“Estamos ante la erupción más grave que ha sufrido Europa en 100 años”

El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, aseguraba ayer en el Congreso que «con absoluta certeza estamos ante el volcán más grave que ha sufrido Europa en los últimos 100 años. No estamos cerca de que esta erupción termine», señaló, para después recalcar que Cumbre Vieja está provocando unos «daños materiales que no hubo con ningún otro».

No es el único en erupción actualmente en Europa. Y hay algunos más activos aunque «callados». Se calcula que en Europa existen unos 175 volcanes activos o durmientes que han entrado en erupción en los últimos 10.000 años. Pueden llevar días o milenios sin mostrarse, pero no se les puede dar por extinguidos, ya que 10.000 años en escala geológica es poco tiempo. Pese a esto, es complicado que alguno de estos volcanes durmientes europeos entre en erupción de forma repentina.

La mayor concentración de volcanes se encuentra en Islandia, donde la placa euroasiática se separa de la norteamericana y el magma fluye con facilidad hacia la superficie. La isla concentra unos 55 volcanes activos, casi un tercio de los de toda Europa. Entre ellos, algunos tan míticos como el Snæfellsjökull, donde Julio Verne «localizó» la entrada al centro de la Tierra; o el del Monte Eyjafjallajökull, a unos 40 kilómetros de Reikiavik (Islandia), que durante seis meses, desde marzo de 2010, expulsó 143 millones de metros cúbicos de lava, piedras y cenizas. Las comunicaciones aéreas en el centro y norte de Europa se vieron seriamente afectadas.

La segunda región europea con mayor concentración de volcanes es Italia. Con unos 35 volcanes activos y durmientes, algunos de ellos submarinos, el país cuenta con 2 de cada 10 de los volcanes existentes en Europa. Aquí, el choque de la placa africana con la euroasiática está atrapando la pequeña placa adriática.

Volcanes en Europa FOTO: T. Nieto

En Italia se encuentra el volcán más activo del continente, el Etna, visible desde la populosa Catania. Al este de la isla italiana de Sicilia, experimentó el pasado 21 de septiembre una nueva erupción en su cráter sureste, con emisión de cenizas y lava, mientras aumentaba la amplitud de los temblores volcánicos, informó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV). Esta nueva erupción creó una nube de cenizas de nueve kilómetros de altura.

La actividad volcánica comenzó alrededor de las 6:15 horas de ese día con la emisión de cenizas y 40 minutos después se iniciaba la actividad estromboliana –similar a la del Cumbre Vieja– en el cráter sureste, el más activo en las últimas erupciones del Etna. La nube eruptiva producida por la actividad actual alcanzó una altura de 9 kilómetros, siendo visible desde las localidades de Catania y Taormina. Luego «calló».

Otros muy conocidos son el Vulcano, en las islas Eolias, que da nombre al resto de volcanes; el Estrómboli, también en las Eolias, que da nombre a su vez a las erupciones estrombolianas; y el Vesubio, que sepultó Pompeya y Herculano y que sigue amenazando Nápoles. La ciudad, la tercera más grande de Italia, se asienta en el cráter de un supervolcán que también engloba la caldera volcánica de los Campos Flégreos y el volcán de Isquia.

Desde Italia los volcanes se extienden por las placas del Egeo y de Anatolia que, como la adriática, han quedado atrapadas en el choque entre Eurasia y África. En esta zona, el mejor ejemplo de la importancia de los volcanes para la historia europea es Grecia. En el Egeo se localiza el volcán de Santorini, que hacia el 1.600 antes de Cristo entró en erupción destruyendo la isla de Thera y la civilización minóica. Esta erupción marcará los mitos primigenios del continente, y está relacionada con la migración de los pueblos del mar, el mito de la Atlántida, las diez plagas de Egipto y el surgimiento de la civilización griega.

Incluso Rumanía cuenta con el Ciomadul en los Cárpatos, cerca de las localidades de Baile Tusnad y Bixad, como parte de una cadena volcánica que es conocida como Calimani.