Aznar: “No voy a pedir perdón, lo diga quien lo diga” por defender la nación española y su historia”

El expresidente del Gobierno destaca que España es una “nación, ni plurinacional, ni multinacional, ni la madre que los parió”. Subraya que “un juez que abandona la carrera, y se dedica a la política, no puede volver a ser juez”

El expresidente del Gobierno, José María Aznar participó en la mesa “la fortaleza de las instituciones” que se ha celebrado en Sevilla en la cuarta jornada de la Convención del PP donde el líder del PP, Pablo Casado agradeció a Aznar “todo lo que ha hecho” por el partido, llevándolo por primera vez al Gobierno.

También le hizo un agradecimiento “como españoles”, poniendo en valor cómo, tras recibir un país quebrado, “su determinación le hizo hacer una agenda reformista intensa” entrando en la zona euro, bajando la deuda pública a la mitad y creando empleo. “Con Aznar España iba bien”, dijo.

Aznar recordó los tiempos en los que Casado trabajó con él y cómo, el día que le despedía le dijo a un amigo: “Ese que ves, va a ser presidente de España. Y te lo repito -le dijo dirigiéndose al líder del PP-: vas a ser presidente de España y a demás lo vas a hacer bien”. Solventada esa duda, dijo el expresidente del Gobierno, habló de la crisis económica donde consideró que el PP tiene que tener claro que “es clave la ambición reformista”. “No solo se trata de acertar con el diagnóstico, sino llevar a cabo unas reformas muy claras”: “Ambición, una voluntad y una política” lo que consiste en “ejercer el liderazgo y explicar las cosas con claridad”.

Aznar advirtió que, en esta vida en la que se pide perdón por todo, “yo no voy a engrosar las filas de los que piden perdón. Lo diga quien lo diga”. No pedirá perdón ni por defender la nación española, ni por la historia de España con sus claros y oscuros, “yo estoy dispuesto a sentirme muy orgulloso, pero no voy a pedir perdón”, subrayó.

En cuanto a las reformas necesarias a acometer, el expresidente del Gobierno, dijo que hace falta una laboral y otra fiscal: ese muy importante que la gente tenga un empleo al tiempo que destacó que hace falta una reforma de las pensiones pues, aunque “no soy pensionista, ni pienso jubilarme” advirtió de que el actual sistema no funciona. “El mejor sistema de pensiones es que se puede pagar”.

Crisis institucional

Casado recordó el pronunciamiento del Consejo Europeo donde pide que el CGPJ tiene que ser elegido por los jueces y advirtió de que en el PP “no vamos a movernos de la posición que defiende la constitución, que pide Europa. Si Sánchez no deja que parte de los vocales sean quienes elijan a los jueces, cuando lleguemos al Gobierno reformaremos esa ley”.

Aznar se refirió a esa crisis institucional. Recordó que de todos los enemigos internos que tiene la democracia, “el más poderoso es el populismo porque afecta a los valores, a las costumbres y a las instituciones”, porque “el populismo quiere desmontar las tres cosas”. Subrayó que los intentos de “manipulación” son evidentes, pero esto provoca un “daño institucional” que afecta a la reputación de la democracia española. “El primer factor competencial es juto uno de los problemas más importantes que tienen los países y además, dijo, “supone una inseguridad jurídica”.

El expresidente del Gobierno dijo que “la ley no tiene alternativa”. “Un juez que abandona la carrera y se dedica a la política no puede volver a ser juez”, ni un Fiscal. “De las caos que más escándalo me ha producido es, que la abogacía del Estado sea utilizada en Europa en contra del Tribunal Supremo para evitar al extradición de un prófugo -en referencia a Puigdemont- que se prometí haber traido a España. Es un escándalo”.

También hizo referencia al problema de Afganistán lo que lamentó que el presidente del Gobierno no haya ido aún a dar cuenta de ello al Congreso de los Diputados lo que considera una falta de respeto a las instituciones.

Territorial

Como tercera crisis se refirió a la territorial. Casado recordó cómo Aznar acabó con el Plan Ibarretxe, tras ser rechazada por el Congreso, donde, hubo un presidente del Gobierno que tipificó el referéndum ilegal como delito, algo que se derogó en la siguiente reforma del Código Penal y que el líder del PP apuesta por volver a instaurar. Por ello, y sobre el referéndum de Cataluña, con un prófugo que se pasea por las instituciones Europeas, el que fuera presidente del Gobierno de España indicó que “ve una situación muy grave”, probablemente “el más grave que tenemos” porque cuando un país tiene problemas de su propia existencia es el “más grave” de lo que podemos tener, el dudar de lo que se es. “España es una nación, no siete, ni cuatro, ni tres, una. Una nación plural, constitutivamente plural, pero una. Ni es un estado multinivel, ni la madre que los parió”. Dijo que España no tiene un problema con su constitución sino que tienen problema con la política que se está haciendo. Dijo que “en España lo que falla es la política” porque no es lo mismo establecer las reglas en contra de un golpe de Estado que hacerlos tus socios.

Además, hizo una defensa del castellano, donde dijo que en la educación uno tiene el derecho constitucional a ser educado en la lengua que uno elija. “Todo el tema de las inmersiones lingüísticas, dicen en País Vasco que solo se estudie en euskera para que se entiendan con ellos mismos nada más. Eso no puede ser, no se puede obligar a renuciar a la lengua común establecida constitucionalmente, es el retorno a 1899″, una presión que existe en Baleares, Valencia, Cataluña.. Rebeló que el secreto para frenar el plan Ibarretxe no fue solo la legalidad sino “se construyó una alternativa donde, detrás de eso estaba el Gobierno de España”. Indicó que esos movimientos en el País Vasco ya no existen porque el gobierno ha dejado de estar y en Cataluña “está más preocupado de cómo pacta con los golpistas que de defender a los que defienden la constitución”.