El teletrabajo desencandena la gran migración: 32.000 madrileños se mueven a la periferia

El INE detecta un movimiento de población sin precedentes desde las autonomías con grandes núcleos urbanos hacia regiones costeras y de la España vacía.

El dato llama la atención al primer golpe de vista. La Comunidad de Madrid fue la autonomía que más población perdió en los intercambios de población entre comunidades autónomas que se produjeron durante el primer semestre de 2021:12.862 personas. La cifra es insólita para un territorio próspero, con una tasa de ocupación muy superior a la media y que está más acostumbrado a acomodar población que a perderla. Más insólita aún si se echa un poco más las vista atrás y se ven los datos de movimientos interiores de población del INE, según los cuales en los 18 meses que separan enero de 2020 y julio de 2021 la Comunidad de Madrid habría perdido 32.062 habitantes.

Otro dato de la estadística oficial sirve para poner lo sucedido en los últimos meses en perspectiva. Entre 2012 y 2019 Madrid ganó 120.000 habitantes por los movimientos migratorios interiores y solo en 2015 fueron casi 22.000. El INE no desciende a las causas de este fenómeno, que no sólo ha afectado a Madrid sino a otras regiones con un elevado porcentaje de población urbana como Cataluña que ha perdido cerca de 10.000 habitantes en este mismo periodo, pero los expertos apuntan a una causa:el teletrabajo.

¿Mudanza o desahogo temporal?

Alienta esta teoría la evidencia de que las autonomías que más se han beneficiado de estos flujos han sido territorios costeros como Andalucía, Comunidad Valenciana o Región de Murcia, pero sobre todo territorios limítrofes a Madrid como Castilla-La Mancha que ha atraído 11.529 habitantes en este proceso, cuando acumulaba un saldo negativo cercano a los 50.000 en el periodo entre 2012 y 2019.

«La información disponible es todavía escasa, pero sí hay evidencias de que hay un grupo de personas que se ha desplazado desde los grandes núcleos urbanos hacia poblaciones más tranquilas aprovechando el teletrabajo», señala Elisa Chuliá, experta en Ciencias Sociales de Funcas.

Chuliá circunscribe este fenómeno a profesionales cualificados, que han tenido la oportunidad de teletrabajar y que no tienen cargas familiares. «Una parte de esos flujos de salida podría consolidarse en el futuro, pero eso dependerá mucho del nivel de conectividad de las poblaciones de acogida y de la oferta de servicios que proporcione a sus nuevos vecinos. Será más probable en poblaciones medianas que en pueblos pequeños», reflexiona.

Los expertos consultados advierten de que el flujo de salida desde las grandes ciudades hacia la periferia ha sido probablemente mucho más intenso de lo que muestran los datos del INE porque muchos de esos desplazamientos se han producido hacia poblaciones más pequeñas de la misma comunidad autónoma y por tanto no se detectan en la estadística de migraciones entre territorios.

Más escéptico se muestra el Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid, Santos Ruesga, que entiende que se trata de un fenómeno puntual que se revertirá en gran medida en cuanto se levanten las precauciones y restricciones impuestas por la Covid y las empresas vuelvan a la normalidad. «El teletrabajo plantea problemas de organización y productividad para muchas empresas y creo que va a experimentar un importante retroceso en cuanto la situación se normalice», recalca.

Ruesga ve posible que haya trabajadores que opten por instalarse en la periferia, pero entiende que será un fenómeno marginal. «El teletrabajo no va a ser la solución para la España vacía, al menos en el corto plazo», sentencia.