Aragonès desafía a Sánchez exigiendo un referéndum en Madrid delante de sus ministros: «Atrévanse a perder»

conferencia Pere Aragones en el club siglo XXI foto Ángel de Antonio archdc

El presidente del Gobierno de Cataluña, Pere Aragonès, desafió ayer a Pedro Sánchez al reclamar un referéndum de independencia durante una conferencia en Madrid organizada por el Club Siglo XXI, que escuchaban en primera fila la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, y el titular de Universidades, Joan Subirats. El dirigente de ERC, al que la exalcaldesa de la capital, Manuela Carmena, presentó como un «hombre de diálogo» y un «padre de familia», pronunció mas de media docena de veces la palabra «referéndum», y aludió incluso a la consulta ilegal del 1 de octubre de 2017 para cimentar su exigencia. «Atrévanse a perder» conminó Aragonès a los miembros del Ejecutivo, y añadió retador que «yo me atrevo a ganar».

Aragonès aludió también a un «difícil contexto político» en el que PP y Vox podrían formar gobierno después de las próximas elecciones generales y dijo que, precisamente por ello, «no podemos permitir que se aproveche esto para dilatar la negociación» en alusión a la llamada mesa de diálogo con el Gobierno central, aún sin fecha en este 2022. «No habrá una segunda oportunidad», remató con énfasis su argumento.

El líder catalán Pere Aragonès, por haber «reconocido la existencia de un conflicto político», un hecho, dijo, «sin precedentes». Lo hizo para a continuación asegurar que ese «conflicto» habría dejado «represión, prisión injusta y exilios forzados» en referencia a la condena a Oriol Junqueras y otros líderes del golpe secesionista y al fugado expresidente catalán Carles Puigdemont.

El presidente de la Generalitat no se dejó en el tintero ninguna de sus reivindicaciones, ante un auditorio en el que se encontraban, entre otros, el portavoz de ERC en Madrid, Gabriel Rufián, el presidente del Grupo de Unidas Podemos, Jaume Asens, el líder de UGT, José María Álvarez, y varios diputados de Bildu, incluida su portavoz, Mertxe Aizpurúa. No hubo, en cambio, ningún representante de Junts Per Catalunya, su socio de gobierno, con cuatro representantes en el Congreso de los Diputados. Sí, por contra, diputados del PDECAT, la formación abanderada por el expresidente catalán Artur Mas, como Ferrán Bel o Sergi Miquel. Defendió a ultranza el modelo educativo de inmersión únicamente en catalán, puesto en solfa por las recientes sentencias judiciales que exigen un 25% de enseñanza en castellano, como exigen muchos madres, incluidos los de una niña de cinco años de Canet de Madrid (Barcelona) cuyos padres han denunciado acoso a su hija por pedir enseñanza en su lengua materna. «El catalán en la escuela no se toca» dijo en catalán, al tiempo que negó tajantemente la existencia de un «conflicto lingüístico» en su comunidad autónoma.

Aragonès, incluso, utilizó en su discurso la afirmación hecha esta semana en la Audiencia Nacional de que el atentado islamista de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils, habría sido orquestado desde el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para dar, dijo el comisario procesado, «un susto» a Cataluña. Un asunto por el que reclamó la «máxima transparencia» y una investigación parlamentaria, como ya ha reclamado ERC. Preguntado en varias ocasiones en el coloquio sobre si daba credibilidad a Villarejo, terminó aceptando que «no tengo elementos» para dar por cierta su afirmación en sede judicial.

Preguntado sobre si el referéndum que propone debería dotarse de una mayoría cualificada para proclamar eventualmente la independencia, Aragonès dijo que en principio era «la mitad más uno» pero que estaría dispuesto a dialogar. En todo caso, dejó claro delante de Isabel Rodríguez, ministra también de Política Territorial, que su modelo es el de una «Cataluña independiente, dentro de la Unión Europea».