis es el primero del monarca al extranjero desde que empezó la pandemia. Hasta 2019, Mohamed VI pasaba largas temporadas fuera de Marruecos, sobre todo en el castillo de Betz, al norteste de París, y en la capital francesa. Cerca de la Torre Eiffel se compró, en el verano de 2020, una mansión valorada en unos 80 millones de euros que aún no ha estrenado.

El grueso de la prensa marroquí del sábado atribuye a su soberano el mérito del abandono por Sánchez de la tradicional postura española de neutralidad, desde hace 47 años, en el conflicto del Sáhara.