Polonia no cede ante la UE pese a la amenaza de perder los fondos

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, no vino ayer a la Eurocámara para suavizar las tensiones con el resto de la Unión Europea, sino a poner sobre la mesa el debate esencial sobre el origen y el destino de su soberanía y su legitimidad. En su esperada intervención en el pleno de Estrasburgo, volvió a sostener sin ningún tipo de medias tintas que «el Derecho de la UE va después de la norma nacional y esto se aplica en todos los Estados miembros», lo que le ha valido una respuesta airada de la casi totalidad de los portavoces de los grupos, pero sobre todo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen que le dijo que «no vamos a tolerar que se ponga en riesgo el sistema legal europeo», y adelantó que llevará a Polonia al Tribunal de Luxemburgo y aplicará el mecanismo de condicionalidad para limitar la llegada de fondos europeos. La presidenta reconoció que la situación creada por el Gobierno nacionalista de Varsovia «tendrá consecuencias para los polacos». El primero de ellos, que «sin tribunales independientes sus derechos están en peligro».

La sentencia del Tribunal Constitucional polaco en la que –a petición del propio gobierno– se afirma que la Constitución de este país está por encima de los tratados europeos, ha provocado un auténtico terremoto político y no solo en Bruselas. Todos han apreciado que el representante de un gobierno controlado por un partido nacionalista y demagógico como el PiS («Ley y Justicia») haya accedido a participar personalmente en el debate, aunque Morawiecki lo hizo para insistir en que que «los países son el soberano europeo, son los dueños de los Tratados y son los Estados miembros los que establecen las competencias dentro de la UE. En los Tratados hemos dado muchas competencias a la Unión Europea pero no todo. Hay muchos ámbitos del derecho que siguen siendo competencia de los Estados miembros», lo que justifica a su juicio mantener la prevalencia del derecho nacional sobre el europeo. «El derecho de la UE está por debajo del derecho nacional . La UE no es un Estado y los países representan la soberanía europea y son los que deciden».

La discusión sobre un aspecto esencial que en la UE se había dado por clarificado desde hace tiempo, puesto que sin la prevalencia de la legislación europea –y lo que el polaco llamó el «monopolio» del Tribunal Europeo de Luxemburgo– sería imposible que las instituciones comunitarias siguiesen funcionando y que los países pudieran resolver civilizadamente sus diferencias.

El representante polaco dijo que se les estaba «chantajeando» y que se sentían tratados como un país de segunda clase dentro de la UE, teniendo en cuenta que otros tribunales constitucionales habían dictados sentencias que también trataban el tema del encaje de las constituciones nacionales y el derecho comunitario y cree que «fingir que no hay problemas tiene malos efectos. Los ciudadanos no están ciegos ni sordos, sino que van a perder la confianza» en las instituciones europeas.

En cuanto a su posición sobre la pertenencia de Polonia a la UE, Morawiecki lo resumió así: «Aquí estamos, este es nuestro lugar y mi Gobierno forma parte de la mayoría proeuropea en Polonia, pero eso no implica que los ciudadanos no tengan cada vez más dudas sobre al eficacia de la UE para resolver sus problemas».

En su turno de palabra, el portavoz del grupo popular, Manfred Weber le respondió con una advertencia: «Entiendo que no quieran hablar de un ‘Polexit’, pero si siguen ignorando la preponderancia del derecho europeo, están claramente abriendo el camino para ello» puesto que la UE «es una organización seria basada en la seguridad jurídica». La intervención de la socialista Irtxe García recorrió parecidos argumentos teniendo en cuenta que «cuando uno dice que no va a respetar las reglas, se está poniendo a sí mismo en la puerta de salida». Alik Azmani, del grupo liberal fue también durísimo al recomendar a la Comisión que bloquee formalmente las ayudas financieras a Polonia: «Ustedes tienen que asumir las consecuencias de sus discusiones y explicárselas claramente a los ciudadanos».

El ex primer ministro belga Guy Verhofstadt le reprochó que defendiera «el juego siniestro» que está llevando a cabo su Gobierno y le recordó que los dos aspectos concretos que ha señalado la sentencia del Tribunal Constitucional, la mención a «una unión cada vez más estrecha» y la prevalencia de los jueces de Luxemburgo «fueron los dos argumentos esenciales que invocaron los autores del Brexit». La portavoz de los verdes, Ska Keller, definió la posición del gobierno nacionalista polaco como «un ataque a la misma existencia de la UE».

Como era de esperar, todo el espectro euroescéptico salió en defensa del Gobierno polaco y de las tesis que no ven en la UE más que una simple organización internacional en la que cada cual defiende sus intereses, pero eran una estruendosa minoría. La resolución que prepara la Eurocámara para que se vote el jueves no tendrá ningún problema para ser aprobada .

En Luxemburgo, también ayer se reunieron los ministros de Asuntos Europeos para preparar el Consejo Europeo del próximo jueves, en el que el tema planteado por Polonia aparecerá con fuerza entre los líderes. En esta reunión previa participaba el comisario de Justicia, Didier Reynders, que dejó claro que «hay una primacía del Derecho de la UE, pero no solo sobre las leyes nacionales, sino también sobre las provisiones de las diferentes constituciones, y no fue una imposición de las instituciones europeas o de Bruselas, como hemos oído algunas veces, sino que fue una decisión clara, una decisión libre, de todos los Estados miembros cuando deciden formar parte de la Unión».