Segundo intento, segundo fracaso consecutivo. Como ya ocurrió el sábado, las fuerzas prorrusas y la Guardia Nacional de Ucrania se han acusado mutuamente de boicotear el alto al fuego para establecer un corredor humanitario que permita la evacuación de Mariúpol. Fuentes municipales de esta ciudad atribuyen lo ocurrido a bombardeos rusos. Por su parte, el presidente ruso, ha culpado a Kiev de impedir la salida de la población.
Según los separatistas, unas 300 personas han salido de la ciudad, mientras que las autoridades ucranianas estaban preparando la evacuación de cerca de 200.000. El corredor humanitario, además, era la vía de entrada de provisiones y materiales a la ciudad ucraniana, clave por su lugar estratégico con salida al mar de Azov.
Estaba prevista la reparación de algunas infraestructuras críticas de la ciudad, que no ha dejado de ser atacada en ningún momento.
El Ayuntamiento de Mariúpol había anunciado esta mañana un nuevo alto al fuego y había informado de que a partir de las 11 de la mañana (hora española) comenzaría la evacuación.
Previamente, las milicias de la autoproclamada república de Donetsk habían anunciado esta mañana la apertura en breve de los corredores humanitarios tanto de Mariúpol como de la ciudad de Volnovaja, en el sureste del país, rodeadas ahora por los guerrilleros que auxilian al Ejército ruso en su invasión de Ucrania.
El representante de las milicias, Eduard Basurin, había asegurado que estos corredores se abrirían siempre que las tropas ucranianas respetasen el alto al fuego y dieran orden «a sus subordinados lde desbloquear las salidas para que la población civil pueda abandonar el lugar».
La ruta de evacuación se abría hacia el oeste hasta llegar a Zaporiyia, donde las fuerzas rusas han tomado la central nuclear más grande de Europa, tras recorrer Nikolskoye, Pologi y Orejov a lo largo de unos 200 kilómetros de trayecto.
