La séptima ola deja malherida la Atención Primaria rural en Aragón

La séptima onda epidémica está atacando gravemente al sistema sanitario en Aragón, sin llegar al colapso porque el número de contagios (el más alto de toda la pandemia) no se está traduciendo en la misma proporción en hospitalizaciones e ingresos en uci; pero sí está saturando la Atención Primaria, que está obligando a los profesionales a doblar turnos, retrasar vacaciones, cubrir bajas de compañeros, etc. Una situación que en la zona rural también se está dando y donde en los municipios más pequeños se puede «capear» mientras que en los más grandes la situación es insostenible, sobre todo si se alarga en el tiempo.

Los sanitarios «están haciendo un esfuerzo muy por encima de lo normal», reconoce José Manuel Cucalón, vocal de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Zaragoza, quien señala que se trata de una zona peculiar, ya que la capital aglutina al 90% de la población. «Se están viendo de 60 a 100 pacientes por médico y día, cuando la media antes de la pandemia sería de unos 30 , asegura; o sea, que se está multiplicando por dos o por tres la atención diaria. «La capacidad de aguante y elasticidad es enorme porque pase lo que pase la Atención Primaria siempre lo ha asumido, pero ahora estamos desbordados», asevera Cucalón. Y añade: «Es un asesinato progresivo de los facultativos de Atención Primaria», ya que además de los pacientes, hay que tramitar bajas, hay compañeros enfermos y «no sabemos cómo completar las plantillas», dice. «El esfuerzo es sobrehumano», señala. De hecho, él ha hecho dos y tres guardias semanales sin libranza durante meses «por no cerrar consultas».

Su homólogo en la institución colegial en TeruelClemente Millán Giner, también reconoce que la presión asistencial es «bestial» porque él ha atendido a 50 pacientes en un día en una población de 600 (Cretas), lo que supone a casi el 10% de la población. Desde Navidad se han notificado 32 positivos, que «son muchísimos», pero hasta ahora leves.

Explica que en los pueblos pequeños «no paras» porque hay que hacer diagnósticos, atender por teléfono, bajas, etcétera, pero se está «capeando» (él asegura que en Cretas no hay retrasos); sin embargo en lugares como Valderrobres, que cada médico tiene unos 2.000 pacientes o en Alcañiz, con una población de 15.000 personas tienen que estar «saturadísimos». E insiste, que el problema son «los grandes núcleos», donde «no se llega, hay más patologías, infartos, gripes…». y sin embargo en los pequeños con no «hacer seguimientos de los contactos se ha disminuido mucho las PCR» y también ha bajado «la faena» los «autotest de antígenos». Eso sí, reconoce que «hacer seguimiento de los casos es imposible, aunque antes se hacía y nosotros podíamos», pero en una capital «iban a ir de cráneo». Sí que dice que el bloqueo se debe a que existe «mucha burocracia».

Reforma de los ambulatorios

El doctor Cucalón, mucho más crítico, señala que el Salud está tomando medidas de forma «lenta» y «tarde», como puede ser dar las altas y bajas el mismo día. Pide «medidas de calado, porque la Atención Primaria está herida desde el año 2000», explica; y señala que hace falta una renovación y un análisis de ver qué sistema necesita España, porque «lo que estamos haciendo ahora no es medicina, lo que hacemos es salir del apuro. No hacemos prevención y educación de la salud», señala; y en un tiempo empezarán a aparecer enfermedades «ya avanzadas» que no se han detectado en Atención Primaria por esa falta de facultativos.

Los políticos van «a la urgencia y al cortoplacismo», pero se toman «medidas mínimamente eficaces» que no van a ser efectivas. En su opinión, en el medio rural, «lo primero que hay que hacer es una reforma de los centros de salud y consultorios locales» tal y como ya se hizo en las capitales; porque actualmente en los pueblos «se están quedando desguarnecidos y con escasez de material para ejercer la medicina».

La digitalización es otra de sus demandas pero, reconoce, en «muchas zonas básicas de salud ni siquiera hay wifi» y, además, hace falta una reorganización del mapa sanitario, que está basado en el año 2000 y «no responde al mapa sanitario de hoy». Para Cucalón, hay que analizar «qué pueblos se han quedado sin habitantes y cuales están creciendo» y pone como ejemplo a Cuarte, que tiene los mismos servicios que hace 20 años, con una población que nada tiene que ver con la de entonces».

En la provincia de Zaragoza hay alrededor de 175 médicos rurales y un 30% es mayor de 60 años, por lo que, señala que «estamos azotando a un médico mayor y no bien tratado»; un problema que se acrecentará en el próximo quinquenio puesto que «faltarán más de un tercio de los médicos rurales» porque se van a jubilar.

Pilar Borraz, coordinadora del centro de Salud de Más de las Matas, es una de esas médicas jóvenes que ha apostado por quedarse en la zona rural, de la que es una gran defensora y asegura que «engancha» porque se trabaja de «otra manera».

También reconoce esa «saturación» en el centro de salud, pero «nosotros podemos ejercer esa medicina que queremos porque podemos hacer seguimiento de los pacientes», una situación muy distinta a los sanitarios que trabajan en la ciudad. En su zona, «están bajando los casos, pero hemos estado en el ránking de la medalla de bronce durante mucho tiempo», eso hace que «el agotamiento esté haciendo mella» porque «las consultas han aumentado y se realizan visitas «de pueblo en pueblo», señala.