La escalada de precios amenaza hasta dos puntos del crecimiento del PIB

La escalada de precios de los últimos meses amenaza hasta dos puntos del rebote del Producto Interior Bruto (PIB) tras la crisis del coronavirus. La inflación, en máximos por la subida de precios de la energía, afectará al consumo e impactará, según todos los analistas, en el crecimiento. Este escenario se producirá de manera especial en España por su déficit energético. Los economistas alerta ya de síntomas de un problema inflacionario estructural, mientras los Bancos Centrales piden calma y siguen hablando de un escenario coyuntural.

En cualquier caso, los precios afectarán a la senda de crecimiento. Los economistas consultados por el Economista opinan que lastrará la recuperación entre uno y dos puntos del PIB. Por ejemplo, Funcas calcula que por cada punto porcentual de subida de la inflación, el crecimiento se ve afectado en 0,4 puntos porcentuales. «Es muy posible que se reduzca el volumen de gasto en bienes y servicios para que las familias mantengan su nivel de gasto nominal. Si lo hogares hacen esto el crecimiento se verá afectado en esos términos. También puede ocurrir que tiendan a reducir consumo real pero también su ahorro para cubrir la subidas. Entonces, el impacto sería menor. Sin embargo, nuestra principal hipótesis es que mantengan estable su objetivo de ahorro», explica María Jesús Fernández, economista senior de Funcas.

El impacto en el crecimiento es claro para el profesor de la Fundación de Estudios Financieros, Miguel Ángel Bernal. «Los costes de la energía, tanto electricidad, petróleo y gas están teniendo un efecto inflacionista que ya se está viendo y que se nota en los bolsillos de los ciudadanos y de los márgenes de las empresas», explica. «El impacto será un menor crecimiento que puede ser de entre un punto o dos en el PIB. Además llega en un momento donde la pandemia en la parte sanitaria ya está remitiendo y llegando a su fin, sin embargo en la parte económica no es así. No tenemos una visión clara de cual es realmente la situación de nuestra economía, la causa está en las medidas tomadas y que como vemos se extienden, alguna de ellas, en el tiempo. No es una buena noticia», concluye.

Diego Sánchez de la Cruz, director del Foro de Regulación Inteligente (FRI) cree que el escenario de crecimiento para este año se situará en el entorno del 5,5%. «Partimos de un desfase importante. El Gobierno empezó el año hablando de un 9,8%. La inflación es echarle más leña al fuego en una economía que lo que necesita es moderación de costes y ganancias de productividad. Tenemos todo lo contrario», apunta. «Estamos con unos costes en escalada y unos mercados que son incapaces de generar el crecimiento suficiente para salir de la crisis. España no solo sufrió la mayor caída, sino que además está teniendo la recuperación más lenta», añade.

El economista Javier Santacruz subraya que, en el caso de España, el problema de los precios es especialmente grave por su déficit energético. «Lo normal es un impacto bastante directo en el crecimiento por la dependencia energética que tenemos del exterior», señala. «El déficit energético de España es crónico. Es algo que se arrastra desde hace muchas décadas y es evidente su reflejo el PIB», añade.

¿Durará mucho?

La duda que plantean ahora todos los economistas es si la distorsión en los precios es algo coyuntural y temporal o, por el contrario, han entrado en una espiral que tienda a convertirse en una inflación estructural. «Lo que se está haciendo es un análisis a brocha gorda sobre por qué están incrementado los precios. Es cierto que, lo que más se ve, como el alza de la energía o los problemas de suministro pueden tener un arreglo a corto plazo. Sin embargo, pocos hablan de los cambios estructurales que se han producido en la cadena de valor y que van a tener un gran impacto«, apunta Santacruz.

Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE) se muestra más conservador. «Según nuestros estudios, creemos que los precios pueden tender a normalizarse a partir de la primera mitad del año que viene», explica. Izquierdo destaca que parte del shock de la inflación es por el salto estadístico del año pasado. «Es cierto que la subida de la inflación es importante en la medida de que resta rentas a las familias y va a perjudicar al crecimiento. De hecho, en el dato de agosto del comercio minorista ya se veía un deterioro del consumo privado en el tercer trimestre que se mantendrá en el cuarto», apunta el director general del IEE. «A pesar de todo pensamos que la inflación subyacente sigue en niveles moderados y que parte de esto es por el salto estadístico del año pasado», precisa.

Las estimaciones preliminares de los precios de consumo de septiembre mostraron un nuevo aumento de la inflación en la eurozona. Tras el 3% interanual de agosto, la inflación general aumentó hasta un máximo de 13 años del 3,4%, lo que refleja un sólido aumento del 0,5% interanual. Esto significa también que la evolución de los precios sigue sorprendiendo al alza, ya que el consenso esperaba una subida más modesta hasta el 3,3% en septiembre.

«El repunte de la inflación general desde el territorio negativo de finales de 2020 refleja la combinación de los bajos efectos de base del año pasado y un impulso más fuerte de lo esperado en los últimos meses, principalmente debido al repunte de los precios de la energía», apunta Ricardo Amaro, economista senior de Oxford Economics. «Dado que se espera que ambos factores sigan impulsando la inflación en los próximos meses, prevemos que la inflación de la zona euro se acerque al 4% en el cuarto trimestre y se mantenga por encima del 2% en el primer semestre de 2022, antes de caer por debajo del 1% a finales de ese año», añade.

El papel del banco central

«Los bancos centrales lo que han hecho es perfilar mejor su objetivo, admitiendo ahora que la inflación pueda subir más del 2% si a medio plazo es menor», explica Gregorio Izquierdo. «Es un objetivo mucho más flexible que va permitir mantener la política monetaria mas tiempo, lo que es importante para que España mantenga sus condiciones crediticias», añade.

Sin embargo, Miguel Ángel Bernal opina que las previsiones de los bancos centrales son equivocadas. «No creo que sea realista que en este año y quizá en el próximo vayamos a tener ese incremento de precios, mi opinión es que será más alto. No es solo el coste de la energía, sino que existen otros temas que presionan los precios al alza», apunta. «Los fuertes abastecimientos que están haciendo los países asiáticos de materias primas y el incremento del precio de las mismas, el coste de los fletes de transportes y la escasez para transportarlos, el posible traslado del estrechamiento de los márgenes de las empresas a los precios de los bienes y servicios, los problemas en las cadenas de suministros presionarán los precios al alza», concluye.